/ sábado 7 de abril de 2018

Crucifixión actual

Amable lector, ¿sabía usted que la Profeco trabaja en Viernes Santo?, ¿no? Yo tampoco, hasta que lo presencié en la ciudad de Camargo mientras desayunaba con el fin de dirigirnos al lago Colina. La Profeco es la institución que defiende a los consumidores de los comerciantes abusones, pero en estos días en Camargo se cree Poncio Pilatos. Su refinamiento para proteger al consumidor llega a tal grado de que sabiendo que los “días santos” son las mejores fechas del comercio en esta ciudad, gracias al turismo, acude presurosa a “verificar”. ¿Y sabe por qué multaron al restaurantero donde yo desayunaba? Porque en el menú no decía los mililitros que contienen los refrescos y las tazas con café. Listitos.

Sucedió que el mesero del local no nos atendía y al buscarlo escuché una discusión: un representante de la Profeco cobraba al encargado 2,000 pesos por la cuestión de los mililitros, y 3,000 por tener un bote que “exigía” propinas; con prepotencia amenazó con clausurar el local el fin de semana hasta que en Chihuahua se liquidaran las multas, y agregó 2,000 pesos por reabrir. Desayuné, triste, unos huevos corruptos, haciendo cuentas de cuántos desayunos se necesitan para pagar 7,000 pesos, o dar una “mordida” de la mitad para que siga abierto en estos, los mejores, días del año.

Querido lector, donde usted le pique salta pus, porque es conocido que la Profeco, en cada Navidad, manda a sus comerciantes cautivos una lista de los regalos que requieren, y hay que enviarlos para evitar multas por nimiedades como la taza de café, y que a las trasnacionales como Walmart no las visitan ya que tienen abogados. Esta esquizofrénica corrupción es sólo para mexicanos.

¿Y sabe usted para qué existen las cámaras de comercio o de restaurantes? ¿Creerá que sólo para cobrar cuotas? No, no, eso parece, pero su función es defender a los comerciantes de este tipo de atropellos. ¡Aunque, por lo antiguo del problema, usted no lo crea!

El modus operandi de la Profeco en la ciudad de Chihuahua lleva más de veinte años, y mire qué curioso porque este organismo se creó en 1976, hace poco, pero apenas se instaló en Chihuahua ha hecho mal uso de sus funciones.

Ojalá y el gobierno estatal actual pudiera parar esta pudrición federal, una crucifixión actual para el comercio del estado.

Namasté.

www.silviagonzalez.com.mx


Amable lector, ¿sabía usted que la Profeco trabaja en Viernes Santo?, ¿no? Yo tampoco, hasta que lo presencié en la ciudad de Camargo mientras desayunaba con el fin de dirigirnos al lago Colina. La Profeco es la institución que defiende a los consumidores de los comerciantes abusones, pero en estos días en Camargo se cree Poncio Pilatos. Su refinamiento para proteger al consumidor llega a tal grado de que sabiendo que los “días santos” son las mejores fechas del comercio en esta ciudad, gracias al turismo, acude presurosa a “verificar”. ¿Y sabe por qué multaron al restaurantero donde yo desayunaba? Porque en el menú no decía los mililitros que contienen los refrescos y las tazas con café. Listitos.

Sucedió que el mesero del local no nos atendía y al buscarlo escuché una discusión: un representante de la Profeco cobraba al encargado 2,000 pesos por la cuestión de los mililitros, y 3,000 por tener un bote que “exigía” propinas; con prepotencia amenazó con clausurar el local el fin de semana hasta que en Chihuahua se liquidaran las multas, y agregó 2,000 pesos por reabrir. Desayuné, triste, unos huevos corruptos, haciendo cuentas de cuántos desayunos se necesitan para pagar 7,000 pesos, o dar una “mordida” de la mitad para que siga abierto en estos, los mejores, días del año.

Querido lector, donde usted le pique salta pus, porque es conocido que la Profeco, en cada Navidad, manda a sus comerciantes cautivos una lista de los regalos que requieren, y hay que enviarlos para evitar multas por nimiedades como la taza de café, y que a las trasnacionales como Walmart no las visitan ya que tienen abogados. Esta esquizofrénica corrupción es sólo para mexicanos.

¿Y sabe usted para qué existen las cámaras de comercio o de restaurantes? ¿Creerá que sólo para cobrar cuotas? No, no, eso parece, pero su función es defender a los comerciantes de este tipo de atropellos. ¡Aunque, por lo antiguo del problema, usted no lo crea!

El modus operandi de la Profeco en la ciudad de Chihuahua lleva más de veinte años, y mire qué curioso porque este organismo se creó en 1976, hace poco, pero apenas se instaló en Chihuahua ha hecho mal uso de sus funciones.

Ojalá y el gobierno estatal actual pudiera parar esta pudrición federal, una crucifixión actual para el comercio del estado.

Namasté.

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