/ jueves 11 de marzo de 2021

Crueldad insuperable

Crueldad insuperable, guerra gateliana o falacia covidiana son, tal vez, las únicas formas de describir cómo el bien público se subordina al interés político en la lucha contra el Covid-19 con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y sus aliados, y que la doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie detalla magistralmente en su libro Un Daño Irreparable, como una jornada de fallas, negligencias, falsedades o claras intenciones de proteger, incluso a costa de vidas inocentes, una ideología y su poder electoral. ¿De qué serán capaces en el futuro? Podemos responder con algunos ejemplos.

No es casual ser el tercer país con más muertes por Covid-19, y, tal vez, el primero por subregistros: Ya con dos meses que Europa y Asia enfrentaban al virus, tuvimos tiempo, y no nos preparamos observando las medidas de mitigación (control de fronteras, aislamiento, pruebas, etc.). Al decir que no era más grave que la influenza, a pesar de lo que ya se veía en otros países (Hugo López-Gatell, 28-Feb-20). Intención de contagiar a la población lo antes posible, en especial a los niños de escuela (López-Gatell, 14-Mar-20). No interrumpir las actividades (“No dejen de salir”, AMLO, 22-Mar-20).

Alentar actividades en masa (Vive Latino, Claudia Sheinbaum, 13-Mar-20). Que dar importancia al Covid-19 es exagerar (Sheinbaum, 17-Mar-20). Promover la inmunidad natural cuando, en el peor escenario, fuera ineficaz, mortal y temporal (López-Gatell, 16-Mar-20). Decir que no sirve hacer pruebas para todos, pero AMLO afirma hacérselas (López-Gatell, 10-Jun-20; AMLO, 02-Dic-20). Promover “Quédate en Casa”, pero sin reglas preventivas. Crear modelos como Centinela, Semáforo o los Picos, y restarles importancia, pues la plaga es “inconmensurable” (López-Gatell, 02-May-20).

Terrible estrategia de comunicación con el uso de amuletos, estampas u oraciones (“El Detente”, AMLO, 18-Mar-20). Ocultar información o mentiras evidentes en contagios, como no pasar a semáforo rojo para que la población siguiera en ventas navideñas (López-Gatell, #SemáforoGate). Menospreciar el uso del cubrebocas, a pesar de las pruebas científicas y el uso hospitalario (López-Gatell, 25-May-20). Que asintomáticos no contagian, cuando ya estaba probado que sí (López-Gatell, 08-Dic-20). Resistencia e indolencia en rastrear cadena de contagios durante más de un año.

Y aún podríamos decir más, como dar prioridad a la construcción de estadios y otros proyectos, en vez de usar recursos para evitar más muertes; incapacidad de realizar cambios esenciales de estrategia contra la pandemia, a pesar del aumento de muertes; responsabilizar a las personas de no cumplir aislamiento, como si la gestión del gobierno o el ejemplo de AMLO no impactarán; limitar acceso a hospitales públicos o a medicinas, cuando, sin atención, la muerte de infectados se eleva; no corregir el subregistro de muertes o infecciones; uso incorrecto de modelos matemáticos, etc.

Se pueden perdonar los errores por ignorancia, incluso, el retraso en adquirir vacunas cuando en el mercado se han agotado, pero seguir cometiéndolos sabiendo que lo son, con más costo de vidas de lo debido –muy propio de una ideología de izquierda-, siempre seguirá sonando bastante inhumano y criminal.

agusperezr@hotmail.com

Crueldad insuperable, guerra gateliana o falacia covidiana son, tal vez, las únicas formas de describir cómo el bien público se subordina al interés político en la lucha contra el Covid-19 con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y sus aliados, y que la doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie detalla magistralmente en su libro Un Daño Irreparable, como una jornada de fallas, negligencias, falsedades o claras intenciones de proteger, incluso a costa de vidas inocentes, una ideología y su poder electoral. ¿De qué serán capaces en el futuro? Podemos responder con algunos ejemplos.

No es casual ser el tercer país con más muertes por Covid-19, y, tal vez, el primero por subregistros: Ya con dos meses que Europa y Asia enfrentaban al virus, tuvimos tiempo, y no nos preparamos observando las medidas de mitigación (control de fronteras, aislamiento, pruebas, etc.). Al decir que no era más grave que la influenza, a pesar de lo que ya se veía en otros países (Hugo López-Gatell, 28-Feb-20). Intención de contagiar a la población lo antes posible, en especial a los niños de escuela (López-Gatell, 14-Mar-20). No interrumpir las actividades (“No dejen de salir”, AMLO, 22-Mar-20).

Alentar actividades en masa (Vive Latino, Claudia Sheinbaum, 13-Mar-20). Que dar importancia al Covid-19 es exagerar (Sheinbaum, 17-Mar-20). Promover la inmunidad natural cuando, en el peor escenario, fuera ineficaz, mortal y temporal (López-Gatell, 16-Mar-20). Decir que no sirve hacer pruebas para todos, pero AMLO afirma hacérselas (López-Gatell, 10-Jun-20; AMLO, 02-Dic-20). Promover “Quédate en Casa”, pero sin reglas preventivas. Crear modelos como Centinela, Semáforo o los Picos, y restarles importancia, pues la plaga es “inconmensurable” (López-Gatell, 02-May-20).

Terrible estrategia de comunicación con el uso de amuletos, estampas u oraciones (“El Detente”, AMLO, 18-Mar-20). Ocultar información o mentiras evidentes en contagios, como no pasar a semáforo rojo para que la población siguiera en ventas navideñas (López-Gatell, #SemáforoGate). Menospreciar el uso del cubrebocas, a pesar de las pruebas científicas y el uso hospitalario (López-Gatell, 25-May-20). Que asintomáticos no contagian, cuando ya estaba probado que sí (López-Gatell, 08-Dic-20). Resistencia e indolencia en rastrear cadena de contagios durante más de un año.

Y aún podríamos decir más, como dar prioridad a la construcción de estadios y otros proyectos, en vez de usar recursos para evitar más muertes; incapacidad de realizar cambios esenciales de estrategia contra la pandemia, a pesar del aumento de muertes; responsabilizar a las personas de no cumplir aislamiento, como si la gestión del gobierno o el ejemplo de AMLO no impactarán; limitar acceso a hospitales públicos o a medicinas, cuando, sin atención, la muerte de infectados se eleva; no corregir el subregistro de muertes o infecciones; uso incorrecto de modelos matemáticos, etc.

Se pueden perdonar los errores por ignorancia, incluso, el retraso en adquirir vacunas cuando en el mercado se han agotado, pero seguir cometiéndolos sabiendo que lo son, con más costo de vidas de lo debido –muy propio de una ideología de izquierda-, siempre seguirá sonando bastante inhumano y criminal.

agusperezr@hotmail.com