/ miércoles 25 de marzo de 2020

CUADRADOS A MORIR

El ser humano por siglos tuvo la fortuna de vivir en lugares donde al salir de la entrada de su refugio, se encontraba con la inmensidad periférica de la naturaleza ¡Que maravilla! En estos tiempos todavía algunos tienen ese privilegio, pero la gran mayoría nos congregamos en ciudades y pueblos que con su diseño y reducción de áreas verdes, impiden que sus habitantes se conecten con la fuerza vital del planeta.

Hace algunos años se calificó la calidad de vida en ciudades, basando gran parte de la calificación en las áreas verdes que tenían, señalaban que en lugares con árboles y vegetación suficientes, los habitantes son más felices, considerando la oxigenación y la vista de colores naturales y también la paz que proporcionan estos lugares de descanso y esparcimiento saludable a la ciudadanía.

Hoy la organización del mundo se rige por lo cuadrado, por lo práctico se eligieron las figuras de cuatro esquinas y desde entonces vemos esta estructura como nuestro refugio, nuestra propiedad. El cuadrado también ha invadido la mente con pensamientos de cuatro esquinas. ¿Pero que pasa fuera de estos cuadriláteros? ¿Qué ideas hace falta que salgan del cuadro?

Esta parada que hizo el mundo ante la pandemia, es un llamado del planeta que está diciendo ¡Basta! ¿Pero que abarca ese basta en mi diario actuar?

Estoy impresionada de la cantidad de mensajes que se envían diariamente en una total inconsciencia ¡Eso también contamina! Y estamos totalmente atontados con todos esos videos, mensajes y signitos que van a saturar las enormes máquinas que almacenan en su gran mayoría estupideces. Observo como muchas personas ya palomean este estilo de comunicación desechando el personal ¡Ya le mandé mensaje! Los huraños que existían ya se sienten participantes sociales frente a una pantalla y muchos otros que no eran huraños ya se volvieron. ¡Moderación en esto también! Es una gran herramienta pero usada dañina y desmedidamente.

¡Cuidemos el planeta! ¿Cómo? Y he aquí donde tendremos que sacrificar muchas gustos, costumbres y comodidades que le dan en la torre al medio ambiente ¡Cambiar estilos de vida! Ahorita con el miedo muchos dirán ¡Estoy dispuesto! Pero necesitamos perseverancia, porque los entornos naturales no se restablecen así como así, necesitan tiempo y cuidados, no hay inmediatez en nada que concierna a la naturaleza.

Visualizo un planeta donde la prioridad sea proteger los entornos naturales, dejando de lado ese automático que rige las construcciones, los negocios, las ganancias.

Me imagino ciudades con áreas naturales, según el clima que tienen, sin forzar el entorno con árboles y plantas ajenos al lugar. Veo como los jóvenes son educados para apreciar la grandeza del planeta y como aquellos que han nacido en lugares llenos de basura, se juntan para limpiarlos, salvarlos y salvarse, y sobre todo se que las nuevas generaciones pondrán empeño en reducir contaminación y desechos.

Deseo que los grandes líderes del mundo defiendan el agua, fuente de vida y perpetuidad, poniendo consecuencias duras a los que las saqueen y contaminen.

Anhelo que los gobernantes nivelen este signo $, poniendo más énfasis en salvar la vida natural.

Deseo que todas esas construcciones abandonadas se rescaten y habiliten, para evitar la sobre construcción.

Veo un mundo mejor, dispuesto a cambiar, liderado por personas ricas en sabiduría, que darán su mayor esfuerzo por dejar un mundo mejor a los que vienen detrás. Anhelo un mundo saliendo de esas cuatro esquinas para admirar, valorar y ampliar la percepción del ser humano y su entorno.

Vigilante: Tú eres el vigilante de este espléndido planeta, con una visión periférica y consciente te enamorarás de sus bondades y nunca más podrás dejarlo de lado. Salirse de todos esos cuadros que nos hemos inventado es liberador, sanador.

ROBERTA CORTAZAR B.


El ser humano por siglos tuvo la fortuna de vivir en lugares donde al salir de la entrada de su refugio, se encontraba con la inmensidad periférica de la naturaleza ¡Que maravilla! En estos tiempos todavía algunos tienen ese privilegio, pero la gran mayoría nos congregamos en ciudades y pueblos que con su diseño y reducción de áreas verdes, impiden que sus habitantes se conecten con la fuerza vital del planeta.

Hace algunos años se calificó la calidad de vida en ciudades, basando gran parte de la calificación en las áreas verdes que tenían, señalaban que en lugares con árboles y vegetación suficientes, los habitantes son más felices, considerando la oxigenación y la vista de colores naturales y también la paz que proporcionan estos lugares de descanso y esparcimiento saludable a la ciudadanía.

Hoy la organización del mundo se rige por lo cuadrado, por lo práctico se eligieron las figuras de cuatro esquinas y desde entonces vemos esta estructura como nuestro refugio, nuestra propiedad. El cuadrado también ha invadido la mente con pensamientos de cuatro esquinas. ¿Pero que pasa fuera de estos cuadriláteros? ¿Qué ideas hace falta que salgan del cuadro?

Esta parada que hizo el mundo ante la pandemia, es un llamado del planeta que está diciendo ¡Basta! ¿Pero que abarca ese basta en mi diario actuar?

Estoy impresionada de la cantidad de mensajes que se envían diariamente en una total inconsciencia ¡Eso también contamina! Y estamos totalmente atontados con todos esos videos, mensajes y signitos que van a saturar las enormes máquinas que almacenan en su gran mayoría estupideces. Observo como muchas personas ya palomean este estilo de comunicación desechando el personal ¡Ya le mandé mensaje! Los huraños que existían ya se sienten participantes sociales frente a una pantalla y muchos otros que no eran huraños ya se volvieron. ¡Moderación en esto también! Es una gran herramienta pero usada dañina y desmedidamente.

¡Cuidemos el planeta! ¿Cómo? Y he aquí donde tendremos que sacrificar muchas gustos, costumbres y comodidades que le dan en la torre al medio ambiente ¡Cambiar estilos de vida! Ahorita con el miedo muchos dirán ¡Estoy dispuesto! Pero necesitamos perseverancia, porque los entornos naturales no se restablecen así como así, necesitan tiempo y cuidados, no hay inmediatez en nada que concierna a la naturaleza.

Visualizo un planeta donde la prioridad sea proteger los entornos naturales, dejando de lado ese automático que rige las construcciones, los negocios, las ganancias.

Me imagino ciudades con áreas naturales, según el clima que tienen, sin forzar el entorno con árboles y plantas ajenos al lugar. Veo como los jóvenes son educados para apreciar la grandeza del planeta y como aquellos que han nacido en lugares llenos de basura, se juntan para limpiarlos, salvarlos y salvarse, y sobre todo se que las nuevas generaciones pondrán empeño en reducir contaminación y desechos.

Deseo que los grandes líderes del mundo defiendan el agua, fuente de vida y perpetuidad, poniendo consecuencias duras a los que las saqueen y contaminen.

Anhelo que los gobernantes nivelen este signo $, poniendo más énfasis en salvar la vida natural.

Deseo que todas esas construcciones abandonadas se rescaten y habiliten, para evitar la sobre construcción.

Veo un mundo mejor, dispuesto a cambiar, liderado por personas ricas en sabiduría, que darán su mayor esfuerzo por dejar un mundo mejor a los que vienen detrás. Anhelo un mundo saliendo de esas cuatro esquinas para admirar, valorar y ampliar la percepción del ser humano y su entorno.

Vigilante: Tú eres el vigilante de este espléndido planeta, con una visión periférica y consciente te enamorarás de sus bondades y nunca más podrás dejarlo de lado. Salirse de todos esos cuadros que nos hemos inventado es liberador, sanador.

ROBERTA CORTAZAR B.


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