/ miércoles 27 de julio de 2022

Cuando el diablo pasa la factura: El NAIM y el AIFA (1 de 2)

Por Mario Mata Carrasco


Estamos llegando al fin del cuarto año de gobierno federal que encabeza AMLO, emanado del partido Morena y autollamado 4T o la supuesta “cuarta transformación”, llegó al poder con una gran expectativa, más de 33 millones de votos y un ego súper inflado.

Pero la realidad tercamente se impone y las decisiones siempre tienen consecuencias, malas o buenas, pero invariablemente superarán a los discursos, las falacias, las consignas y las discusiones bizantinas basadas en siempre en falsas premisas.

La primera decisión de este gobierno fue cancelar la obra de infraestructura quizá más importante en la historia del México moderno, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el NAIM, La expansión del NAIM se realizaría en cuatro etapas para optimizar los procesos garantizando el contar con la capacidad suficiente para atender la demanda de cinco años de crecimiento en cada fase. Para ello, el desarrollo del NAIM tomaba en cuenta la demanda esperada con base en las proyecciones de tráfico aéreo de los años 2025, 2030, 2035, 2040 y en 2065. El NAIM comenzaría operaciones con una capacidad instalada máxima para aproximadamente 68 millones de pasajeros. Su diseño permitía una ampliación conforme al crecimiento económico del país, atendiendo la demanda de pasajeros y mercancías, lo cual dará cabida al tráfico aéreo proyectado para los próximos 50 años.

En su máximo desarrollo, el NAIM tendría capacidad para atender casi cuatro veces la capacidad del Aeropuerto de la Ciudad de México AICM, es decir, 125 millones de pasajeros anuales. Esto sería posible gracias a los dos edificios terminales y dos satélites con 190 posiciones fijas y 85 remotas con los que hubiera contado, así como las pistas de operación simultánea, las cuales permitirían que más de un millón de aviones cada año despegaran y aterrizaran en él. Les dejo una liga de lo que iba a ser uno de los aeropuertos más modernos del mundo. https://www.youtube.com/watch?v=lw_CmQYreBI

El NAIM contaría con un edificio terminal de 743,275 m2 y tres pistas iniciales de operación simultánea, con planes de crecimiento a seis, con lo que se convertiría en el primero fuera de Estados Unidos que tendría esa característica.

Se canceló este proyecto simplemente por una muy manipulada consulta pública, por un capricho de AMLO, y para fijar postura de lo que iba a ser su gobierno, la voluntad de un solo hombre, ya no dictaduras de partido ni de grupos.

El NAIM estaba estructurado para ser un proyecto autofinanciable, al obtener recursos para su construcción con una combinación de fondos gubernamentales y privados, manteniendo al aeropuerto como patrimonio del gobierno federal, pero minimizando su impacto en las finanzas públicas.

El financiamiento privado del NAIM se habría obtenido por medio de la emisión de bonos garantizados por los ingresos obtenidos por la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA). Los flujos financieros del NAIM estaban estructurados de manera tal, que los remanentes del aeropuerto generarían para el gobierno federal ganancias superiores a mil millones de dólares anuales en la década de 2030. El costo total sería de 285 mil millones de pesos mexicanos.




Por Mario Mata Carrasco


Estamos llegando al fin del cuarto año de gobierno federal que encabeza AMLO, emanado del partido Morena y autollamado 4T o la supuesta “cuarta transformación”, llegó al poder con una gran expectativa, más de 33 millones de votos y un ego súper inflado.

Pero la realidad tercamente se impone y las decisiones siempre tienen consecuencias, malas o buenas, pero invariablemente superarán a los discursos, las falacias, las consignas y las discusiones bizantinas basadas en siempre en falsas premisas.

La primera decisión de este gobierno fue cancelar la obra de infraestructura quizá más importante en la historia del México moderno, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el NAIM, La expansión del NAIM se realizaría en cuatro etapas para optimizar los procesos garantizando el contar con la capacidad suficiente para atender la demanda de cinco años de crecimiento en cada fase. Para ello, el desarrollo del NAIM tomaba en cuenta la demanda esperada con base en las proyecciones de tráfico aéreo de los años 2025, 2030, 2035, 2040 y en 2065. El NAIM comenzaría operaciones con una capacidad instalada máxima para aproximadamente 68 millones de pasajeros. Su diseño permitía una ampliación conforme al crecimiento económico del país, atendiendo la demanda de pasajeros y mercancías, lo cual dará cabida al tráfico aéreo proyectado para los próximos 50 años.

En su máximo desarrollo, el NAIM tendría capacidad para atender casi cuatro veces la capacidad del Aeropuerto de la Ciudad de México AICM, es decir, 125 millones de pasajeros anuales. Esto sería posible gracias a los dos edificios terminales y dos satélites con 190 posiciones fijas y 85 remotas con los que hubiera contado, así como las pistas de operación simultánea, las cuales permitirían que más de un millón de aviones cada año despegaran y aterrizaran en él. Les dejo una liga de lo que iba a ser uno de los aeropuertos más modernos del mundo. https://www.youtube.com/watch?v=lw_CmQYreBI

El NAIM contaría con un edificio terminal de 743,275 m2 y tres pistas iniciales de operación simultánea, con planes de crecimiento a seis, con lo que se convertiría en el primero fuera de Estados Unidos que tendría esa característica.

Se canceló este proyecto simplemente por una muy manipulada consulta pública, por un capricho de AMLO, y para fijar postura de lo que iba a ser su gobierno, la voluntad de un solo hombre, ya no dictaduras de partido ni de grupos.

El NAIM estaba estructurado para ser un proyecto autofinanciable, al obtener recursos para su construcción con una combinación de fondos gubernamentales y privados, manteniendo al aeropuerto como patrimonio del gobierno federal, pero minimizando su impacto en las finanzas públicas.

El financiamiento privado del NAIM se habría obtenido por medio de la emisión de bonos garantizados por los ingresos obtenidos por la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA). Los flujos financieros del NAIM estaban estructurados de manera tal, que los remanentes del aeropuerto generarían para el gobierno federal ganancias superiores a mil millones de dólares anuales en la década de 2030. El costo total sería de 285 mil millones de pesos mexicanos.