/ sábado 30 de julio de 2022

Cuando un amigo se va… | Al maestro Enrique Aguilar Pérez

BARRA MEXICANA, COLEGIO DE ABOGADOS DE CHIHUAHUA A.C.

Por: José Martínez Frausto (*)

Colaboración.

El dieciocho de julio del presente año falleció uno de los más brillantes abogados chihuahuenses: el maestro Enrique Aguilar Pérez. Su paso por esta vida fue notable y por ello le rindo mi sentido reconocimiento, haciendo una semblanza del mismo:

Don Enrique nació en San Andrés, Riva Palacio, Chihuahua, hace ochenta y cinco años. Hijo de campesinos muy humildes, siendo su padre orgullosamente soldado del general Francisco Villa.

Cursó sus estudios elementales en escuelas oficiales, terminando su educación preparatoria en el Instituto Científico y Literario, que después pasó a ser la Escuela Preparatoria de la Universidad de Chihuahua.

Al fundarse la universidad un año antes de que el joven Aguilar Pérez terminara sus estudios de preparatoria tuvo oportunidad de ingresar a la Escuela de Derecho, hoy facultad, recién fundada, formando parte de la segunda generación de la misma.

Se distinguió como un brillante estudiante, aunado a sus dotes de orador que lo llevaron a ser campeón estatal y tercer lugar nacional en concursos de oratoria.

Siendo estudiante de Derecho se inició en la docencia, impartiendo clases de historia universal en la Escuela Preparatoria de la Universidad de Chihuahua.

Fue profesor de derecho de las obligaciones y derecho agrario en la Escuela de Derecho de la misma universidad, donde quienes tuvimos el privilegio de que fuese nuestro maestro nos deleitamos con sus clases, en las que hacía gala de su natural elocuencia y sus conocimientos en esas materias.

En su ejercicio profesional se desempeñó como un magnífico abogado litigante, al amparo de brillantes juristas como lo fueron don Saúl González Herrera y don Augusto Martínez Gil.

Laboró en el área jurídica de la Tesorería del Estado, en el gobierno del licenciado Óscar Flores Sánchez.

Fue subdirector nacional de Banrural, en el sexenio del presidente José López Portillo.

Ocupó el cargo de procurador general de justicia en el estado en el gobierno interino del licenciado Saúl González Herrera, con un desempeño de excelencia.

Finalmente, fue titular de la Notaría Pública número dieciocho en esta ciudad, distinguiéndose porque antes de que las personas firmaran los documentos que él elaboraba, les explicaba personalmente su contenido y alcance legal, sin delegar lo anterior en sus auxiliares.

Desempeñó el cargo de presidente del Consejo Estatal de Notarios.

En su vida gremial ocupó los cargos de presidente de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados de Chihuahua y de la Federación Mexicana de Colegios de Abogados, instituciones en las que por su pasión en la defensa de los intereses de los abogados y del Estado de derecho, fue un verdadero líder moral hasta su fallecimiento, instituyéndose la medalla “Maestro Enrique Aguilar Pérez“ para ser entregada cada año a la abogada o abogado colegiado que haya tenido el mejor desempeño.

Lo más reconocido en su vida fue el ser un gran amigo de sus amigos, un hombre sencillo, honesto, un gran jurista, que tuvo el respeto, admiración y estima de quienes lo conocimos y tratamos. Descanse en paz.

(*) Ex presidente de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados de Chihuahua y de la Federación Mexicana de Colegios de Abogados.


BARRA MEXICANA, COLEGIO DE ABOGADOS DE CHIHUAHUA A.C.

Por: José Martínez Frausto (*)

Colaboración.

El dieciocho de julio del presente año falleció uno de los más brillantes abogados chihuahuenses: el maestro Enrique Aguilar Pérez. Su paso por esta vida fue notable y por ello le rindo mi sentido reconocimiento, haciendo una semblanza del mismo:

Don Enrique nació en San Andrés, Riva Palacio, Chihuahua, hace ochenta y cinco años. Hijo de campesinos muy humildes, siendo su padre orgullosamente soldado del general Francisco Villa.

Cursó sus estudios elementales en escuelas oficiales, terminando su educación preparatoria en el Instituto Científico y Literario, que después pasó a ser la Escuela Preparatoria de la Universidad de Chihuahua.

Al fundarse la universidad un año antes de que el joven Aguilar Pérez terminara sus estudios de preparatoria tuvo oportunidad de ingresar a la Escuela de Derecho, hoy facultad, recién fundada, formando parte de la segunda generación de la misma.

Se distinguió como un brillante estudiante, aunado a sus dotes de orador que lo llevaron a ser campeón estatal y tercer lugar nacional en concursos de oratoria.

Siendo estudiante de Derecho se inició en la docencia, impartiendo clases de historia universal en la Escuela Preparatoria de la Universidad de Chihuahua.

Fue profesor de derecho de las obligaciones y derecho agrario en la Escuela de Derecho de la misma universidad, donde quienes tuvimos el privilegio de que fuese nuestro maestro nos deleitamos con sus clases, en las que hacía gala de su natural elocuencia y sus conocimientos en esas materias.

En su ejercicio profesional se desempeñó como un magnífico abogado litigante, al amparo de brillantes juristas como lo fueron don Saúl González Herrera y don Augusto Martínez Gil.

Laboró en el área jurídica de la Tesorería del Estado, en el gobierno del licenciado Óscar Flores Sánchez.

Fue subdirector nacional de Banrural, en el sexenio del presidente José López Portillo.

Ocupó el cargo de procurador general de justicia en el estado en el gobierno interino del licenciado Saúl González Herrera, con un desempeño de excelencia.

Finalmente, fue titular de la Notaría Pública número dieciocho en esta ciudad, distinguiéndose porque antes de que las personas firmaran los documentos que él elaboraba, les explicaba personalmente su contenido y alcance legal, sin delegar lo anterior en sus auxiliares.

Desempeñó el cargo de presidente del Consejo Estatal de Notarios.

En su vida gremial ocupó los cargos de presidente de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados de Chihuahua y de la Federación Mexicana de Colegios de Abogados, instituciones en las que por su pasión en la defensa de los intereses de los abogados y del Estado de derecho, fue un verdadero líder moral hasta su fallecimiento, instituyéndose la medalla “Maestro Enrique Aguilar Pérez“ para ser entregada cada año a la abogada o abogado colegiado que haya tenido el mejor desempeño.

Lo más reconocido en su vida fue el ser un gran amigo de sus amigos, un hombre sencillo, honesto, un gran jurista, que tuvo el respeto, admiración y estima de quienes lo conocimos y tratamos. Descanse en paz.

(*) Ex presidente de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados de Chihuahua y de la Federación Mexicana de Colegios de Abogados.