/ lunes 3 de diciembre de 2018

Cuarta transformación, nueva constitución

Para un estadista, un dirigente político como Andrés Manuel, el momento más difícil es el momento de llevar a la práctica, en el gobierno, los cambios que prometió en campaña.Esto ya lo sabía el florentino Nicolás Maquiavelo hace más de 500 años, y sigue siendo cierto.

Combatir la corrupción en México requiere cambios estructurales al modelo de país, que fue diseñado del presidente Miguel Alemán para acá, desde 1946 al 2018 son 72 años, 12 sexenios.

Inercia en física es la capacidad, la propiedad que tienen los cuerpos físicos, de seguir en la situación en la que se encuentran, hasta en tanto una fuerza superior los impacta, y los hace cambiar de situación, en otras palabras, la inercia es la resistencia que opone un cuerpo físico a cambiar su estado, ya sea de movimiento o de reposo. De esta ley física, aplicada a la situación actual, podemos inferir que, así como los cuerpos físicos tienen una resistencia al cambio por la inercia, los cuerpos sociales, sus instituciones económicas y políticas también lo tienen, por eso, en el momento político histórico que vivimos, en el cual un sistema de 72 años de antigüedad, no acaba de morir, y un nuevo sistema no acaba de nacer, podemos esperar que el viejo sistema se resista al cambio por la inercia, así como en un vehículo, los cinturones de seguridad protegen la vida de sus ocupantes, en caso de algún choque, el sistema económico–político de México, también tiene cinturones de seguridad, son muchos, por razones de espacio sólo vamos a mencionar uno, que en la actual coyuntura consideramos de vital importancia: la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Andrés Manuel en campaña nos ofreció que en los primeros tres años de gobierno no promovería cambios constitucionales, la realidad lo convenció, lo obligó a cambiar de opinión, siendo la inseguridad una de las demandas más sentidas de la población, Andrés Manuel impulsó en el congreso cambios a 13 artículos constitucionales, para permitir la formación de una guardia nacional, integrada por elementos del Ejército, la Marina, la Policía Federal y 50 mil jóvenes que se planea reclutar y capacitar en los próximos tres años.

Esto es sólo un ejemplo de cómo efectuar los cambios estructurales que el país demanda, no es posible sin efectuar cambios constitucionales, seguramente vendrán más cambios a la constitución.

La constitución tiene muchas formas de definirse, a mí me gusta la que da el jurista austriaco: la constitución es la fuerza organizada en beneficio de las clases en el poder. La constitución actual es funcional a los intereses del capitalismo salvaje, Andrés Manuel ya declaró que toda transformación en México, la Independencia, la Reforma y la Revolución, han producido una nueva constitución.

La cuarta transformación no puede ser la excepción.

El Diccionario Larousse de Ciencias nos define la inercia con este ejemplo: cuando un vehículo arranca bruscamente, sus ocupantes parece como si fueran proyectados hacia atrás, y en realidad tienden, por inercia, a conservan el estado de reposo en que se hallaban, por el contrario, cuando un vehículo da un frenazo, los ocupantes son proyectados hacia adelante, porque en virtud de la inercia, tienden a continuar su movimiento.

Andrés Manuel se ha esmerado de diversas formas, para que el cambio que se inicia, formalmente, este 1º de diciembre, sea un cambio sin movimientos bruscos, hasta ahora ha sido así con algunas excepciones.

Meter el acelerador o meter el freno, es una de las decisiones más importantes que toda transformación verdadera debe tomar, ¿cómo, cuándo y quiénes tomaran esta decisión?, ¿será una decisión de abajo hacia arriba?, ¿será una decisión de arriba hacia abajo?, ¿será una combinación entre estos dos extremos?

Una larga marcha se inicia con un paso, el 1º de diciembre será el primer día de gobierno de un nuevo proyecto de nación, muchas cosas deben cambiar, y cambiarán, muchos obstáculos tendremos que vencer y los venceremos, no será fácil ni rápido, pero será.

Cada quien decidiremos desde nuestra trinchera si queremos ser parte de un cambio, de un nuevo proyecto, o queremos ser obstáculo y aferrarnos a un sistema en agonía.

Es hora de meter el acelerador, no el freno.


Para un estadista, un dirigente político como Andrés Manuel, el momento más difícil es el momento de llevar a la práctica, en el gobierno, los cambios que prometió en campaña.Esto ya lo sabía el florentino Nicolás Maquiavelo hace más de 500 años, y sigue siendo cierto.

Combatir la corrupción en México requiere cambios estructurales al modelo de país, que fue diseñado del presidente Miguel Alemán para acá, desde 1946 al 2018 son 72 años, 12 sexenios.

Inercia en física es la capacidad, la propiedad que tienen los cuerpos físicos, de seguir en la situación en la que se encuentran, hasta en tanto una fuerza superior los impacta, y los hace cambiar de situación, en otras palabras, la inercia es la resistencia que opone un cuerpo físico a cambiar su estado, ya sea de movimiento o de reposo. De esta ley física, aplicada a la situación actual, podemos inferir que, así como los cuerpos físicos tienen una resistencia al cambio por la inercia, los cuerpos sociales, sus instituciones económicas y políticas también lo tienen, por eso, en el momento político histórico que vivimos, en el cual un sistema de 72 años de antigüedad, no acaba de morir, y un nuevo sistema no acaba de nacer, podemos esperar que el viejo sistema se resista al cambio por la inercia, así como en un vehículo, los cinturones de seguridad protegen la vida de sus ocupantes, en caso de algún choque, el sistema económico–político de México, también tiene cinturones de seguridad, son muchos, por razones de espacio sólo vamos a mencionar uno, que en la actual coyuntura consideramos de vital importancia: la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Andrés Manuel en campaña nos ofreció que en los primeros tres años de gobierno no promovería cambios constitucionales, la realidad lo convenció, lo obligó a cambiar de opinión, siendo la inseguridad una de las demandas más sentidas de la población, Andrés Manuel impulsó en el congreso cambios a 13 artículos constitucionales, para permitir la formación de una guardia nacional, integrada por elementos del Ejército, la Marina, la Policía Federal y 50 mil jóvenes que se planea reclutar y capacitar en los próximos tres años.

Esto es sólo un ejemplo de cómo efectuar los cambios estructurales que el país demanda, no es posible sin efectuar cambios constitucionales, seguramente vendrán más cambios a la constitución.

La constitución tiene muchas formas de definirse, a mí me gusta la que da el jurista austriaco: la constitución es la fuerza organizada en beneficio de las clases en el poder. La constitución actual es funcional a los intereses del capitalismo salvaje, Andrés Manuel ya declaró que toda transformación en México, la Independencia, la Reforma y la Revolución, han producido una nueva constitución.

La cuarta transformación no puede ser la excepción.

El Diccionario Larousse de Ciencias nos define la inercia con este ejemplo: cuando un vehículo arranca bruscamente, sus ocupantes parece como si fueran proyectados hacia atrás, y en realidad tienden, por inercia, a conservan el estado de reposo en que se hallaban, por el contrario, cuando un vehículo da un frenazo, los ocupantes son proyectados hacia adelante, porque en virtud de la inercia, tienden a continuar su movimiento.

Andrés Manuel se ha esmerado de diversas formas, para que el cambio que se inicia, formalmente, este 1º de diciembre, sea un cambio sin movimientos bruscos, hasta ahora ha sido así con algunas excepciones.

Meter el acelerador o meter el freno, es una de las decisiones más importantes que toda transformación verdadera debe tomar, ¿cómo, cuándo y quiénes tomaran esta decisión?, ¿será una decisión de abajo hacia arriba?, ¿será una decisión de arriba hacia abajo?, ¿será una combinación entre estos dos extremos?

Una larga marcha se inicia con un paso, el 1º de diciembre será el primer día de gobierno de un nuevo proyecto de nación, muchas cosas deben cambiar, y cambiarán, muchos obstáculos tendremos que vencer y los venceremos, no será fácil ni rápido, pero será.

Cada quien decidiremos desde nuestra trinchera si queremos ser parte de un cambio, de un nuevo proyecto, o queremos ser obstáculo y aferrarnos a un sistema en agonía.

Es hora de meter el acelerador, no el freno.