/ viernes 10 de septiembre de 2021

Cuauhtémoc, Chihuahua, harto de violencia

Por: Juan Ramón Camacho Rodríguez

Hace por lo menos tres lustros que la comunidad de Cuauhtémoc, Chihuahua, espera que la inseguridad y violencia que lastima al municipio y sobre todo en la cabecera del mismo, reciba la atención debida y la intervención exitosa por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno.

Sin embargo, los gobiernos federal, estatal y municipal no han podido con el problema, el cual ya tiene a los ciudadanos prácticamente hartos, proyectando además una triste imagen del que es considerado el tercer municipio en importancia económica, política y social en el estado.

Los ciudadanos de bien en Cuauhtémoc han visto con tristeza cómo los homicidios dolosos crecen inconteniblemente, alcanzando en lo que va del año 126 casos, cerca de los 139 que se registraron a lo largo de todo el 2020 y aproximadamente un veinte por ciento más que los registrados durante el mismo periodo de tal año.

Las estrategias de las autoridades contra la violencia en Cuauhtémoc (si es que realmente las ha habido) han sido un enorme y reprochable fracaso. Actualmente, la llamada “mesa” para la seguridad y la paz en el municipio, que convoca a representantes de los tres niveles de gobierno, evidentemente no ha dado resultados.

La sociedad cuauhtemense, de aproximadamente 150 mil habitantes, vive un terrible momento histórico caracterizado por la ineptitud de las autoridades y la impotencia de las organizaciones civiles y las instituciones públicas y privadas frente a la penosa realidad.

La incertidumbre y la intranquilidad son parte del cotidiano ánimo ciudadano, lo cual ya parece formar parte de la normalidad de la vida en común que se tiene en el lugar. Una deplorable realidad.

Los actos violentos contra la vida de personas en Cuauhtémoc han rebasado impúdicamente los límites del orden común y el respeto a la ley. La situación ya es intolerable, y lo triste es que no parece asomarse en el horizonte una estrategia efectiva que devuelva un poco de la tranquilidad.

Por mucho que los gobernantes se atrevan a ocultar su incompetencia con discursos tan falaces como inmorales atiborrados de imposturas y menosprecio a la inteligencia común, los hechos tienen fastidiado a todo un pueblo, a una comunidad que soporta un mal y no halla alivio para él.

Ya comienzan las nuevas administraciones públicas en el estado y en el municipio, pero esta vez la cuauhtemenses parecen no tener muchas esperanzas de que las nuevas autoridades demuestren eficaz atención al problema de los homicidios, al tema de la violencia.

Muchos de los ciudadanos del municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, tienen la idea de que si la violencia y los homicidios productos de la misma menguan, ello será por la voluntad de los violentos, por una renuncia de ellos a dichas acciones, mas no por un acierto del gobierno.

Así de lamentable es la situación en la tierra del queso y las manzanas. Ojalá y mejore pronto.




Por: Juan Ramón Camacho Rodríguez

Hace por lo menos tres lustros que la comunidad de Cuauhtémoc, Chihuahua, espera que la inseguridad y violencia que lastima al municipio y sobre todo en la cabecera del mismo, reciba la atención debida y la intervención exitosa por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno.

Sin embargo, los gobiernos federal, estatal y municipal no han podido con el problema, el cual ya tiene a los ciudadanos prácticamente hartos, proyectando además una triste imagen del que es considerado el tercer municipio en importancia económica, política y social en el estado.

Los ciudadanos de bien en Cuauhtémoc han visto con tristeza cómo los homicidios dolosos crecen inconteniblemente, alcanzando en lo que va del año 126 casos, cerca de los 139 que se registraron a lo largo de todo el 2020 y aproximadamente un veinte por ciento más que los registrados durante el mismo periodo de tal año.

Las estrategias de las autoridades contra la violencia en Cuauhtémoc (si es que realmente las ha habido) han sido un enorme y reprochable fracaso. Actualmente, la llamada “mesa” para la seguridad y la paz en el municipio, que convoca a representantes de los tres niveles de gobierno, evidentemente no ha dado resultados.

La sociedad cuauhtemense, de aproximadamente 150 mil habitantes, vive un terrible momento histórico caracterizado por la ineptitud de las autoridades y la impotencia de las organizaciones civiles y las instituciones públicas y privadas frente a la penosa realidad.

La incertidumbre y la intranquilidad son parte del cotidiano ánimo ciudadano, lo cual ya parece formar parte de la normalidad de la vida en común que se tiene en el lugar. Una deplorable realidad.

Los actos violentos contra la vida de personas en Cuauhtémoc han rebasado impúdicamente los límites del orden común y el respeto a la ley. La situación ya es intolerable, y lo triste es que no parece asomarse en el horizonte una estrategia efectiva que devuelva un poco de la tranquilidad.

Por mucho que los gobernantes se atrevan a ocultar su incompetencia con discursos tan falaces como inmorales atiborrados de imposturas y menosprecio a la inteligencia común, los hechos tienen fastidiado a todo un pueblo, a una comunidad que soporta un mal y no halla alivio para él.

Ya comienzan las nuevas administraciones públicas en el estado y en el municipio, pero esta vez la cuauhtemenses parecen no tener muchas esperanzas de que las nuevas autoridades demuestren eficaz atención al problema de los homicidios, al tema de la violencia.

Muchos de los ciudadanos del municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, tienen la idea de que si la violencia y los homicidios productos de la misma menguan, ello será por la voluntad de los violentos, por una renuncia de ellos a dichas acciones, mas no por un acierto del gobierno.

Así de lamentable es la situación en la tierra del queso y las manzanas. Ojalá y mejore pronto.