/ sábado 7 de noviembre de 2020

Cuidado con las ciberestafas

Durante este largo proceso que hemos estado viviendo, originado por la pandemia de coronavirus, los delincuentes no descansan. Especialmente los que delinquen en la red de redes, que hoy es fundamental para nuestro diario vivir.

Cada vez más la rutina es más ligera: cargamos menos cosas en físico y muchas más en el teléfono, entre esas cosas está nuestra información financiera, gracias a las aplicaciones de los diversos bancos, que nos hacen la vida más simple y fácil.

Por ello, los delincuentes de la red ahora quieren nuestra información bancaria que está celosamente guardada en los teléfonos y siempre están buscando nuevas maneras de tener nuevas víctimas para robarles.

Según una interesante crónica de El Universal, la empresa de ciberseguridad ESET descubrió que los delincuentes ahora usan red social Instagram para robar información a usuarios de la banca.

Según lo publicado, se descubrió que todo comienza con un mensaje privado a través de Instagram de cuentas apócrifas, como la del Banco Galicia, en la que los delincuentes ofrecían en nombre del banco la posibilidad de utilizar esta red como canal para la atención al cliente, para establecer un primer contacto y obtener información personal, lo que podría desencadenar en una futura estafa.

Según la crónica, fueron muchos los que cayeron. Y aquí en México, tenemos problemas similares, según la Condusef.

Para finales del mes de octubre, 8 SOFOM, y 2 Cooperativas de Ahorro y Préstamo informaron que su nombre comercial e incluso de algunos de sus datos fiscales o administrativos habían sido suplantados y lo hacían de la siguiente manera:

Una persona los contacta vía telefónica o por redes sociales ofreciéndoles créditos inmediatos, con pocos requisitos y con mensualidades de montos pequeños para hacerlos atractivos. Estos estafadores utilizan información, como razón social, direcciones, teléfonos y logotipos de las entidades para hacerse pasar por ellas.

Después, solicitan a sus víctimas enviar su información personal vía WhatsApp o por Facebook Messenger, donde piden anticipos de dinero con la supuesta finalidad de apartar el crédito, gestionarlo, adelantar mensualidades, pagar gastos por apertura o como fianza en garantía, generalmente por el equivalente al 10% del monto total del crédito solicitado, que puede ser de mil hasta cien mil pesos.

Y ya cuando las víctimas realizan los depósitos a la cuenta señalada, no reciben el crédito y es imposible localizar a los promotores, descubren que han sido engañados.

Podemos evitar este tipo de engaños haciendo público su modus operandi. La misma Fiscalía General del Estado ha revelado en últimos días que grandes cantidades de dinero se han perdido en el estado, producto de estafas por métodos similares, especialmente a adultos mayores que son despojados de sus recursos.

Compartamos esta información y toda aquella que sea oficial sobre este tipo de estafas. Además de cuidarnos del coronavirus, hay que cuidar nuestra información sensible.


Durante este largo proceso que hemos estado viviendo, originado por la pandemia de coronavirus, los delincuentes no descansan. Especialmente los que delinquen en la red de redes, que hoy es fundamental para nuestro diario vivir.

Cada vez más la rutina es más ligera: cargamos menos cosas en físico y muchas más en el teléfono, entre esas cosas está nuestra información financiera, gracias a las aplicaciones de los diversos bancos, que nos hacen la vida más simple y fácil.

Por ello, los delincuentes de la red ahora quieren nuestra información bancaria que está celosamente guardada en los teléfonos y siempre están buscando nuevas maneras de tener nuevas víctimas para robarles.

Según una interesante crónica de El Universal, la empresa de ciberseguridad ESET descubrió que los delincuentes ahora usan red social Instagram para robar información a usuarios de la banca.

Según lo publicado, se descubrió que todo comienza con un mensaje privado a través de Instagram de cuentas apócrifas, como la del Banco Galicia, en la que los delincuentes ofrecían en nombre del banco la posibilidad de utilizar esta red como canal para la atención al cliente, para establecer un primer contacto y obtener información personal, lo que podría desencadenar en una futura estafa.

Según la crónica, fueron muchos los que cayeron. Y aquí en México, tenemos problemas similares, según la Condusef.

Para finales del mes de octubre, 8 SOFOM, y 2 Cooperativas de Ahorro y Préstamo informaron que su nombre comercial e incluso de algunos de sus datos fiscales o administrativos habían sido suplantados y lo hacían de la siguiente manera:

Una persona los contacta vía telefónica o por redes sociales ofreciéndoles créditos inmediatos, con pocos requisitos y con mensualidades de montos pequeños para hacerlos atractivos. Estos estafadores utilizan información, como razón social, direcciones, teléfonos y logotipos de las entidades para hacerse pasar por ellas.

Después, solicitan a sus víctimas enviar su información personal vía WhatsApp o por Facebook Messenger, donde piden anticipos de dinero con la supuesta finalidad de apartar el crédito, gestionarlo, adelantar mensualidades, pagar gastos por apertura o como fianza en garantía, generalmente por el equivalente al 10% del monto total del crédito solicitado, que puede ser de mil hasta cien mil pesos.

Y ya cuando las víctimas realizan los depósitos a la cuenta señalada, no reciben el crédito y es imposible localizar a los promotores, descubren que han sido engañados.

Podemos evitar este tipo de engaños haciendo público su modus operandi. La misma Fiscalía General del Estado ha revelado en últimos días que grandes cantidades de dinero se han perdido en el estado, producto de estafas por métodos similares, especialmente a adultos mayores que son despojados de sus recursos.

Compartamos esta información y toda aquella que sea oficial sobre este tipo de estafas. Además de cuidarnos del coronavirus, hay que cuidar nuestra información sensible.