/ jueves 19 de abril de 2018

Da lo mismo quién gane

“La imagen más importante de la democracia es la del ciudadano responsable”

- Touraine -

Inmersos en las campañas electorales y en las mediaciones de una copa mundial de futbol en tierras de Don Vladimir llegaremos a la hora de enfrentarnos con las urnas. Pero, ¿por quién votar?; si esta pregunta se la hago a mi amigo Agustín su respuesta será que por Ricardo Anaya, si la respuesta viene de Marco me dirá que por José Antonio Meade y si escucho a mi compa Dionisio dirá que por Andrés Manuel (hasta ahorita no conozco a alguien que me diga que por Margarita, pero seguramente los hay).

Los cuatro fantásticos que aparecerán en la boleta en busca de la silla presidencial tienen diferencias (si no qué chiste) y más allá de enlistar estas diferencias lo más importante es el papel de nosotros como sociedad, sin importar quién salga avante en las urnas; recordemos que los gobernantes están de paso y que no todo lo que se puede considerar como mal gobierno recae en ellos. Nosotros como ciudadanos (en el estricto sentido de la palabra) también tenemos un papel importante que ejercer ¿o no?

Como integrantes de una sociedad tenemos derechos y también obligaciones que llevándolas en orden permitirían que todo avanzara en armonía. Y la cuestión es muy sencilla, se trata de respetar las reglas. Ser puntuales, adquirir productos originales, realizar responsablemente nuestro trabajo, respetar las ideas de terceros, ser amables con los vecinos, respetar las señales de tránsito y una vez que el oficial de Vialidad nos vaya a realizar una multa por una infracción que verdaderamente se cometió no tratar de arreglarse de otra manera con él porque es ahí precisamente donde todo empieza a desarreglarse.

Podrá ganar Margarita, Meade, Anaya, López o el Bronco, pero si no cambiamos el chip de nuestra mente para representar dignamente nuestro papel como ciudadano da lo mismo quién gane. Antes de buscar las virtudes de los candidatos explotemos las propias. El futuro de nuestra nación no está en su presidente, de nosotros depende, como casi todo en la vida. Ande pues.

Punto y aparte.

Son varios los que aseguran que en las próximas elecciones acudiremos a las urnas movidos por el enojo o el miedo; hoy más que nunca tenemos que dejar a un lado estos dos factores negativos y ejercer nuestro voto con una verdadera sensatez. Claro que se puede.

“La imagen más importante de la democracia es la del ciudadano responsable”

- Touraine -

Inmersos en las campañas electorales y en las mediaciones de una copa mundial de futbol en tierras de Don Vladimir llegaremos a la hora de enfrentarnos con las urnas. Pero, ¿por quién votar?; si esta pregunta se la hago a mi amigo Agustín su respuesta será que por Ricardo Anaya, si la respuesta viene de Marco me dirá que por José Antonio Meade y si escucho a mi compa Dionisio dirá que por Andrés Manuel (hasta ahorita no conozco a alguien que me diga que por Margarita, pero seguramente los hay).

Los cuatro fantásticos que aparecerán en la boleta en busca de la silla presidencial tienen diferencias (si no qué chiste) y más allá de enlistar estas diferencias lo más importante es el papel de nosotros como sociedad, sin importar quién salga avante en las urnas; recordemos que los gobernantes están de paso y que no todo lo que se puede considerar como mal gobierno recae en ellos. Nosotros como ciudadanos (en el estricto sentido de la palabra) también tenemos un papel importante que ejercer ¿o no?

Como integrantes de una sociedad tenemos derechos y también obligaciones que llevándolas en orden permitirían que todo avanzara en armonía. Y la cuestión es muy sencilla, se trata de respetar las reglas. Ser puntuales, adquirir productos originales, realizar responsablemente nuestro trabajo, respetar las ideas de terceros, ser amables con los vecinos, respetar las señales de tránsito y una vez que el oficial de Vialidad nos vaya a realizar una multa por una infracción que verdaderamente se cometió no tratar de arreglarse de otra manera con él porque es ahí precisamente donde todo empieza a desarreglarse.

Podrá ganar Margarita, Meade, Anaya, López o el Bronco, pero si no cambiamos el chip de nuestra mente para representar dignamente nuestro papel como ciudadano da lo mismo quién gane. Antes de buscar las virtudes de los candidatos explotemos las propias. El futuro de nuestra nación no está en su presidente, de nosotros depende, como casi todo en la vida. Ande pues.

Punto y aparte.

Son varios los que aseguran que en las próximas elecciones acudiremos a las urnas movidos por el enojo o el miedo; hoy más que nunca tenemos que dejar a un lado estos dos factores negativos y ejercer nuestro voto con una verdadera sensatez. Claro que se puede.