/ domingo 29 de agosto de 2021

De Afganistán a México… tiempos difíciles para las mujeres

Por: Brenda Ríos

Hace ya algunos días el mundo se sorprendió e indignó con lo que está ocurriendo en Afganistán tras el colapso del gobierno y la apresurada salida del Ejército Norteamericano, dejando el camino abierto al retorno de los talibanes. Es triste ver que después de casi 20 años de intromisión e intento de apoyo de los Estados Unidos, miles de millones de dólares, miles y miles de vidas humanas perdidas… así nada más se esfuma el futuro de la mujer en esa distante región del mundo. Imagina ser una joven de 18 años nacida en el Afganistán y crecer bajo un semblante de leyes que permitían la libertad de expresión, educación, trabajo y desarrollo en general, y de la noche a la mañana vivir bajo la amenaza del régimen Talibán, que gobierna bajo estrictas leyes religiosas donde la mujer no es más que propiedad del hombre, donde soñar ser doctora, maestra, gobernadora o simplemente salir a la calle a tomar un café con tus amigas esté esencialmente prohibido. ¿Acaso en esta parte del mundo no valoramos lo que tenemos? Debemos valorar los derechos, equidad, justicia, o todo lo que en esta parte del mundo tenemos las mujeres. Es como dar las gracias por existir, pero en este caso al dárselas al patriarcado por habernos “liberado”… ¡NO LO CREO!

Lo anterior me hace reflexionar sobre el mundo en que vivimos, en Chihuahua, un estado con una historia de agresión vs la mujer tatuada en su memoria histórica y reciente, obliga a detenerse y reconsiderar los avances y retrocesos que vivimos en la lucha de la mujer. Si bien en México se ha avanzado mucho poniendo como antecedente las historias que se viven actualmente en Afganistán, queda claro que las mujeres aún tenemos mucho por qué luchar, desde Afganistán hasta México las mujeres no hemos terminado de construir un mundo que nos vea como simplemente seres humanos con las mismas obligaciones y derechos naturales que el hombre. Existe una lucha política que va en retroceso con personajes de la política reciente como Donald Trump, nuestros propios gobiernos, y no hablemos de múltiples gobiernos de América Latina que viven del atropello de la mujer, en todos estos casos no sólo se han incrementado los ataques verbales y físicos contra la mujer, sino que se pretende normalizar esta nueva agresión. En pocas palabras, se detuvo el avance tanto político como institucional, y peor aún, en las culturas globales el pensamiento de que la mujer no es otra cosa más que un objeto al servicio del hombre. Desde Afganistán hasta América, vienen tiempos difíciles para las mujeres que debemos afrontar con valentía e inteligencia. Las redes sociales hoy juegan un papel muy importante en detener el sangrado, las mujeres líderes en cualquier ámbito debemos luchar hoy más que nunca por evitar los extremos que luego son utilizados en nuestra contra, con dignidad y empatía por la vida y no por el sexo. Por conservar la belleza que la naturaleza nos ha dado, un cuerpo único y una sensibilidad humana que tienen la capacidad no sólo de procrear, sino de encabezar con sensibilidad y valor los puestos más altos en todos los ámbitos… hoy, en la Gubernatura de Chihuahua. Mañana, encabezando proyectos que rompan los techos de cristal que permitan consolidar de una vez por todas la igualdad de géneros en nuestro país.

Hoy, las mujeres de Afganistán empiezan una etapa difícil que se presume simplemente se agrave; pero en México no estamos mejor, estamos viviendo uno de los más grandes retrocesos de las últimas décadas. Seamos el cambio que queremos ver en el mundo, aquell@s personas que tengan hijos (como es mi caso) eduquemoslos como vemos el presente y como aspiramos a construir el futuro. Hoy cumple 7 años mi hijo, y a diario le recuerdo que debe ser un caballero, respetar a las mujeres y siempre hacer equipo, este es el tipo de hombre con el que me casé y es el tipo de hombre que aspiro ver en él, sin complicaciones culturales e inseguridades, simple y sencillamente que ambos géneros se reconozcan por su valor y empatía hacia el otro y coexistan dentro de lo natural y construyan su felicidad dentro de estos parámetros naturales donde y cuando los existan. A mi hermosa hija le enseño a ser valiente y a sus escasos dos años se le ve una personalidad que dudo requiera de muchos consejos, soñadora y aspiracionista nata. La vida es bella y no debemos vivirla aspirando a ser lo que no somos porque así lo dicen los demás.

Desde esta trinchera mi apoyo, agradecimiento y admiración para todas esas mujeres que han luchado y pagado incluso con su vida por los derechos de los que muchas mujeres hoy gozamos, nos toca como generación honrar ese valor levantando la voz por nuestros derechos y seguir en la lucha.


Por: Brenda Ríos

Hace ya algunos días el mundo se sorprendió e indignó con lo que está ocurriendo en Afganistán tras el colapso del gobierno y la apresurada salida del Ejército Norteamericano, dejando el camino abierto al retorno de los talibanes. Es triste ver que después de casi 20 años de intromisión e intento de apoyo de los Estados Unidos, miles de millones de dólares, miles y miles de vidas humanas perdidas… así nada más se esfuma el futuro de la mujer en esa distante región del mundo. Imagina ser una joven de 18 años nacida en el Afganistán y crecer bajo un semblante de leyes que permitían la libertad de expresión, educación, trabajo y desarrollo en general, y de la noche a la mañana vivir bajo la amenaza del régimen Talibán, que gobierna bajo estrictas leyes religiosas donde la mujer no es más que propiedad del hombre, donde soñar ser doctora, maestra, gobernadora o simplemente salir a la calle a tomar un café con tus amigas esté esencialmente prohibido. ¿Acaso en esta parte del mundo no valoramos lo que tenemos? Debemos valorar los derechos, equidad, justicia, o todo lo que en esta parte del mundo tenemos las mujeres. Es como dar las gracias por existir, pero en este caso al dárselas al patriarcado por habernos “liberado”… ¡NO LO CREO!

Lo anterior me hace reflexionar sobre el mundo en que vivimos, en Chihuahua, un estado con una historia de agresión vs la mujer tatuada en su memoria histórica y reciente, obliga a detenerse y reconsiderar los avances y retrocesos que vivimos en la lucha de la mujer. Si bien en México se ha avanzado mucho poniendo como antecedente las historias que se viven actualmente en Afganistán, queda claro que las mujeres aún tenemos mucho por qué luchar, desde Afganistán hasta México las mujeres no hemos terminado de construir un mundo que nos vea como simplemente seres humanos con las mismas obligaciones y derechos naturales que el hombre. Existe una lucha política que va en retroceso con personajes de la política reciente como Donald Trump, nuestros propios gobiernos, y no hablemos de múltiples gobiernos de América Latina que viven del atropello de la mujer, en todos estos casos no sólo se han incrementado los ataques verbales y físicos contra la mujer, sino que se pretende normalizar esta nueva agresión. En pocas palabras, se detuvo el avance tanto político como institucional, y peor aún, en las culturas globales el pensamiento de que la mujer no es otra cosa más que un objeto al servicio del hombre. Desde Afganistán hasta América, vienen tiempos difíciles para las mujeres que debemos afrontar con valentía e inteligencia. Las redes sociales hoy juegan un papel muy importante en detener el sangrado, las mujeres líderes en cualquier ámbito debemos luchar hoy más que nunca por evitar los extremos que luego son utilizados en nuestra contra, con dignidad y empatía por la vida y no por el sexo. Por conservar la belleza que la naturaleza nos ha dado, un cuerpo único y una sensibilidad humana que tienen la capacidad no sólo de procrear, sino de encabezar con sensibilidad y valor los puestos más altos en todos los ámbitos… hoy, en la Gubernatura de Chihuahua. Mañana, encabezando proyectos que rompan los techos de cristal que permitan consolidar de una vez por todas la igualdad de géneros en nuestro país.

Hoy, las mujeres de Afganistán empiezan una etapa difícil que se presume simplemente se agrave; pero en México no estamos mejor, estamos viviendo uno de los más grandes retrocesos de las últimas décadas. Seamos el cambio que queremos ver en el mundo, aquell@s personas que tengan hijos (como es mi caso) eduquemoslos como vemos el presente y como aspiramos a construir el futuro. Hoy cumple 7 años mi hijo, y a diario le recuerdo que debe ser un caballero, respetar a las mujeres y siempre hacer equipo, este es el tipo de hombre con el que me casé y es el tipo de hombre que aspiro ver en él, sin complicaciones culturales e inseguridades, simple y sencillamente que ambos géneros se reconozcan por su valor y empatía hacia el otro y coexistan dentro de lo natural y construyan su felicidad dentro de estos parámetros naturales donde y cuando los existan. A mi hermosa hija le enseño a ser valiente y a sus escasos dos años se le ve una personalidad que dudo requiera de muchos consejos, soñadora y aspiracionista nata. La vida es bella y no debemos vivirla aspirando a ser lo que no somos porque así lo dicen los demás.

Desde esta trinchera mi apoyo, agradecimiento y admiración para todas esas mujeres que han luchado y pagado incluso con su vida por los derechos de los que muchas mujeres hoy gozamos, nos toca como generación honrar ese valor levantando la voz por nuestros derechos y seguir en la lucha.