/ jueves 1 de agosto de 2019

De aplicación de recursos…

El Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed) se creó a partir de la publicación, el 1 de febrero de 2008, del decreto por el que se expide la Ley General de la INFE en el Diario Oficial de la Federación, sin embargo, su antecedente más remoto, se remonta años atrás, al 10 de febrero de 1944, cuando por acuerdo presidencial, se le encomendó a la Secretaría de Educación Pública un programa de construcciones escolares en todo el país, siendo el 10 de abril del mismo año, en que se crea el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE).

El instituto tuvo grandes aportaciones y fue responsable de la construcción de una buena parte de las casi un cuarto de millón de escuelas de educación básica que conforman en la actualidad el Sistema Educativo Nacional. Con todo y las críticas relativas a la uniformidad en la construcción sin ver o tomar en consideración las regiones del país, se puede afirmar que ha sido un actor muy importante en la vida de la educación en nuestro país.

Un grave problema, como en otras áreas de la vida política de la educación en México, tiene que ver con quienes dirigen a las instituciones y, en todo caso, con la prioridad que se asigna en la toma de decisiones que involucran el uso de los recursos. Como lo fue cuando, en el sexenio pasado, a pesar de que se llevó a cabo el Censo de Maestros y Escuelas, y se implementó el programa de Escuelas al CIEN, los recursos no fueron aplicados de manera adecuada.

Como lo indica la investigación sobre el “Rezago en infraestructura educativa de nivel básico en México. Indicadores y gasto público de 2013 a 2018” del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, los recursos asignados (…) canalizados a través del Programa Escuelas al CIEN beneficiaron en mayor medida a estados y municipios con bajo rezago social contrario a lo planeado, por lo que el rezago de infraestructura de las escuelas prevalece y es un reflejo de las condiciones de pobreza en el que viven (pág. 36).

Lo anterior, además del incremento alarmante de los recursos utilizados para las obras entre tres y cuatro veces el costo real, terminaron por ser la base para que el presidente tomara la decisión de desaparecer el Inifed. La decisión, sin duda polémica, lleva en su origen la idea de que es en la propia escuela donde se tiene la información de lo que se requiere para tomar las mejores decisiones, a la espera de que, en la propia Secretaría de Educación federal y de las entidades, se tenga el personal y estructura necesarias para validar, autorizar y dar seguimiento a las decisiones que se tomen en los centros escolares en este sentido, por supuesto, sin inflar los presupuestos.

https://manuelnavarrow.com

El Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed) se creó a partir de la publicación, el 1 de febrero de 2008, del decreto por el que se expide la Ley General de la INFE en el Diario Oficial de la Federación, sin embargo, su antecedente más remoto, se remonta años atrás, al 10 de febrero de 1944, cuando por acuerdo presidencial, se le encomendó a la Secretaría de Educación Pública un programa de construcciones escolares en todo el país, siendo el 10 de abril del mismo año, en que se crea el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE).

El instituto tuvo grandes aportaciones y fue responsable de la construcción de una buena parte de las casi un cuarto de millón de escuelas de educación básica que conforman en la actualidad el Sistema Educativo Nacional. Con todo y las críticas relativas a la uniformidad en la construcción sin ver o tomar en consideración las regiones del país, se puede afirmar que ha sido un actor muy importante en la vida de la educación en nuestro país.

Un grave problema, como en otras áreas de la vida política de la educación en México, tiene que ver con quienes dirigen a las instituciones y, en todo caso, con la prioridad que se asigna en la toma de decisiones que involucran el uso de los recursos. Como lo fue cuando, en el sexenio pasado, a pesar de que se llevó a cabo el Censo de Maestros y Escuelas, y se implementó el programa de Escuelas al CIEN, los recursos no fueron aplicados de manera adecuada.

Como lo indica la investigación sobre el “Rezago en infraestructura educativa de nivel básico en México. Indicadores y gasto público de 2013 a 2018” del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, los recursos asignados (…) canalizados a través del Programa Escuelas al CIEN beneficiaron en mayor medida a estados y municipios con bajo rezago social contrario a lo planeado, por lo que el rezago de infraestructura de las escuelas prevalece y es un reflejo de las condiciones de pobreza en el que viven (pág. 36).

Lo anterior, además del incremento alarmante de los recursos utilizados para las obras entre tres y cuatro veces el costo real, terminaron por ser la base para que el presidente tomara la decisión de desaparecer el Inifed. La decisión, sin duda polémica, lleva en su origen la idea de que es en la propia escuela donde se tiene la información de lo que se requiere para tomar las mejores decisiones, a la espera de que, en la propia Secretaría de Educación federal y de las entidades, se tenga el personal y estructura necesarias para validar, autorizar y dar seguimiento a las decisiones que se tomen en los centros escolares en este sentido, por supuesto, sin inflar los presupuestos.

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