/ jueves 10 de septiembre de 2020

De corazón

“La fuente de la vida es el corazón”: Juan Luis Vives

De entre todas las actividades que tenemos en la vida, una de las que más nos molesta a los hombres es acudir al doctor, le damos vueltas y por una u otra razón posponemos y posponemos la cita, ¿por qué? se podrán preguntar, por zacatones que somos, así de sencillo; tenemos pavor de acudir con el médico y que nos encuentre algo raro en nuestra salud y salgamos del consultorio peor de como entramos, pero la verdad de las cosas es que tenemos que ir, no queda de otra.

Hace tiempo acompañé a mi padre con el cardiólogo para realizarse un estudio de su corazón (mi progenitor ya rebasa los 86 en su kilometraje de edad); después de traer todo un día un aparato conectado a su pecho acudimos a que analizaran los resultados, el doctor en cuestión (un tipazo) recomendó que no estaría mal colocarle un marcapasos a manera de prevención, no porque fuera urgente, de no ponerlo no pasaba nada sólo que tendría que no realizar esfuerzos, caminar y mantener la mente activa. Desde que mi padre escuchó la palabra “marcapasos” le temblaron hasta las amalgamas y aferrado como el Cruz Azul en no ganar finales, para no ponerse el dispositivo está cumpliendo con las recomendaciones realizadas y checándose constantemente su presión. Ahí la lleva.

Es muy común que por la prisa de la vida nos olvidemos de nuestro corazón y lejos de cuidarlo, lo lastimemos (la mayoría de las ocasiones involuntariamente) deteriorando con ello nuestra salud. Las recomendaciones son muy sencillas y las conocemos hasta el cansancio, pero al parecer se nos olvidan muy fácilmente: Comer adecuadamente, bajarle a las bebidas alcohólicas, disminuir o eliminar el cigarro de nuestra vida, realizar alguna actividad deportiva y acudir al médico.

Las enfermedades que tienen que ver con el corazón se encuentran en los primeros lugares en el mundo como causantes de muerte, es muy común enterarnos que algún conocido falleció de un infarto y no crean que esto es característico de personas de avanzada edad, para nada, los jóvenes al no presentar una irrigación colateral son más susceptibles a peores pronósticos de presentarse el infarto.

Nuestro corazón, ese órgano que no descansa nunca y que late entre 60 y 100 veces por minuto, necesita de nuestro apoyo para que funcione bien, ayudémosle, es por nosotros, por nuestra familia. Ande pues.

Punto y aparte.

Para los finos lectores que han preguntado sobre cómo adquirir el libro “Expresión Editorial Siglo XXI” realizado por la Asociación de Editorialistas de Chihuahua en donde participan 25 columnistas del Estado, entre ellos varios que derraman tinta en este prestigiado rotativo, lo pueden hacer a través del correo: aechih@hotmail.com

En estos tiempos de estar en casa, ejercitar la mente con buena lectura es una buena decisión. Seguro que si.



“La fuente de la vida es el corazón”: Juan Luis Vives

De entre todas las actividades que tenemos en la vida, una de las que más nos molesta a los hombres es acudir al doctor, le damos vueltas y por una u otra razón posponemos y posponemos la cita, ¿por qué? se podrán preguntar, por zacatones que somos, así de sencillo; tenemos pavor de acudir con el médico y que nos encuentre algo raro en nuestra salud y salgamos del consultorio peor de como entramos, pero la verdad de las cosas es que tenemos que ir, no queda de otra.

Hace tiempo acompañé a mi padre con el cardiólogo para realizarse un estudio de su corazón (mi progenitor ya rebasa los 86 en su kilometraje de edad); después de traer todo un día un aparato conectado a su pecho acudimos a que analizaran los resultados, el doctor en cuestión (un tipazo) recomendó que no estaría mal colocarle un marcapasos a manera de prevención, no porque fuera urgente, de no ponerlo no pasaba nada sólo que tendría que no realizar esfuerzos, caminar y mantener la mente activa. Desde que mi padre escuchó la palabra “marcapasos” le temblaron hasta las amalgamas y aferrado como el Cruz Azul en no ganar finales, para no ponerse el dispositivo está cumpliendo con las recomendaciones realizadas y checándose constantemente su presión. Ahí la lleva.

Es muy común que por la prisa de la vida nos olvidemos de nuestro corazón y lejos de cuidarlo, lo lastimemos (la mayoría de las ocasiones involuntariamente) deteriorando con ello nuestra salud. Las recomendaciones son muy sencillas y las conocemos hasta el cansancio, pero al parecer se nos olvidan muy fácilmente: Comer adecuadamente, bajarle a las bebidas alcohólicas, disminuir o eliminar el cigarro de nuestra vida, realizar alguna actividad deportiva y acudir al médico.

Las enfermedades que tienen que ver con el corazón se encuentran en los primeros lugares en el mundo como causantes de muerte, es muy común enterarnos que algún conocido falleció de un infarto y no crean que esto es característico de personas de avanzada edad, para nada, los jóvenes al no presentar una irrigación colateral son más susceptibles a peores pronósticos de presentarse el infarto.

Nuestro corazón, ese órgano que no descansa nunca y que late entre 60 y 100 veces por minuto, necesita de nuestro apoyo para que funcione bien, ayudémosle, es por nosotros, por nuestra familia. Ande pues.

Punto y aparte.

Para los finos lectores que han preguntado sobre cómo adquirir el libro “Expresión Editorial Siglo XXI” realizado por la Asociación de Editorialistas de Chihuahua en donde participan 25 columnistas del Estado, entre ellos varios que derraman tinta en este prestigiado rotativo, lo pueden hacer a través del correo: aechih@hotmail.com

En estos tiempos de estar en casa, ejercitar la mente con buena lectura es una buena decisión. Seguro que si.