“Los debates han puesto de manifiesto el error, pero no solucionan el problema, ya que ni siquiera saben qué se debe entender por democracia.” Antonio de Oliveira
La semana pasada, en cumplimiento a la Ley Electoral local, el Instituto Estatal Electoral organizó un debate para los candidatos a la Presidencia Municipal y otro debate para los aspirantes al Gobierno del Estado.
Hay que decir que los famosos debates no despertaron gran interés en la ciudadanía, dejaron mucho que desear entre los chihuahuenses que esperaban que los candidatos profundizaran en sus propuestas y lo más que encontraron fue el ataque mezquino de unos contra otros por lo que habían hecho, lo que no hicieron o lo que pretendían hacer.
Lamentable la poca participación ciudadana quedó demostrada cuando vemos que en el debate de los candidatos a la Presidencia Municipal, en los temas de seguridad y economía, en las urnas respectivas donde se suponía se encontraban las preguntas planteadas por la ciudadanía a través de la página del instituto y de las benditas redes sociales, sólo existía igual número de preguntas que candidatos en los pódiums, lo que nos lleva a preguntarnos si esa es la participación ciudadana fomentada por el órgano encargado de ello, ¿qué hace el Instituto Electoral en este tema?
En el debate de los candidatos a gobernador se centró el ataque al candidato morenista resultando omiso el llamado a los candidatos por los moderadores de “centrarse en el tema”, como una sola voz reprocharon los recortes presupuestales en las diferente áreas, donde el gobierno federal ha intervenido por el tema del envío de recursos a Chihuahua reduciendo este reclamo a la reducción de los dineros con algunas mentiras y verdades a medias que, si se hicieron por desconocimiento del tema es algo grave, pero si lo hicieron con dolo y mala fe es aún más grave, sobre todo si tomamos en cuenta que pretenden gobernar un estado cansado de la mitomanía de sus gobernantes, de sus derroches, corrupción, impunidad y circo maroma y teatro añadidos en sus acciones.
Corolario para los debates significó el actuar del Dr. Alejandro Díaz, quien cual Juanito y de “motu proprio” declinó a favor de la candidata del blanquiazul, pretendiendo sumar su escaso capital político a cambio de no sé qué acuerdos, pero que significó su expulsión de su partido por parte del dirigente nacional. Lástima, porque a pesar de tener propuestas interesantes y haberse vendido como un luchador social en el tema de la salud a nivel mundial terminó rindiéndose a uno de los liderazgos más cuestionado en forma lastimosa, cuando menos debió hacerlo como la candidata del PRI, que jamás llamó a votar por ella o su lastimado partido, pero sí llamó a votar “con toda libertad”.
¡Por las vísperas, conoceréis los días!
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