/ martes 5 de noviembre de 2019

De mal en peor


En las últimas dos mañaneras de López Obrador fue duramente cuestionado por los reporteros presentes, que se supone ya habían sido “filtrados” para que no cuestionaran mucho al señor, sin embargo éste se veía enojado, trabado al no saber qué decir, y cuanto contestaron él y el secretario de la Defensa o el de Seguridad sobre el caso Culiacán, quedaron con más dudas que respuestas. De mal en peor.

¿Quién negoció con los narcos la libertad de Ovidio Guzmán, hijo del Chapo Guzmán, los americanos que dieron toda la información de dónde se encontraba Ovidio y lo querían extraditado a Estados Unidos de inmediato, o quién de la estructura de seguridad nacional? La pregunta sigue en el aire.

¿Estaba enterado el presidente, cuando ha presumido que TODOS los días se reúne con su gabinete de seguridad a las seis de la mañana? Cuando después de los sucesos, tanto López Obrador y el mismo secretario de Defensa negaron en varias ocasiones estar enterados. ¿Se la han llevado mintiéndole al pueblo de México, para no verse tan mal queriendo agarrar al hijo del capo más grande de la historia, después de Al Capone, el criminal más grande en los Estados Onidos? Con dos patrullas y sin estrategia alguna de protección primero que nada a la población y después querer justificarse que prefirieron soltar a Ovidio, para que no hubiera muertos civiles, que por cierto no los hubo, cuando el gobierno con su estupidez puso en peligro a todo Culiacán.

Lo más grave es que el secretario de la Defensa haya dado a conocer el nombre del teniente que tomo la decisión del operativo, violando la secrecía que debe mantenerse en estos casos, ya que puso en peligro a este teniente y su familia, a quien ya deberían de haber mandado de agregado militar a una lejana embajada. Este gravísimo error tiene a los altos mandos militares muy molestos y a la tropa misma. Hay videos de discursos de generales ante los altos mandos de la defensa donde manifiestan fidelidad al pueblo de México, pero para nada al presidente de la república, como debería ser, porque el presidente legalmente es el jefe supremo de las Fuerzas Armadas.

Aunque ya ven que las leyes no existen para 4T, para botón de muestra, la ley Bonilla en Baja California, que la Secretaría de Gobernación fue a avalar con su presencia la toma de protesta por cinco años y no por dos, como fue elegido por el pueblo, a pesar de haber declarado públicamente Olga Cordero que la ley Bonilla es anticonstitucional, empezando porque no se respeta el principio de certeza que toda ley debe darle a la población.

Vamos de mal en peor con la 4T.


En las últimas dos mañaneras de López Obrador fue duramente cuestionado por los reporteros presentes, que se supone ya habían sido “filtrados” para que no cuestionaran mucho al señor, sin embargo éste se veía enojado, trabado al no saber qué decir, y cuanto contestaron él y el secretario de la Defensa o el de Seguridad sobre el caso Culiacán, quedaron con más dudas que respuestas. De mal en peor.

¿Quién negoció con los narcos la libertad de Ovidio Guzmán, hijo del Chapo Guzmán, los americanos que dieron toda la información de dónde se encontraba Ovidio y lo querían extraditado a Estados Unidos de inmediato, o quién de la estructura de seguridad nacional? La pregunta sigue en el aire.

¿Estaba enterado el presidente, cuando ha presumido que TODOS los días se reúne con su gabinete de seguridad a las seis de la mañana? Cuando después de los sucesos, tanto López Obrador y el mismo secretario de Defensa negaron en varias ocasiones estar enterados. ¿Se la han llevado mintiéndole al pueblo de México, para no verse tan mal queriendo agarrar al hijo del capo más grande de la historia, después de Al Capone, el criminal más grande en los Estados Onidos? Con dos patrullas y sin estrategia alguna de protección primero que nada a la población y después querer justificarse que prefirieron soltar a Ovidio, para que no hubiera muertos civiles, que por cierto no los hubo, cuando el gobierno con su estupidez puso en peligro a todo Culiacán.

Lo más grave es que el secretario de la Defensa haya dado a conocer el nombre del teniente que tomo la decisión del operativo, violando la secrecía que debe mantenerse en estos casos, ya que puso en peligro a este teniente y su familia, a quien ya deberían de haber mandado de agregado militar a una lejana embajada. Este gravísimo error tiene a los altos mandos militares muy molestos y a la tropa misma. Hay videos de discursos de generales ante los altos mandos de la defensa donde manifiestan fidelidad al pueblo de México, pero para nada al presidente de la república, como debería ser, porque el presidente legalmente es el jefe supremo de las Fuerzas Armadas.

Aunque ya ven que las leyes no existen para 4T, para botón de muestra, la ley Bonilla en Baja California, que la Secretaría de Gobernación fue a avalar con su presencia la toma de protesta por cinco años y no por dos, como fue elegido por el pueblo, a pesar de haber declarado públicamente Olga Cordero que la ley Bonilla es anticonstitucional, empezando porque no se respeta el principio de certeza que toda ley debe darle a la población.

Vamos de mal en peor con la 4T.