Por: Sebastián Sáenz Nieto
La participación ciudadana en México permite que todas y todos los mexicanos tengamos voz para lograr objetivos comunes.
Clístenes de Atenas, considerado el padre de la democracia, abrió la puerta al mundo armonioso que, al día de hoy en nuestro país con un sistema competitivo y plural, faculta a los miembros de cada pueblo para valerse por sí mismos y decidir de manera libre el rumbo que el Estado tomará para cambiar su entorno. Lo arriesgado es que dichos cambios pueden impactar tanto de manera positiva como negativa.
Tenemos el privilegio de contar con un órgano autónomo que sirve como una plataforma para que las y los ciudadanos puedan ejercer su derecho al voto dentro de un marco legal, dejando fuera a los propósitos políticos y de orientaciones ideológicas. Garantiza los procesos democráticos de una manera imparcial. Como ciudadanos podemos gozar el no vivir en la misma época que el vendedor del silencio, donde el mismo ejecutivo organizaba las elecciones y dejaba en el poder al ¨Más machín¨.
Frente a nuestros ojos y oídos se desata una polémica entre este órgano independiente y el ejecutivo. Puesto que se desea realizar una consulta popular y no se tiene el suficiente recurso que esta entidad necesita para operar, las Secretarías de Hacienda y Función Pública han hecho llegar un plan de austeridad basado en reducción de gastos operativos, sueldos, etc. Esto con el fin de obtener más y efectuar el ejercicio.
Mismo plan de austeridad debe de ser propuesto a funcionarios que son acusados de celebrar la misa dominical y pasan la canasta entre otros servidores de nivel inferior.
NO estoy en contra de algún partido político, estoy en contra de aquellos que sucumben a la corrupción y manchan el nombre de su institución. Aquellos que se hacen llamar ¨El mesías¨ por ser diferentes y bajo sus vestimentas se observa que la madera con la que fueron tallados, es del mismo árbol. (Antes de pensar en un color, recordemos que esto es algo captado en otros países también).
Regresando a los roces. Sumados a otras diferencias de opinión han servido como fundamentos para que el mismo ejecutivo declare que nuestro órgano electoral se ha vuelto ineficiente ¿será hora de que vuelva a la merced del Estado?
Pregunté en mis redes sociales si era importante que el Instituto Nacional Electoral continúe siendo un órgano autónomo, a lo que todos respondieron ¨Sͨ.
¨No es importante, es indispensable¨
Como jóvenes seguiremos participando y alzando la voz por aquella institución cuya independencia nos brinda claridad, objetividad y seguridad jurídica. También lo haremos cuando algún consejero lleve una vida que pueda dañar la rectitud de la misma. Sin importar ideologías, defenderemos nuestra democracia.
