Por: Ángeles Gutiérrez
Estimados lectores, este mes se conmemora la lucha contra la trata de personas.
Es necesario reflexionar sobre cómo evitar que más personas sean victimizadas, así como las victorias alcanzadas por los sobrevivientes luego de vivir intensos momentos de explotación y sufrimiento.
Chihuahua registró en el último censo del Inegi 209 mil 881 habitantes entre los cero y 15 años de edad, es decir, la población en alto riesgo es de más de 209 mil menores de edad. De ese tamaño es la magnitud de la tarea que tenemos todas y todos de frente, al hablar de los contextos de vulnerabilidad que experimentan cientos, miles de niños en México. (Hablando específicamente de realidades de niñas y niños de Chihuahua), a los que no somos ajenos.
Quienes nos dedicamos a la defensa y protección de los derechos humanos, experimentamos a diario alegrías y frustraciones en nuestras actividades. Cosas tan simples como la sonrisa de un sobreviviente, luego de ser extraído del lugar de explotación, nos alegran y nos hacen creer que es posible vivir en un mundo más justo, más armonioso, más equitativo. Cuando vemos la fuerza y la resiliencia que tienen a pesar de las situaciones que han enfrentado, nos animamos a hacer más y mejor.
En México, cada año 21 mil niños desaparecen y la mayoría de ellos son usados en la trata sexual, violados en repetidas ocasiones cada día y cuando ya no pueden más con esta actividad los comercializan para la extracción de órganos.
Desde la sociedad civil se busca sensibilizar acerca de este gran reto; asociaciones civiles encabezadas por ejemplo por Eduardo Verástegui, promotor del movimiento Viva México, enfocado en contra de la trata de niños, dio a conocer cifras muy lamentables de esta realidad así como el exhorto para lograr un presupuesto público dedicado a la lucha contra la trata de seres humanos, es nuestro deber como legisladores postular, defender y brindar leyes más estrictas para castigar a los responsables. Así como para generar y mantener una estructura especializada para la protección de las víctimas y sus familias.
Mi compromiso es con quienes enfrentan severas condiciones de vulnerabilidad, con quienes enfrentan el sufrimiento cotidiano, con quienes no tienen la apertura y los medios para ser escuchados.
En el mes contra la trata, momento propicio para reflexionar sobre qué futuro queremos para nuestro país, hagámoslo con la certeza de que hay voluntad política para sacar a estas mujeres, niños y niñas de las garras del crimen organizado.
Eduardo Verástegui señaló que los niños mexicanos necesitan que sus autoridades los protejan, los cuiden, sean sus guardianes y Chihuahua, nos enseña que hay que tratar a cada niño como si fuera nuestro propio hijo.
Por ello, celebro que se hayan firmado convenios con el Congreso de Chihuahua, el Poder Judicial, gobierno municipal y el DIF de Chihuahua para la revisión y endurecimiento de normas referidas a la trata de niños, pero de sobremanera la sensibilización de esta problemática social.
