/ viernes 11 de diciembre de 2020

Día Internacional de los Niños

Me parece que el 20 de noviembre, como la celebración mundial de los niños, bien merece que tome a los niños como un aspecto muy importante. Por eso este artículo es para los niños.

La niñez es la época más feliz de la vida. Yo viví en la miseria mi niñez, sin embargo fue la época más maravillosa de mi vida. Me dirijo a los niños, para hablarles de los niños que la Iglesia ha elevado a los altares como santos, hay niños y hay niñas. La primera época del cristianismo fue de persecución. Los romanos mandaban a los cristianos a ser devorados por los leones. Entre los primeros hubo niños mártires. Les cito a los niños que dieron su vida por creer en Cristo: Tarsicio, que murió por llevar la comunión a los cristianos presos; Sta. Inés y Sta. Eulalia. Los musulmanes: martirizaron a los niños Pelagio, Justo y Pastor.

Tres niños han sido mártires mexicanos. Fueron los primeros santos de América Latina. Se llaman: Cristóbal, Antonio y Juan. Fueron mártires, indígenas. Habían recibido la fe de los primeros misioneros de México. Habían aprendido que sólo a Dios se adora, no a los ídolos. El pueblo idólatra los mató por esto. Por eso son mártires. Los reconoció como santos el papa Francisco.

Hubo varios niños santos: Los portugueses Francisco y Jacinta. La Virgen de Fátima se les apareció. Los dos rezaban ante el sagrario por la paz del mundo, por los pecados de los hombres del mundo, porque todos los niños del mundo fueran buenos. Rezaban muchos rosarios. Murieron, él de 7 años, ella de 8 años. El cuarto santo mexicano niño se llama José Sánchez del Río. Simpatizó con los cristeros porque defendían la libertad para ser católico, no fue guerrillero. Los perseguidores quisieron hacer que renunciara a su fe. Lo atormentaron, le despellejaron las plantas de los pies, lo ejecutaron. Joselito tenía 14 años.

María Goretti era de niñez muy necesitada, pero tenía una gran fe. Era muy guapa. Tenía 11 años cuando un muchacho de 19 quiso abusar de ella. Murió por la castidad. El papa Pío XII la llamó “la dulce mártir de la pureza”.

Santo Domingo Savio es italiano. Conoció a San Juan Bosco. Asistió al oratorio salesiano. La atacó una enfermedad de los pulmones. Se fue poniendo más mal cada vez. Tuvo que refugiarse en su casa; ya no pudo asistir al colegio. Don Bosco dijo en una ocasión: Este muchachito un día la Iglesia lo llevará a los altares. Había dicho cuando estaba bien: “Me confesaré a menudo y comulgaré como mi confesor me lo permita”. A los 7 años había aceptado el compromiso de: “Ir misa los domingos y las fiestas de precepto. Seré amigo de Jesús y de María. Prefiero antes morir que cometer un pecado”. Murió a los 15 años, pidió que le dieran el sacramento de la Unción de los Enfermos. Él mismo le pidió a su papá que le recitara las oraciones para los agonizantes. Pareció sentirse mejor, trató de incorporarse, murmuró: “¡Qué maravilla estoy viendo!”. Fueron sus últimas palabras.


Me parece que el 20 de noviembre, como la celebración mundial de los niños, bien merece que tome a los niños como un aspecto muy importante. Por eso este artículo es para los niños.

La niñez es la época más feliz de la vida. Yo viví en la miseria mi niñez, sin embargo fue la época más maravillosa de mi vida. Me dirijo a los niños, para hablarles de los niños que la Iglesia ha elevado a los altares como santos, hay niños y hay niñas. La primera época del cristianismo fue de persecución. Los romanos mandaban a los cristianos a ser devorados por los leones. Entre los primeros hubo niños mártires. Les cito a los niños que dieron su vida por creer en Cristo: Tarsicio, que murió por llevar la comunión a los cristianos presos; Sta. Inés y Sta. Eulalia. Los musulmanes: martirizaron a los niños Pelagio, Justo y Pastor.

Tres niños han sido mártires mexicanos. Fueron los primeros santos de América Latina. Se llaman: Cristóbal, Antonio y Juan. Fueron mártires, indígenas. Habían recibido la fe de los primeros misioneros de México. Habían aprendido que sólo a Dios se adora, no a los ídolos. El pueblo idólatra los mató por esto. Por eso son mártires. Los reconoció como santos el papa Francisco.

Hubo varios niños santos: Los portugueses Francisco y Jacinta. La Virgen de Fátima se les apareció. Los dos rezaban ante el sagrario por la paz del mundo, por los pecados de los hombres del mundo, porque todos los niños del mundo fueran buenos. Rezaban muchos rosarios. Murieron, él de 7 años, ella de 8 años. El cuarto santo mexicano niño se llama José Sánchez del Río. Simpatizó con los cristeros porque defendían la libertad para ser católico, no fue guerrillero. Los perseguidores quisieron hacer que renunciara a su fe. Lo atormentaron, le despellejaron las plantas de los pies, lo ejecutaron. Joselito tenía 14 años.

María Goretti era de niñez muy necesitada, pero tenía una gran fe. Era muy guapa. Tenía 11 años cuando un muchacho de 19 quiso abusar de ella. Murió por la castidad. El papa Pío XII la llamó “la dulce mártir de la pureza”.

Santo Domingo Savio es italiano. Conoció a San Juan Bosco. Asistió al oratorio salesiano. La atacó una enfermedad de los pulmones. Se fue poniendo más mal cada vez. Tuvo que refugiarse en su casa; ya no pudo asistir al colegio. Don Bosco dijo en una ocasión: Este muchachito un día la Iglesia lo llevará a los altares. Había dicho cuando estaba bien: “Me confesaré a menudo y comulgaré como mi confesor me lo permita”. A los 7 años había aceptado el compromiso de: “Ir misa los domingos y las fiestas de precepto. Seré amigo de Jesús y de María. Prefiero antes morir que cometer un pecado”. Murió a los 15 años, pidió que le dieran el sacramento de la Unción de los Enfermos. Él mismo le pidió a su papá que le recitara las oraciones para los agonizantes. Pareció sentirse mejor, trató de incorporarse, murmuró: “¡Qué maravilla estoy viendo!”. Fueron sus últimas palabras.