/ jueves 6 de agosto de 2020

Dióxido de Cloro: Prospectivas de una industria farmacéutica alterna

El COVID-19 se esta encargando de modificar nuestra realidad y le esta dando cabida a alternativas como el home office, así como a formas novedosas de prevenir y curar el COVID-19.

Los debates del uso del Dióxido de Cloro, también conocido como CDS, MMS o Solución Mineral Milagrosa, están a la orden del día. Esta sustancia ha sido muy utilizada como desinfectante efectivo, incluso se utiliza para desinfectar agua.

Los argumentos a favor describen una serie de evidencias y testimonios de clínicas y personas que aseguran que los que han usado el MMS y han tomado COVID-19 se han curado mejor que los que no lo han utilizado. También hay innumerables testimonios de personas que lo toman preventivamente y que a pesar de estar en continuo contacto con pacientes COVID-19, no se han contagiado.

Los argumentos en contra establecen que no existe evidencia científica que demuestre que efectivamente, la MMS es una solución viable para la prevención y cura del COVID-19 y otras enfermedades. Otro argumento en contra es la poca evidencia de los efectos secundarios que pueda provocar la MMS.

Andreas Ludwig Kalcker, científico alemán, es uno de los que aseguran que la MMS es la cura ideal para el COVID-19. Recientemente acaba de publicar la octava edición de su libro “Salud Prohibida - Incurable era ayer”, en donde relata con profundidad todo lo relacionado a esta sustancia, provee de innumerables testimonios, enumera los protocolos (recetas) y provee de una lista de males y como se pueden curar en base a los protocolos antes establecidos.

Lo que no cabe duda es que el uso del Dioxido de Cloro ya es una industria emergente. Se ha convertido en un negocio de amas de casa y pequeños emprendedores que ofrecen la formula en sus círculos sociales. Estos productos se pueden encontrar fácilmente en Amazon y Mercado Libre. Un litro de Dióxido de Cloro cuesta entre 480 y 1,000 pesos, un precio muy económico considerando que las dosis son de apenas unas gotas por aplicación.

Los promotores del uso del Dióxido de Cloro establecen que la razón de los ataques en contra del Dióxido de Cloro esta incentivado por la industria farmacéutica que sería gravemente afectada ante la efectividad de esta sustancia.

Existen tres riesgos que deben de considerarse antes de consumir este producto: 1. La elaboración de la sustancia, al no estar controlada, puede tener alteraciones de la formula o bien estar contaminada de otros elementos nocivos; 2. Las recetas que se propagan de boca en boca, no tienen ninguna base científica y pueden ser excesivas, y por lo tanto, dañinas; y 3. No existen contraindicaciones o precauciones claras sobre la aplicación de la sustancia ante padecimientos presentes o bien características particulares de cada persona, como podría ser diabetes, embarazo, edad, etc.

SI realmente el Dióxido de Cloro es la sustancia milagro, el proceso que se debe de seguir es el de recabar toda la evidencia científica necesaria para lograr establecer los protocolos y certificaciones que le den certidumbre al producto y la población la pueda tomar con el conocimiento que su elaboración fue hecha con estrictas medidas, que la dosis es adecuada y saber cuándo no es prudente tomarla.

Contrario a eso, los promotores de la sustancia están empujando el producto bajo el precepto de dogma de fe, en base a testimonios sin ninguna rigurosidad científica, lo cual impedirá que su aplicación se generalice y que los médicos estén en posibilidad de recetarla.

El COVID-19 se esta encargando de modificar nuestra realidad y le esta dando cabida a alternativas como el home office, así como a formas novedosas de prevenir y curar el COVID-19.

Los debates del uso del Dióxido de Cloro, también conocido como CDS, MMS o Solución Mineral Milagrosa, están a la orden del día. Esta sustancia ha sido muy utilizada como desinfectante efectivo, incluso se utiliza para desinfectar agua.

Los argumentos a favor describen una serie de evidencias y testimonios de clínicas y personas que aseguran que los que han usado el MMS y han tomado COVID-19 se han curado mejor que los que no lo han utilizado. También hay innumerables testimonios de personas que lo toman preventivamente y que a pesar de estar en continuo contacto con pacientes COVID-19, no se han contagiado.

Los argumentos en contra establecen que no existe evidencia científica que demuestre que efectivamente, la MMS es una solución viable para la prevención y cura del COVID-19 y otras enfermedades. Otro argumento en contra es la poca evidencia de los efectos secundarios que pueda provocar la MMS.

Andreas Ludwig Kalcker, científico alemán, es uno de los que aseguran que la MMS es la cura ideal para el COVID-19. Recientemente acaba de publicar la octava edición de su libro “Salud Prohibida - Incurable era ayer”, en donde relata con profundidad todo lo relacionado a esta sustancia, provee de innumerables testimonios, enumera los protocolos (recetas) y provee de una lista de males y como se pueden curar en base a los protocolos antes establecidos.

Lo que no cabe duda es que el uso del Dioxido de Cloro ya es una industria emergente. Se ha convertido en un negocio de amas de casa y pequeños emprendedores que ofrecen la formula en sus círculos sociales. Estos productos se pueden encontrar fácilmente en Amazon y Mercado Libre. Un litro de Dióxido de Cloro cuesta entre 480 y 1,000 pesos, un precio muy económico considerando que las dosis son de apenas unas gotas por aplicación.

Los promotores del uso del Dióxido de Cloro establecen que la razón de los ataques en contra del Dióxido de Cloro esta incentivado por la industria farmacéutica que sería gravemente afectada ante la efectividad de esta sustancia.

Existen tres riesgos que deben de considerarse antes de consumir este producto: 1. La elaboración de la sustancia, al no estar controlada, puede tener alteraciones de la formula o bien estar contaminada de otros elementos nocivos; 2. Las recetas que se propagan de boca en boca, no tienen ninguna base científica y pueden ser excesivas, y por lo tanto, dañinas; y 3. No existen contraindicaciones o precauciones claras sobre la aplicación de la sustancia ante padecimientos presentes o bien características particulares de cada persona, como podría ser diabetes, embarazo, edad, etc.

SI realmente el Dióxido de Cloro es la sustancia milagro, el proceso que se debe de seguir es el de recabar toda la evidencia científica necesaria para lograr establecer los protocolos y certificaciones que le den certidumbre al producto y la población la pueda tomar con el conocimiento que su elaboración fue hecha con estrictas medidas, que la dosis es adecuada y saber cuándo no es prudente tomarla.

Contrario a eso, los promotores de la sustancia están empujando el producto bajo el precepto de dogma de fe, en base a testimonios sin ninguna rigurosidad científica, lo cual impedirá que su aplicación se generalice y que los médicos estén en posibilidad de recetarla.