/ martes 18 de mayo de 2021

Dos Proyectos de Nación

"No es un cambio de gobierno, es un cambio de régimen" (AMLO)

Lo que hoy está en juego ante el proceso electoral que estamos viviendo, no es el hecho de que fulanito o zutanito ganen la contienda y arriben al poder para servir a los ciudadanos, esa es la quimera que figura en el ámbito político electoral. La realidad se impone y cada vez hay más personas que comprenden que estamos ante dos proyectos de nación que se disputan el control del país y donde cada uno tiene sus propios intereses.

Uno de esos proyectos lo representa el privilegio para un sector de la sociedad que lo ha mantenido durante más de 36 años, donde políticos y grandes empresarios han saqueado nuestro país, han sido parte de esta clase privilegiada que les permitía grandes salarios, exención de impuestos, privatización de empresas, nominas secretas, fraudes inmobiliarios, estafas maestras y todo lo que representa riqueza a través de privilegios y fraudes. El otro proyecto voltea a ver a la clase social más desprotegida a través de programas, apoyos y estímulos económicos a los cuales por el solo hecho de ser ciudadanos mexicanos se tiene derecho, donde naturalmente destaca el privilegio a la conservación de los recursos, la autosuficiencia alimentaria y energética, la lucha contra la corrupción y la impunidad y donde el compromiso con los derechos humanos es materia primordial encabezando este proyecto. El primero, representa la concentración de la riqueza de nuestro país; el segundo, representa la repartición de esa riqueza, así de sencillo.

Naturalmente que no es fácil romper un esquema que por más de 36 años predominó en México, Las resistencias son fuertes y poderosas. El neoliberalismo sentó sus reales y creó personajes con un gran poder económico y político qué, desde las más altas esferas del poder, hicieron lo que quisieron con este cuerno de la abundancia que a pesar de todo se sostiene con la cultura valores y la riqueza que tiene su pueblo.

El ambiente político está enrarecido. Nunca una figura presidencial había sido tan atacada como ahora, hoy vemos candidatos de todos los partidos con propuestas ridículas, inoperantes o inalcanzables, suena a circo el proceso electoral sobre todo ante la libertad que nos ha dado la incipiente democracia que vivimos y donde nuestro país ocupa un lugar muy alejado de los países que son líderes en el tema desde hace muchos años. La transición democrática en México ha sido lenta y manejable.

Pero no debemos olvidar que quien tiene el poder de decidir qué proyecto de nación prefiere es el voto popular. El pueblo decidirá este 6 de junio en las urnas que es lo que realmente quiere para México.

Correo: vicmedina@hotmail.com

"No es un cambio de gobierno, es un cambio de régimen" (AMLO)

Lo que hoy está en juego ante el proceso electoral que estamos viviendo, no es el hecho de que fulanito o zutanito ganen la contienda y arriben al poder para servir a los ciudadanos, esa es la quimera que figura en el ámbito político electoral. La realidad se impone y cada vez hay más personas que comprenden que estamos ante dos proyectos de nación que se disputan el control del país y donde cada uno tiene sus propios intereses.

Uno de esos proyectos lo representa el privilegio para un sector de la sociedad que lo ha mantenido durante más de 36 años, donde políticos y grandes empresarios han saqueado nuestro país, han sido parte de esta clase privilegiada que les permitía grandes salarios, exención de impuestos, privatización de empresas, nominas secretas, fraudes inmobiliarios, estafas maestras y todo lo que representa riqueza a través de privilegios y fraudes. El otro proyecto voltea a ver a la clase social más desprotegida a través de programas, apoyos y estímulos económicos a los cuales por el solo hecho de ser ciudadanos mexicanos se tiene derecho, donde naturalmente destaca el privilegio a la conservación de los recursos, la autosuficiencia alimentaria y energética, la lucha contra la corrupción y la impunidad y donde el compromiso con los derechos humanos es materia primordial encabezando este proyecto. El primero, representa la concentración de la riqueza de nuestro país; el segundo, representa la repartición de esa riqueza, así de sencillo.

Naturalmente que no es fácil romper un esquema que por más de 36 años predominó en México, Las resistencias son fuertes y poderosas. El neoliberalismo sentó sus reales y creó personajes con un gran poder económico y político qué, desde las más altas esferas del poder, hicieron lo que quisieron con este cuerno de la abundancia que a pesar de todo se sostiene con la cultura valores y la riqueza que tiene su pueblo.

El ambiente político está enrarecido. Nunca una figura presidencial había sido tan atacada como ahora, hoy vemos candidatos de todos los partidos con propuestas ridículas, inoperantes o inalcanzables, suena a circo el proceso electoral sobre todo ante la libertad que nos ha dado la incipiente democracia que vivimos y donde nuestro país ocupa un lugar muy alejado de los países que son líderes en el tema desde hace muchos años. La transición democrática en México ha sido lenta y manejable.

Pero no debemos olvidar que quien tiene el poder de decidir qué proyecto de nación prefiere es el voto popular. El pueblo decidirá este 6 de junio en las urnas que es lo que realmente quiere para México.

Correo: vicmedina@hotmail.com