/ sábado 22 de septiembre de 2018

Egoísmo diferenciado

Que el amor por la paz no nos vuelva blandos y débiles. El barómetro de nuestro futuro nos marca “huracán”, pero nos hacemos la ilusión, ricos y pobres, de que dicho instrumento está descompuesto.


Algunos movimientos políticos han obtenido ya un carácter místico; siguen un evangelio del tipo que conduce a una especie de socialismo religioso y bajo mentiras o engaños se hace aparecer y sentir como si esto fuera algo totalmente voluntario. Su objetivo no es en realidad desarrollar la hermandad de los mexicanos, sino destrozar todo aquello que ha producido, a pesar de las malas administraciones, la poca riqueza del país.


Si bien, suponemos que nadie es tan depravado que deje de tener algo de generosidad en su naturaleza humana. Pero todos nos sentimos más generosos para unas gentes que para otras y estamos dispuestos a hacer más por quienes tienen nuestra predilección. Es a esta generosidad diferenciada lo que podemos llamar egoísmo.


Siendo como es la naturaleza humana, no podemos trabajar con igual entusiasmo por los que queremos, que por los que nos son indiferentes.


Ningún movimiento reformatorio o de transformación, sea la cuarta o la décima, en todo el mundo, se logrará si no es por convencimiento. Cuando se usa la compulsión, cuando algo se tiene que hacer por decreto, dogma u obligación, se despierta resentimiento y al fin nunca se logra nada.

Por ningún motivo debemos permitir que el gobierno se vuelva omnipotente (que de hecho todo el poder estará en manos de un solo hombre), bajo ninguna denominación, bajo ningún motivo, si no queremos caer en las dictaduras que ya conocemos, que “ya sabemos cuáles”. Alguien más estará pensando y decidiendo por nosotros nuestra vida y nuestro destino, y en muchos casos hasta si vivimos o morimos


La minoría organizada en base a falsas promesas y a la evidencia de la corrupción que nadie queremos puso toda su voluntad en adueñarse del gobierno y lo logró. Fue la única que sabía lo que buscaba. La verdadera mayoría no quiso entender que había que organizarse y luchar para poder vivir… o medio vivir.


Para el hombre trabajador y de buena fe, es igualmente malo que sea un jefe o el gobierno quien tenga un poder excesivo, porque de él abusarán siempre.








Que el amor por la paz no nos vuelva blandos y débiles. El barómetro de nuestro futuro nos marca “huracán”, pero nos hacemos la ilusión, ricos y pobres, de que dicho instrumento está descompuesto.


Algunos movimientos políticos han obtenido ya un carácter místico; siguen un evangelio del tipo que conduce a una especie de socialismo religioso y bajo mentiras o engaños se hace aparecer y sentir como si esto fuera algo totalmente voluntario. Su objetivo no es en realidad desarrollar la hermandad de los mexicanos, sino destrozar todo aquello que ha producido, a pesar de las malas administraciones, la poca riqueza del país.


Si bien, suponemos que nadie es tan depravado que deje de tener algo de generosidad en su naturaleza humana. Pero todos nos sentimos más generosos para unas gentes que para otras y estamos dispuestos a hacer más por quienes tienen nuestra predilección. Es a esta generosidad diferenciada lo que podemos llamar egoísmo.


Siendo como es la naturaleza humana, no podemos trabajar con igual entusiasmo por los que queremos, que por los que nos son indiferentes.


Ningún movimiento reformatorio o de transformación, sea la cuarta o la décima, en todo el mundo, se logrará si no es por convencimiento. Cuando se usa la compulsión, cuando algo se tiene que hacer por decreto, dogma u obligación, se despierta resentimiento y al fin nunca se logra nada.

Por ningún motivo debemos permitir que el gobierno se vuelva omnipotente (que de hecho todo el poder estará en manos de un solo hombre), bajo ninguna denominación, bajo ningún motivo, si no queremos caer en las dictaduras que ya conocemos, que “ya sabemos cuáles”. Alguien más estará pensando y decidiendo por nosotros nuestra vida y nuestro destino, y en muchos casos hasta si vivimos o morimos


La minoría organizada en base a falsas promesas y a la evidencia de la corrupción que nadie queremos puso toda su voluntad en adueñarse del gobierno y lo logró. Fue la única que sabía lo que buscaba. La verdadera mayoría no quiso entender que había que organizarse y luchar para poder vivir… o medio vivir.


Para el hombre trabajador y de buena fe, es igualmente malo que sea un jefe o el gobierno quien tenga un poder excesivo, porque de él abusarán siempre.