/ lunes 3 de enero de 2022

El 2022 y la consolidación del proyecto de nación

Antes de entrar en materia, quiero desear un 2022 lleno de salud, tranquilidad y prosperidad para todas y todos los chihuahuenses. Que el trabajo y las oportunidades nunca nos falten.

Este 2022 será sin duda un año decisivo para el proyecto de nación que inició hace tres años. La Reforma Energética que estaremos discutiendo en la Cámara Baja corregirá el rumbo que nunca debió haber cambiado, cuando la alianza PRI-PAN-PRD, en contra de los intereses de la gente, y sólo en beneficio de unos cuantos como lo ha demostrado el tiempo, aprobaron aquella reforma en 2013.

Aquella vez, lo advertimos, esa reforma privatizadora de la renta petrolera de México fue una transacción de poder de las grandes fuerzas de aquella Cámara de Diputados. Fue la cereza del pastel de las transacciones del Pacto por México, que la izquierda progresista siempre pensamos que perjudicaría al país y así fue.

El tiempo nos dio la razón, aquella hermandad del PRI y el PAN en la política económica del neoliberalismo en 1988 con el entonces presidente Peña Nieto, y reclamaron como una victoria cultural la instauración del modelo económico neoliberal, privatizaron Ferrocarriles Nacionales, privatizaron la telefonía, y también lo hicieron con el petróleo y la energía eléctrica.

Como lo dije en tribuna entonces, esa reforma de 2013 desnacionalizó la industria pública, eléctrica y petrolera. En 2022, es el momento de cambiar eso. Hoy lo que buscamos es reconozca la necesidad de continuar con la transición hacia el uso de energías limpias y contribuir a la mitigación del cambio climático a través de la utilización sustentable de todas las fuentes de energía de las que dispone la nación, y así reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Bajo esta lógica, la reforma establece que no se otorgarán concesiones a particulares para explotar minerales radiactivos, el litio y otros, considerados estratégicos para alcanzar dicha transición.

Particularmente para Chihuahua, esta reforma es relevante porque entre el municipio de Madera y el municipio de Bacadehuachi, Sonora, se encuentra uno de los yacimientos de litio más grandes del mundo. De igual forma, en Chihuahua contamos con importantes bancos de dicho mineral en los municipios de Juárez y Ahumada, además de Coyame, Ascensión y Cuauhtémoc donde, según los expertos, los yacimientos son altamente explotables.

La consolidación de este proyecto es importante, y la Reforma Energética es parte de esto, pero sin duda, más importante es aún que estos cambios sean pensados en beneficio de la población en un corto y mediano plazo, en beneficio de la economía de la gente, en el día a día, en saber que los recursos realmente le pertenecen a la gente. No más, pero tampoco menos.


Antes de entrar en materia, quiero desear un 2022 lleno de salud, tranquilidad y prosperidad para todas y todos los chihuahuenses. Que el trabajo y las oportunidades nunca nos falten.

Este 2022 será sin duda un año decisivo para el proyecto de nación que inició hace tres años. La Reforma Energética que estaremos discutiendo en la Cámara Baja corregirá el rumbo que nunca debió haber cambiado, cuando la alianza PRI-PAN-PRD, en contra de los intereses de la gente, y sólo en beneficio de unos cuantos como lo ha demostrado el tiempo, aprobaron aquella reforma en 2013.

Aquella vez, lo advertimos, esa reforma privatizadora de la renta petrolera de México fue una transacción de poder de las grandes fuerzas de aquella Cámara de Diputados. Fue la cereza del pastel de las transacciones del Pacto por México, que la izquierda progresista siempre pensamos que perjudicaría al país y así fue.

El tiempo nos dio la razón, aquella hermandad del PRI y el PAN en la política económica del neoliberalismo en 1988 con el entonces presidente Peña Nieto, y reclamaron como una victoria cultural la instauración del modelo económico neoliberal, privatizaron Ferrocarriles Nacionales, privatizaron la telefonía, y también lo hicieron con el petróleo y la energía eléctrica.

Como lo dije en tribuna entonces, esa reforma de 2013 desnacionalizó la industria pública, eléctrica y petrolera. En 2022, es el momento de cambiar eso. Hoy lo que buscamos es reconozca la necesidad de continuar con la transición hacia el uso de energías limpias y contribuir a la mitigación del cambio climático a través de la utilización sustentable de todas las fuentes de energía de las que dispone la nación, y así reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Bajo esta lógica, la reforma establece que no se otorgarán concesiones a particulares para explotar minerales radiactivos, el litio y otros, considerados estratégicos para alcanzar dicha transición.

Particularmente para Chihuahua, esta reforma es relevante porque entre el municipio de Madera y el municipio de Bacadehuachi, Sonora, se encuentra uno de los yacimientos de litio más grandes del mundo. De igual forma, en Chihuahua contamos con importantes bancos de dicho mineral en los municipios de Juárez y Ahumada, además de Coyame, Ascensión y Cuauhtémoc donde, según los expertos, los yacimientos son altamente explotables.

La consolidación de este proyecto es importante, y la Reforma Energética es parte de esto, pero sin duda, más importante es aún que estos cambios sean pensados en beneficio de la población en un corto y mediano plazo, en beneficio de la economía de la gente, en el día a día, en saber que los recursos realmente le pertenecen a la gente. No más, pero tampoco menos.