/ lunes 2 de agosto de 2021

El abandono de Biles y la integridad de los atletas

La multimedallista de oro en Río, Simone Biles, abandonó el pasado martes la competencia de gimnasia por equipos en las Olimpiadas de Tokio. Después de esa decisión, se anunció que tampoco competiría en la final individual.

Billes dijo a los medios: "Después de la actuación que hice, simplemente no quería seguir. Tengo que concentrarme en mi salud mental. Simplemente creo que la salud mental ha tomado más relevancia en los deportes en este momento".

Esta razón expuesta por la gimnasta no convenció a muchos seguidores de la competencia, quienes se volcaron a las redes sociales para enjuiciarla negativamente. Sin embargo, otros tantos aplaudieron su decisión de hacerse a un lado en las competencias.

Con este caso trae a la mesa de discusiones un tema muy serio: la integridad personal de los atletas, quienes para llegar a ese nivel de competencia han pasado por un proceso muy exigente tanto en lo físico como en lo psicológico.

El llamado “alto rendimiento” de los protagonistas de las Olimpiadas lo es en dos sentidos: físico y mental. Pero muchos de nosotros hemos pasado por alto este último, el cual debe ser atendido tanto o más que el primero. El atleta es mente y cuerpo.

El atleta no es una máquina de correr, brincar o nadar; el atleta es un todo en el cual hay emociones, sentimientos, conductas, reacciones. La exigencia de ser competidores de “alto rendimiento” también afecta esta dimensión de su ser.

La consistencia del atleta (como la de cualquier otro ser humano) es física y mental, y la salud es tan importante en la una como en la otra. Si reconocemos al atleta que abandona la competencia por una lesión física, ¿por qué no hacerlo también cuando hace lo mismo para cuidar su mente?

Aunque el concepto de salud mental no cuenta con una definición unánime por parte de los especialistas, ellos nos ofrecen algunas ideas sobre el tema, las cuales nos ayudan a entenderlo en lo más básico.

La salud mental es algo complejo. Según los conocedores, es un estado psicológico y social, es un proceso reflejado en la conducta, es el resultado de un proceso, y es suma de características individuales.

Factores sociales e individuales determinan nuestra salud mental. Nuestro ánimo, nuestras relaciones afectivas, nuestro sueño y alimentación se pueden ver alterados sin ella, así que debemos cuidarnos poniendo atención en dichos factores.

Al cuidar de nosotros mismos, procurando nuestro bienestar personal, estamos previniendo ansiedad, agotamiento, depresión o psicosis. Atender nuestra salud mental es tan importante como cuidar de nuestra salud física.

La controversia sobre la valentía o la cobardía del abandono de Biles es intrascendente. Esa discusión en redes sociales es poco provechosa. Lo que importa es lo que se ha puesto sobre la mesa: la integridad de los atletas, de la cual su rendimiento físico es sólo una parte.

La multimedallista de oro en Río, Simone Biles, abandonó el pasado martes la competencia de gimnasia por equipos en las Olimpiadas de Tokio. Después de esa decisión, se anunció que tampoco competiría en la final individual.

Billes dijo a los medios: "Después de la actuación que hice, simplemente no quería seguir. Tengo que concentrarme en mi salud mental. Simplemente creo que la salud mental ha tomado más relevancia en los deportes en este momento".

Esta razón expuesta por la gimnasta no convenció a muchos seguidores de la competencia, quienes se volcaron a las redes sociales para enjuiciarla negativamente. Sin embargo, otros tantos aplaudieron su decisión de hacerse a un lado en las competencias.

Con este caso trae a la mesa de discusiones un tema muy serio: la integridad personal de los atletas, quienes para llegar a ese nivel de competencia han pasado por un proceso muy exigente tanto en lo físico como en lo psicológico.

El llamado “alto rendimiento” de los protagonistas de las Olimpiadas lo es en dos sentidos: físico y mental. Pero muchos de nosotros hemos pasado por alto este último, el cual debe ser atendido tanto o más que el primero. El atleta es mente y cuerpo.

El atleta no es una máquina de correr, brincar o nadar; el atleta es un todo en el cual hay emociones, sentimientos, conductas, reacciones. La exigencia de ser competidores de “alto rendimiento” también afecta esta dimensión de su ser.

La consistencia del atleta (como la de cualquier otro ser humano) es física y mental, y la salud es tan importante en la una como en la otra. Si reconocemos al atleta que abandona la competencia por una lesión física, ¿por qué no hacerlo también cuando hace lo mismo para cuidar su mente?

Aunque el concepto de salud mental no cuenta con una definición unánime por parte de los especialistas, ellos nos ofrecen algunas ideas sobre el tema, las cuales nos ayudan a entenderlo en lo más básico.

La salud mental es algo complejo. Según los conocedores, es un estado psicológico y social, es un proceso reflejado en la conducta, es el resultado de un proceso, y es suma de características individuales.

Factores sociales e individuales determinan nuestra salud mental. Nuestro ánimo, nuestras relaciones afectivas, nuestro sueño y alimentación se pueden ver alterados sin ella, así que debemos cuidarnos poniendo atención en dichos factores.

Al cuidar de nosotros mismos, procurando nuestro bienestar personal, estamos previniendo ansiedad, agotamiento, depresión o psicosis. Atender nuestra salud mental es tan importante como cuidar de nuestra salud física.

La controversia sobre la valentía o la cobardía del abandono de Biles es intrascendente. Esa discusión en redes sociales es poco provechosa. Lo que importa es lo que se ha puesto sobre la mesa: la integridad de los atletas, de la cual su rendimiento físico es sólo una parte.