Durante los últimos meses hemos visto cómo el problema del agua en el estado ha sido un foro de múltiples enfrentamientos, divisiones y diferentes puntos de vista. Principalmente entre el Ejecutivo federal y el grupo de agricultores. El problema, por lo menos el que se conoce, es que hay un acuerdo bilateral entre el país vecino y el nuestro de intercambio de agua de varias fuentes, el cual debe de cumplirse. El Ejecutivo federal, sin decir “agua va”, inicia el desahogo de las presas para cumplir. Por lo pronto, ¿que no sería lógico, evidente y cordial, ponerse de acuerdo con los agricultores para cumplir el tratado? O sea, una comunicación en los dos. Se denota un autoritarismo y falto de congruencia al ejercer por la fuerza o “madrugando” a los directamente relacionados con el problema, afectando a cientos de familias de las regiones.
Por otro lado, tenemos la gran necesidad de los agricultores por contar con el agua en los diferentes ciclos, y la gran explotación de este preciado insumo en algunas zonas.
Ante lo complejo, las diferentes opiniones, los oportunistas partidistas, los agitadores profesionales, las autoridades policiacas, la falta de compromiso continuo de las autoridades estatales y por supuesto la evidente corrupción del organismo regulador del agua, la mayoría de los ciudadanos no sabemos realmente la verdad. Se nos hace muy lógico lo que plantean los agricultores y se nos hace raro las respuestas engañosas del Ejecutivo federal, tratando de manipular la opinión, como es su costumbre.
Pregunté a un amigo que conocía del tema y estaba muy bien enterado, y lo primero que me dijo es que tanto las autoridades estatales como las federales le estaban haciendo, como diría mi abuela, “al tío Lolo”, se estaban haciendo tontos solos.
Las autoridades de gobierno hace ya meses mandaron a realizar un estudio sobre los “verdaderos” aforos de las presas y las necesidades de los agricultores ¿por qué en su momento no se abrió la información?, ¿qué compañía hizo el estudio y cuánto costó?, ¿cuáles fueron las conclusiones del estudio? Tal pareciera, pensando como un ciudadano de a pie, que hay algo oculto en la información que tienen las autoridades estatales, como también hay mucho oculto en las autoridades federales, sobre todo en el organismo encargado de este tema. Definitivamente “huele” a corrupción, a arreglos bajo la mesa, a personas involucradas e intereses de varios lados relacionados con el problema del agua.
Recibimos información diferente de varios lados, opiniones diferentes de las autoridades estatales, federales y del organismo.
¿Quién dice la verdad?, ¿qué intereses hay de por medio?, ¿por qué el Ejecutivo federal “defiende” su postura que, ante los ojos ordinarios, es absurda? Lo que sí sabemos es que a lo largo de los años el organismo regulador ha sido un botín para pocos y un enjambre de corrupción y hoy en día lo sigue siendo.
Realmente, como ciudadano común, cómo me gustaría conocer la verdad, que hablaran con la verdad, que hubiera comunicación con afectados, coordinadores, reguladores y autoridades, que no hubiera personas, ni grupos, ni partidos, que anduvieran buscando intereses personales o de grupo. El problema del agua en nuestro estado es un problema serio, un problema de muchas aristas, complejo, pero que debemos de enfrentar todos, no sólo los afectados.
email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua