/ martes 29 de marzo de 2022

El alto costo del estacionamiento “gratuito””

Por: Antonio Ríos Ramírez

La semana pasada, un amigo me recomendó un libro que, aunque estamos en realidades diferentes, vale la pena considerar algunos de los conceptos e información que se describe en este libro, resolviendo algunos problemas del presente y preparando a las ciudades para el futuro. Inclusive podemos empezar por sentar las bases para ir trabajando en este sentido. Un problema que se está agudizando en varias ciudades del mundo son los estacionamientos gratuitos.

Algunas acciones que se han implementado como subsidios, restricciones de uso de automóviles o controles, no han tenido el impacto que se esperaba, la verdad es que tenemos muchos estacionamientos gratuitos y muchos de nosotros no quisiéramos enfrentar esta situación, preferimos la comodidad. Además que las ciudades no cuentan, normalmente, con la infraestructura de movilidad. La existencia de menos espacios de estacionamiento reduciría los viajes en auto a algunos lugares de la ciudad. Esto reduciría emisiones contaminantes, aliviaría la congestión y como efecto mejoraría el uso de la tierra.

Muchos habitantes damos por hecho que hay espacios gratis en algunos lugares, ya sea tiendas, centro o lugares de esparcimiento, sin embargo, esto no es otra cosa más que un subsidio para los autos y para los viajes. Las leyes de desarrollo actuales requieren un gran número de espacios de estacionamiento adjunto a algún local, departamentos o tienda. Dice el autor, si se permitiera hacer frente directamente los elevados costos de la tierra de proporcionar tanto estacionamiento, el número de espacios sería el resultado de un cuidadoso estudio, en lugar de un tema para cumplir un requisito legal. El estacionamiento sería más escaso y tendría un precio más alto que en la actualidad, y la gente sería más cuidadosa sobre cuándo y a dónde conducir.

Normalmente, estos subsidios, son invisibles para los conductores que usen los estacionamientos y por tanto los espacios de estacionamiento gratuitos o baratos se asumen como resultado natural del mercado. Sin embargo, es la ley la que está asignando un uso a esta tierra en lugar de permitir que los precios del mercado determinen si necesitamos más estacionamiento y también si éste debe ser gratis. Acabamos sobreutilizando la tierra para los autos, y sobreutilizando los autos también. El subsidio al estacionamiento supera por mucho otros costos de conducir, incluyendo el impuesto de la gasolina.

En ciudades altamente pobladas, la gente está acostumbrada a pagar altos precios por el estacionamiento, lo que ha ayudado a fomentar un uso de alta densidad relativamente eficiente, del espacio. Sin embargo, nos resistimos a decretar el costo social total del automóvil en una política pública. Dice el autor, si no se regalan autos, ¿por qué regalar estacionamientos? Aproximadamente el 99 por ciento de los viajes en automóvil terminan en un espacio de estacionamiento gratuito, en vez de un espacio de estacionamiento a precio de mercado. Pensar en tarifas más altas para un estacionamiento pudiera hacer cambios futuros más aceptables, ayudando a fomentar mayor densidad residencial y sustento para el transporte masivo.

Claro, en nuestra realidad debemos trabajar en la cultura y en los sistemas de movilidad, primero, para poder tender hacia un pensamiento como el que nos describe el autor de este libro. ¿Quién paga por el estacionamiento gratuito, en cualquier parte de la ciudad? Todo el mundo, menos el conductor. Me interesa compartir con ustedes estas ideas para ir pensando, y por qué no, actuando, hacia una mejor ciudad para todos. Yo sería uno de los que me gustaría seguir con el privilegio de los estacionamientos gratuitos o de bajo costo, pero definitivamente debemos empezar a cambiar nuestra mentalidad hacia ¿Qué es lo mejor para todos los que vivimos en esta gran ciudad?

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua

Por: Antonio Ríos Ramírez

La semana pasada, un amigo me recomendó un libro que, aunque estamos en realidades diferentes, vale la pena considerar algunos de los conceptos e información que se describe en este libro, resolviendo algunos problemas del presente y preparando a las ciudades para el futuro. Inclusive podemos empezar por sentar las bases para ir trabajando en este sentido. Un problema que se está agudizando en varias ciudades del mundo son los estacionamientos gratuitos.

Algunas acciones que se han implementado como subsidios, restricciones de uso de automóviles o controles, no han tenido el impacto que se esperaba, la verdad es que tenemos muchos estacionamientos gratuitos y muchos de nosotros no quisiéramos enfrentar esta situación, preferimos la comodidad. Además que las ciudades no cuentan, normalmente, con la infraestructura de movilidad. La existencia de menos espacios de estacionamiento reduciría los viajes en auto a algunos lugares de la ciudad. Esto reduciría emisiones contaminantes, aliviaría la congestión y como efecto mejoraría el uso de la tierra.

Muchos habitantes damos por hecho que hay espacios gratis en algunos lugares, ya sea tiendas, centro o lugares de esparcimiento, sin embargo, esto no es otra cosa más que un subsidio para los autos y para los viajes. Las leyes de desarrollo actuales requieren un gran número de espacios de estacionamiento adjunto a algún local, departamentos o tienda. Dice el autor, si se permitiera hacer frente directamente los elevados costos de la tierra de proporcionar tanto estacionamiento, el número de espacios sería el resultado de un cuidadoso estudio, en lugar de un tema para cumplir un requisito legal. El estacionamiento sería más escaso y tendría un precio más alto que en la actualidad, y la gente sería más cuidadosa sobre cuándo y a dónde conducir.

Normalmente, estos subsidios, son invisibles para los conductores que usen los estacionamientos y por tanto los espacios de estacionamiento gratuitos o baratos se asumen como resultado natural del mercado. Sin embargo, es la ley la que está asignando un uso a esta tierra en lugar de permitir que los precios del mercado determinen si necesitamos más estacionamiento y también si éste debe ser gratis. Acabamos sobreutilizando la tierra para los autos, y sobreutilizando los autos también. El subsidio al estacionamiento supera por mucho otros costos de conducir, incluyendo el impuesto de la gasolina.

En ciudades altamente pobladas, la gente está acostumbrada a pagar altos precios por el estacionamiento, lo que ha ayudado a fomentar un uso de alta densidad relativamente eficiente, del espacio. Sin embargo, nos resistimos a decretar el costo social total del automóvil en una política pública. Dice el autor, si no se regalan autos, ¿por qué regalar estacionamientos? Aproximadamente el 99 por ciento de los viajes en automóvil terminan en un espacio de estacionamiento gratuito, en vez de un espacio de estacionamiento a precio de mercado. Pensar en tarifas más altas para un estacionamiento pudiera hacer cambios futuros más aceptables, ayudando a fomentar mayor densidad residencial y sustento para el transporte masivo.

Claro, en nuestra realidad debemos trabajar en la cultura y en los sistemas de movilidad, primero, para poder tender hacia un pensamiento como el que nos describe el autor de este libro. ¿Quién paga por el estacionamiento gratuito, en cualquier parte de la ciudad? Todo el mundo, menos el conductor. Me interesa compartir con ustedes estas ideas para ir pensando, y por qué no, actuando, hacia una mejor ciudad para todos. Yo sería uno de los que me gustaría seguir con el privilegio de los estacionamientos gratuitos o de bajo costo, pero definitivamente debemos empezar a cambiar nuestra mentalidad hacia ¿Qué es lo mejor para todos los que vivimos en esta gran ciudad?

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua