/ jueves 30 de diciembre de 2021

El año nuevo… nueva realidad

Ya termina el año y con él viene un tiempo muy importante de reflexión sobre lo realizado y más aún sobre aquello que hemos de hacer en el futuro, por ello, siempre es importante realizar un balance personal, familiar y profesional sobre aquello realizado y revisar lo que deseamos para mejorar en el siguiente año.

En definitiva, si algo debe quedar muy en claro es definir la importancia de la educación en el marco de la vida social, económica y política, pues no son del todo claras las acciones que se dicen con las que se hacen para resguardar la salud pública.

Un claro ejemplo de ello es en las entidades, como es el caso de Chihuahua, que, estando en color amarillo del semáforo epidemiológico han decidido suspender las clases en un claro esfuerzo por buscar disminuir la tasa de contagios en la sociedad, ante la llegada de la cuarta ola ahora con la nueva variante del virus, sin embargo, el resto de las actividades sociales no sólo no se han reducido, sino evidentemente se han visto ampliadas sin mayor restricción por parte de las autoridades competentes y por supuesto con un grave desinterés social.

Las calles, los centros comerciales, el Centro Histórico, las reuniones sociales motivadas por las fiestas decembrinas, los bares y centros nocturnos ponen de manifiesto que poco importa en realidad un posible incremento de las afectaciones que puede traer la cuarta ola mundial del problema.

Existen excelentes ejemplos donde se han tomado medidas igualmente importantes en el ámbito educativo, pero van acompañadas de otras que permiten atenuar de una mejor manera el problema. Dinamarca, por ejemplo, anunció el cierre de las escuelas, pero, además de ello, emitió fuertes restricciones en centros nocturnos y la implementación de home office ante el aumento en los contagios de Covid y la aparición de la variante Ómicron. Irlanda igualmente anunció que, además, los pubs y restaurantes deberán cerrar a las ocho de la noche, los eventos en interiores por las noches después de las 20 horas y anunció una reducción del aforo de los eventos públicos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud esta semana, informa que la variante Ómicron se ha reportado en 89 países y la cantidad de casos se duplica en 1.5 días, máximo tres, en áreas de transmisión comunitaria, por lo que es urgente que se tomen mayores medidas en momentos en que en todo el país de una u otra manera se sigue con la tendencia a la educación en línea, pero no se limita la congregación de personas en otros lugares de igual o mayor riesgo que el contexto escolar.

El problema no es menor, puesto que, de acuerdo con un informe del Banco Mundial de acuerdo con el documento con cierre a noviembre, 82 por ciento de las niñas y niños del país que están en edad de estudiar participan en alguna actividad educativa, pero sólo uno de cada 10 tiene una educación presencial de forma permanente. El porcentaje de alumnos que asisten a clases presenciales en México es de los más bajos en la región, sólo después de Ecuador, Perú y Panamá.

Ojalá y el esfuerzo por reducir la concentración de personas en lugares públicos y privados mueva al gobierno, pero sobre todo a la sociedad para reconocer que mucho de la posibilidad de evitar un problema mayor está en nuestras manos. Feliz año 2022.

Manuel Alberto Navarro Weckmann

Doctor en Gerencia Pública y Política Social

manuelnavarrow@gmail.com

https://manuelnavarrow.com


Ya termina el año y con él viene un tiempo muy importante de reflexión sobre lo realizado y más aún sobre aquello que hemos de hacer en el futuro, por ello, siempre es importante realizar un balance personal, familiar y profesional sobre aquello realizado y revisar lo que deseamos para mejorar en el siguiente año.

En definitiva, si algo debe quedar muy en claro es definir la importancia de la educación en el marco de la vida social, económica y política, pues no son del todo claras las acciones que se dicen con las que se hacen para resguardar la salud pública.

Un claro ejemplo de ello es en las entidades, como es el caso de Chihuahua, que, estando en color amarillo del semáforo epidemiológico han decidido suspender las clases en un claro esfuerzo por buscar disminuir la tasa de contagios en la sociedad, ante la llegada de la cuarta ola ahora con la nueva variante del virus, sin embargo, el resto de las actividades sociales no sólo no se han reducido, sino evidentemente se han visto ampliadas sin mayor restricción por parte de las autoridades competentes y por supuesto con un grave desinterés social.

Las calles, los centros comerciales, el Centro Histórico, las reuniones sociales motivadas por las fiestas decembrinas, los bares y centros nocturnos ponen de manifiesto que poco importa en realidad un posible incremento de las afectaciones que puede traer la cuarta ola mundial del problema.

Existen excelentes ejemplos donde se han tomado medidas igualmente importantes en el ámbito educativo, pero van acompañadas de otras que permiten atenuar de una mejor manera el problema. Dinamarca, por ejemplo, anunció el cierre de las escuelas, pero, además de ello, emitió fuertes restricciones en centros nocturnos y la implementación de home office ante el aumento en los contagios de Covid y la aparición de la variante Ómicron. Irlanda igualmente anunció que, además, los pubs y restaurantes deberán cerrar a las ocho de la noche, los eventos en interiores por las noches después de las 20 horas y anunció una reducción del aforo de los eventos públicos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud esta semana, informa que la variante Ómicron se ha reportado en 89 países y la cantidad de casos se duplica en 1.5 días, máximo tres, en áreas de transmisión comunitaria, por lo que es urgente que se tomen mayores medidas en momentos en que en todo el país de una u otra manera se sigue con la tendencia a la educación en línea, pero no se limita la congregación de personas en otros lugares de igual o mayor riesgo que el contexto escolar.

El problema no es menor, puesto que, de acuerdo con un informe del Banco Mundial de acuerdo con el documento con cierre a noviembre, 82 por ciento de las niñas y niños del país que están en edad de estudiar participan en alguna actividad educativa, pero sólo uno de cada 10 tiene una educación presencial de forma permanente. El porcentaje de alumnos que asisten a clases presenciales en México es de los más bajos en la región, sólo después de Ecuador, Perú y Panamá.

Ojalá y el esfuerzo por reducir la concentración de personas en lugares públicos y privados mueva al gobierno, pero sobre todo a la sociedad para reconocer que mucho de la posibilidad de evitar un problema mayor está en nuestras manos. Feliz año 2022.

Manuel Alberto Navarro Weckmann

Doctor en Gerencia Pública y Política Social

manuelnavarrow@gmail.com

https://manuelnavarrow.com