/ viernes 1 de julio de 2022

El ataque de Masiosare

Alejandro Cortés González-Báez

Y de nuevo la clásica pregunta: ¿Cómo te ha ido? “Dos a cero, favor Masiosare… ¿Sabes quién es Masiosare? Pues es un “extraño enemigo”, quien desde hace tiempo no permite que las cosas te salgan bien.

Y como todo efecto tiene una causa; si toda la gente tiene problemas, ha de deberse a que alguien está complicándolo todo. Por otra parte, no podía dejar de considerar la posibilidad de que Masiosare tuviera lazos con otros malvivientes, estando coordinados en una organización a nivel mundial. Indudablemente.

Pasaban rápidamente por mi cabeza tantos datos de desórdenes desde personales, hasta internacionales, que no podía seguir dudando. Así es, el causante se movía organizadamente por todo el mundo.

Al ser consciente de que el desorden afecta la vida de todos los mortales busqué entre mis archivos los datos que me permitieran encontrar el desorden de origen, y hete aquí que lo hallé en el primer matrimonio, esto es el del Sr. Adán, muy poco tiempo después de contraer nupcias con la muy hermosa y agraciada señorita Eva allá en el año de... (bueno, la verdad es que la nota de “Sociales” está bastante maltratada y no me fue posible leer la fecha). Según la crónica, en la recepción se ofrecieron todo tipo de manjares.

Sin embargo, en otro ejemplar del mismo periódico, pero esta vez de la Nota Roja, se relata cómo fue que una perversa serpiente consiguió, por medio de engaños, que, doña Eva de Adán —quien a la sazón vivía en el fraccionamiento Paraíso— se atreviera a comer un fruto del Árbol de Bien y del Mal, dado que de esta manera —según relataron más tarde algunos parientes de la susodicha, quienes prefirieron permanecer en el anonimato— pretendía no tener que depender del Creador, y para ello, convenció a su esposo, actuando como cómplice en primer grado.

Las consecuencias no se hicieron esperar y a partir de aquel momento, toda la creación fue afectada por graves males, siendo los mayores los acaecidos en la misma naturaleza humana, quedando ésta tan dañada que, se transmitieron a sus descendientes como los defectos de un árbol pasan a los muebles fabricados con su madera.

Sé muy bien que para muchos, los relatos del Génesis son inaceptables por falta de rigor científico, y especialmente para las mentalidades adultas, cuando vivimos en el cibernético siglo 21. A tales personas los invitaría a que traten de meterse en los zapatos de Dios, e intenten hacer una narración, con fines pedagógicos, que pudiera ser entendida por los hombres de todos los tiempos. Quiero decir que, los relatos sobre la creación del universo, —y en especial de la primera pareja de seres humanos— no fueron escritos para los científicos de nuestra época, sino para la humanidad entera, teniendo en cuenta la infinita diferencia de niveles culturales.

La investigación había llegado a su fin: El extraño enemigo es el pecado, dado que consiste en la ruptura del orden natural, por lo tanto, todo pecado es simple y sencillamente: antiecológico, y Masiosare… sigue suelto.


www.padrealejandro.org


Alejandro Cortés González-Báez

Y de nuevo la clásica pregunta: ¿Cómo te ha ido? “Dos a cero, favor Masiosare… ¿Sabes quién es Masiosare? Pues es un “extraño enemigo”, quien desde hace tiempo no permite que las cosas te salgan bien.

Y como todo efecto tiene una causa; si toda la gente tiene problemas, ha de deberse a que alguien está complicándolo todo. Por otra parte, no podía dejar de considerar la posibilidad de que Masiosare tuviera lazos con otros malvivientes, estando coordinados en una organización a nivel mundial. Indudablemente.

Pasaban rápidamente por mi cabeza tantos datos de desórdenes desde personales, hasta internacionales, que no podía seguir dudando. Así es, el causante se movía organizadamente por todo el mundo.

Al ser consciente de que el desorden afecta la vida de todos los mortales busqué entre mis archivos los datos que me permitieran encontrar el desorden de origen, y hete aquí que lo hallé en el primer matrimonio, esto es el del Sr. Adán, muy poco tiempo después de contraer nupcias con la muy hermosa y agraciada señorita Eva allá en el año de... (bueno, la verdad es que la nota de “Sociales” está bastante maltratada y no me fue posible leer la fecha). Según la crónica, en la recepción se ofrecieron todo tipo de manjares.

Sin embargo, en otro ejemplar del mismo periódico, pero esta vez de la Nota Roja, se relata cómo fue que una perversa serpiente consiguió, por medio de engaños, que, doña Eva de Adán —quien a la sazón vivía en el fraccionamiento Paraíso— se atreviera a comer un fruto del Árbol de Bien y del Mal, dado que de esta manera —según relataron más tarde algunos parientes de la susodicha, quienes prefirieron permanecer en el anonimato— pretendía no tener que depender del Creador, y para ello, convenció a su esposo, actuando como cómplice en primer grado.

Las consecuencias no se hicieron esperar y a partir de aquel momento, toda la creación fue afectada por graves males, siendo los mayores los acaecidos en la misma naturaleza humana, quedando ésta tan dañada que, se transmitieron a sus descendientes como los defectos de un árbol pasan a los muebles fabricados con su madera.

Sé muy bien que para muchos, los relatos del Génesis son inaceptables por falta de rigor científico, y especialmente para las mentalidades adultas, cuando vivimos en el cibernético siglo 21. A tales personas los invitaría a que traten de meterse en los zapatos de Dios, e intenten hacer una narración, con fines pedagógicos, que pudiera ser entendida por los hombres de todos los tiempos. Quiero decir que, los relatos sobre la creación del universo, —y en especial de la primera pareja de seres humanos— no fueron escritos para los científicos de nuestra época, sino para la humanidad entera, teniendo en cuenta la infinita diferencia de niveles culturales.

La investigación había llegado a su fin: El extraño enemigo es el pecado, dado que consiste en la ruptura del orden natural, por lo tanto, todo pecado es simple y sencillamente: antiecológico, y Masiosare… sigue suelto.


www.padrealejandro.org