/ viernes 10 de agosto de 2018

“El boxeador de la vida por experiencia propia”

Muy buenos días mis lectores, que se encuentren contentos y felices, son mis mejores deseos. Y deben de estarlo la mayoría, me imagino, por lo que está sucediendo en el país que me vio nacer, México, a partir de que Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones el 31 de julio del presente año. Les compartiré.

Casi en todos los medios de difusión masiva, así como en las pláticas interpersonales y de negocios existe un optimismo y contentamiento, y por qué no decir, felicidad por ese motivo. La gente está contenta, muy optimista y con grandes expectativas de que México cambie para bien ahora con el que será el nuevo presidente.

Las cuestiones negativas y los grandes temores de que Andrés Manuel ganara se han esfumado y en lugar de eso, ha surgido un ambiente de confianza en el país e internacionalmente. Es como si toda la gente hubiera descubierto en él todas las características positivas para ser un gran gobernante.

A mí en lo personal me gusta su manera retadora al establecer, así lo entiendo, que cuando todos le cuestionaban, por ejemplo, y aun algunos lo hacen, de que de dónde iba a sacar todo el dinero para poder realizar todos sus proyectos y promesas, Andrés Manuel dice: ustedes se guían por evaluaciones y cálculos materiales y yo me guío -como lo dijo este miércoles al recibir su carta por parte del Tribunal Electoral que lo convierte ahora sí en presidente electo- por principios.

La pregunta para todos nosotros sería: ¿A qué clase de principios Andrés Manuel se refirió? Pues yo no sé ustedes, pero para mí se estaba refiriendo a principios que van mas allá de toda lógica, se refería a los principios de los cuales les he compartido siempre, los principios espirituales, aunque ustedes les puedan llamar éticos o morales; y créanme mis lectores, yo sé de eso y sé que funcionan efectivamente cuanto toda la lógica, toda la matemática inclusive, les está diciendo lo contrario.

Les diré, por si no lo saben, que el próximo presidente de México es un ser que ha buscado la espiritualidad y en esa búsqueda, ha tenido en su vida relación con personas espirituales como los son los jesuitas. Es pues una persona, Andrés Manuel López Obrador, que ve lo que muchos no son capaces de ver: ¡Que en la vida y la existencia espiritual no existen limitaciones de ningún tipo! ¡Ni económicas, vamos, ni políticas!

Así de ese tamaño es lo que ha sucedido, está sucediendo y sucederá en México ¡Debemos sentirnos contentos y felices porque desde hace muchísimo tiempo no teníamos un líder de esa envergadura!, ¡demos pues gracias al Creador de todos nosotros por ello!


Muy buenos días mis lectores, que se encuentren contentos y felices, son mis mejores deseos. Y deben de estarlo la mayoría, me imagino, por lo que está sucediendo en el país que me vio nacer, México, a partir de que Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones el 31 de julio del presente año. Les compartiré.

Casi en todos los medios de difusión masiva, así como en las pláticas interpersonales y de negocios existe un optimismo y contentamiento, y por qué no decir, felicidad por ese motivo. La gente está contenta, muy optimista y con grandes expectativas de que México cambie para bien ahora con el que será el nuevo presidente.

Las cuestiones negativas y los grandes temores de que Andrés Manuel ganara se han esfumado y en lugar de eso, ha surgido un ambiente de confianza en el país e internacionalmente. Es como si toda la gente hubiera descubierto en él todas las características positivas para ser un gran gobernante.

A mí en lo personal me gusta su manera retadora al establecer, así lo entiendo, que cuando todos le cuestionaban, por ejemplo, y aun algunos lo hacen, de que de dónde iba a sacar todo el dinero para poder realizar todos sus proyectos y promesas, Andrés Manuel dice: ustedes se guían por evaluaciones y cálculos materiales y yo me guío -como lo dijo este miércoles al recibir su carta por parte del Tribunal Electoral que lo convierte ahora sí en presidente electo- por principios.

La pregunta para todos nosotros sería: ¿A qué clase de principios Andrés Manuel se refirió? Pues yo no sé ustedes, pero para mí se estaba refiriendo a principios que van mas allá de toda lógica, se refería a los principios de los cuales les he compartido siempre, los principios espirituales, aunque ustedes les puedan llamar éticos o morales; y créanme mis lectores, yo sé de eso y sé que funcionan efectivamente cuanto toda la lógica, toda la matemática inclusive, les está diciendo lo contrario.

Les diré, por si no lo saben, que el próximo presidente de México es un ser que ha buscado la espiritualidad y en esa búsqueda, ha tenido en su vida relación con personas espirituales como los son los jesuitas. Es pues una persona, Andrés Manuel López Obrador, que ve lo que muchos no son capaces de ver: ¡Que en la vida y la existencia espiritual no existen limitaciones de ningún tipo! ¡Ni económicas, vamos, ni políticas!

Así de ese tamaño es lo que ha sucedido, está sucediendo y sucederá en México ¡Debemos sentirnos contentos y felices porque desde hace muchísimo tiempo no teníamos un líder de esa envergadura!, ¡demos pues gracias al Creador de todos nosotros por ello!