/ miércoles 7 de diciembre de 2022

El cambio climático y el derecho humano al agua

Por: Mario Mata Carrasco


En estos tiempos que nos tocó vivir, del cambio climático, el mayor reto que tenemos enfrente es garantizar el Derecho Humano al Agua Potable y Saneamiento de manera sostenible en Chihuahua, por lo cual el mandato de la gobernadora Maru Campos, de “Agua para todos los chihuahuenses” retoma una importancia preponderante y nos obliga a contar con los elementos necesarios para lograrlo. Los organismos operadores y entes públicos involucrados en este proceso son: 1 Junta Central de Agua y Saneamiento; 32 Juntas Municipales de Agua y Saneamiento; 17 Juntas Rurales de Agua y Saneamiento; 35 municipios que brindan los servicios directamente (AP y S) y más de 600 Comités Técnicos de Agua. Como vemos es un sistema muy complejo y sobre todo con un marco jurídico muy robusto; la Ley de Aguas Nacionales y su Reglamento, la Ley del Agua de Chihuahua, las Estructuras Orgánicas de cada ente, sus Manuales de Procedimientos, Presupuestos y demás leyes aplicables.

La cobertura de infraestructura continúa extendiéndose en todo Chihuahua, sobre todo en zonas urbanas; la cobertura de agua potable está, en la zona urbana, en el 92.6%, en la zona rural en 79.83%, mientras tanto el alcantarillado y saneamiento, en la zona urbana está en el 93.5% y en la zona rural en el 63.4% y nuestro gran reto se localiza principalmente en la Sierra Tarahumara, donde la población es muy dispersa. Ahí trabajamos de la mano con la sociedad civil con Sistemas Colectivos y Cosechas de Agua para mejorar las condiciones de vida.

El cambio climático ha pegado muy fuertemente en todo el territorio de nuestro estado, el número de días con temperaturas mayores a 40° C supera los 30 días al año en las zonas donde se concentra la población, la evaporación es de las más altas del país y se presentan sequías recurrentes. De acuerdo a la proyección de cambio climático del INECC, el incremento en las temperaturas en el periodo 2021 al 2040 será de 1.4 grados y hasta 5.4 grados en el escenario del año 2100.

La demanda de agua en temporada de calor ya alcanza los 400 litros diarios/habitante, siendo una de las más altas en el país.

Otro elemento que ha afectado enormemente al reto del que hablamos es el crecimiento de la población; en 1942 el estado de Chihuahua tenía 623,944 habitantes, actualmente somos 3,741,869 chihuahuenses (INEGI 2020).

En 1950 el 85% de la población chihuahuense se abastecía con agua superficial. En 2022 prácticamente el total de la población se abastece de agua subterránea, pozos.

42 de los 61 acuíferos en el estado se encuentran ya sobreexplotados y uno de ellos, Los Juncos, ya completamente agotado. Es tiempo de aprovechar al máximo las fuentes superficiales nuevamente y eficientar y reutilizar el agua del subsuelo.

Es imperante una nueva cultura del agua y cambios en los hábitos de vida en todos nosotros. Las personas debemos reconocer y actuar dando el valor auténtico del agua, desarrollar una cultura del ahorro en el uso del agua, la eficiencia física en las ciudades, evitando las fugas y riego tecnificado en el campo, cultura del reúso en riego agrícola, uso industrial y áreas verdes municipales.


Por: Mario Mata Carrasco


En estos tiempos que nos tocó vivir, del cambio climático, el mayor reto que tenemos enfrente es garantizar el Derecho Humano al Agua Potable y Saneamiento de manera sostenible en Chihuahua, por lo cual el mandato de la gobernadora Maru Campos, de “Agua para todos los chihuahuenses” retoma una importancia preponderante y nos obliga a contar con los elementos necesarios para lograrlo. Los organismos operadores y entes públicos involucrados en este proceso son: 1 Junta Central de Agua y Saneamiento; 32 Juntas Municipales de Agua y Saneamiento; 17 Juntas Rurales de Agua y Saneamiento; 35 municipios que brindan los servicios directamente (AP y S) y más de 600 Comités Técnicos de Agua. Como vemos es un sistema muy complejo y sobre todo con un marco jurídico muy robusto; la Ley de Aguas Nacionales y su Reglamento, la Ley del Agua de Chihuahua, las Estructuras Orgánicas de cada ente, sus Manuales de Procedimientos, Presupuestos y demás leyes aplicables.

La cobertura de infraestructura continúa extendiéndose en todo Chihuahua, sobre todo en zonas urbanas; la cobertura de agua potable está, en la zona urbana, en el 92.6%, en la zona rural en 79.83%, mientras tanto el alcantarillado y saneamiento, en la zona urbana está en el 93.5% y en la zona rural en el 63.4% y nuestro gran reto se localiza principalmente en la Sierra Tarahumara, donde la población es muy dispersa. Ahí trabajamos de la mano con la sociedad civil con Sistemas Colectivos y Cosechas de Agua para mejorar las condiciones de vida.

El cambio climático ha pegado muy fuertemente en todo el territorio de nuestro estado, el número de días con temperaturas mayores a 40° C supera los 30 días al año en las zonas donde se concentra la población, la evaporación es de las más altas del país y se presentan sequías recurrentes. De acuerdo a la proyección de cambio climático del INECC, el incremento en las temperaturas en el periodo 2021 al 2040 será de 1.4 grados y hasta 5.4 grados en el escenario del año 2100.

La demanda de agua en temporada de calor ya alcanza los 400 litros diarios/habitante, siendo una de las más altas en el país.

Otro elemento que ha afectado enormemente al reto del que hablamos es el crecimiento de la población; en 1942 el estado de Chihuahua tenía 623,944 habitantes, actualmente somos 3,741,869 chihuahuenses (INEGI 2020).

En 1950 el 85% de la población chihuahuense se abastecía con agua superficial. En 2022 prácticamente el total de la población se abastece de agua subterránea, pozos.

42 de los 61 acuíferos en el estado se encuentran ya sobreexplotados y uno de ellos, Los Juncos, ya completamente agotado. Es tiempo de aprovechar al máximo las fuentes superficiales nuevamente y eficientar y reutilizar el agua del subsuelo.

Es imperante una nueva cultura del agua y cambios en los hábitos de vida en todos nosotros. Las personas debemos reconocer y actuar dando el valor auténtico del agua, desarrollar una cultura del ahorro en el uso del agua, la eficiencia física en las ciudades, evitando las fugas y riego tecnificado en el campo, cultura del reúso en riego agrícola, uso industrial y áreas verdes municipales.