Me parece que en veinte siglos, la Iglesia Católica no ha tenido un acto con tal magnitud. En la apertura del Concilio había dentro de la Basílica de San Pedro 3 mil 500 padres conciliares, unos 500 laicos, y en la Plaza frente al templo había 3 mil espectadores.
El Concilio lo convocó el recién elegido Papa, Juan XXIII. El Papa Roncalli se había dado dos años para preparar el Concilio, y suponía que la reunión duraría otros dos años. Empezó el Concilio en 1962. Durante la primera sesión no hubo documentos que aprobar. Y el Papa murió en junio de 1963. Lo sucedió el Papa Pablo VI, que decidió continuar la celebración del Concilio. Y el Concilio tuvo tres etapas más. Se celebró una sesión cada año. El Concilio se clausuró en diciembre de 1965. Produjo 16 documentos.
Los Papas posteriores al Concilio han sido hasta el día de hoy: Pablo VI, de 1963 a 1978; Juan Pablo II, de 1978 a 2005; Benedicto XVI, de 2005 a 2013, y el actual Papa Francisco que empezó su pontificado en 2013. Voy a citar de cada Papa unas palabras relativas al Concilio Vaticano II.
Pablo VI, que le tocó clausurar el concilio e iniciar su aplicación, dijo el 23 de abril de 1966, en un discurso a la Curia Romana: “Los temas del Concilio Vaticano II fueron discutibles… hoy, nuestra adhesión a las deliberaciones conciliares debe de ser absoluta y sin reservas, voluntaria y preparada, para apoyarlas con el pensamiento, con la acción y con la conducta”.
Juan Pablo II dijo en su documento Novo millenio ineunte del 6 de enero de 2001, en la clausura del Gran Jubileo del año 2000: “¡Cuánta riqueza a las orientaciones nos dio el Concilio Vaticano II! Por eso… he pedido a la Iglesia que se interrogue sobre la acogida del Concilio… A medida que pasan los años, los textos del Concilio no pierden su valor ni su esplendor. Es necesario leerlos de manera apropiada y que sean conocidos y asimilados como textos del Magisterio dentro de la Iglesia”.
Benedicto XVI, el 10 de octubre de 2012, en el aniversario 50 de la apertura del Concilio, después de hacer una síntesis de las cuatro Constituciones del Concilio, termina diciendo: “El Concilio Vaticano II es un fuerte llamamiento a redescubrir cada día la belleza de nuestra fe”.
El Papa Francisco, el 19 de enero de 2019, en la recepción de un representante de la iglesia luterana, dice: “Los pontífices del Concilio Vaticano II han subrayado que es irreversible la unidad entre”.
