/ martes 22 de febrero de 2022

El costo sanitario de una utopía

Al contrario de los sistemas económicos que la izquierda y sus derivados suelen criticar, la utopía socialista, llevada a sus últimas consecuencias, ha ocasionado en la Historia crímenes premeditados con el objetivo de llevar a su meta final la completa realización de su ideología. Recordemos que toda ideología se caracteriza por anteponer el mundo intelectual a los hechos de la realidad y los derechos humanos básicos. En este proceso se pierden vidas humanas que en la jerga militar podrían definirse como “daños colaterales”. Vidas eliminadas deliberadamente.

En esto, la llamada Cuarta Transformación (4T) no es la excepción, quien primero, por ignorancia, y después, por pura negligencia y de modo deliberado, ha ocasionado la más grande crisis de abasto de la que se tenga memoria en el sistema público de salud en México, negando a los trabajadores sanitarios que alienten o receten a los pacientes para adquirir equipos e insumos médicos fuera de la red pública de suministro, bajo riesgo de ser removidos del cargo, con tal de justificar la promesa de gratuidad universal del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Y es que con la desaparición de la figura del Seguro Popular sustituido por el Insabi, ya no es posible transferir los costos de adquisiciones urgentes. La última compra consolidada de medicamentos de insumos y medicamentos, que se realizó en 2018, garantizó el abasto hasta el primer semestre de 2019. Desde entonces todo ha sido una espiral descendente en donde los más afectados han sido los niños con cáncer, de acuerdo con Xavier Tello en su libro La Tragedia del Desbasto. La autoridad ha dicho muchas cosas. Muchas falsas o sin sentido, pero olvidando el drama de pacientes y familiares.

La directiva de hacerse con la mayor cantidad de recursos para los programas sociales fue una de las razones que dio inicio al desabasto de medicamentos, desde los que son de alta especialidad (como los usados para tratar a pacientes con cáncer o sida) a básicos, con la eliminación de los intermediarios (fármacos especializados, Dimesa y Maypo) que distribuían el producto a cada una de las farmacias del sistema de salud gubernamental. La llegada del Insabi, que se adueñó de los recursos y las decisiones de abasto, sólo empeoraron las cosas.

No hay mejor ejemplo de la paradoja democrática de la izquierda como el sexenio del presidente de AMLO, que pasa de la actitud benevolente hacia el individuo cuando está en oposición, y al estar en el gobierno, dice en labios del secretario de Salud, Jorge Alcocer, respecto a los niños con cáncer que deben de recibir sus dosis de quimioterapia en fechas y dosis requeridas: “No hay ninguna urgencia… sobre la falta de un medicamento contra el cáncer”, Animal Político (27-Ago-2019). Con la izquierda se terminará teniendo un espíritu doblegado y temeroso como en Cuba o Venezuela.

Esperemos que en México no sea más importante imponer una ideología que la salud de una nación. agusperezr@hotmail.com


Administrador financiero


Al contrario de los sistemas económicos que la izquierda y sus derivados suelen criticar, la utopía socialista, llevada a sus últimas consecuencias, ha ocasionado en la Historia crímenes premeditados con el objetivo de llevar a su meta final la completa realización de su ideología. Recordemos que toda ideología se caracteriza por anteponer el mundo intelectual a los hechos de la realidad y los derechos humanos básicos. En este proceso se pierden vidas humanas que en la jerga militar podrían definirse como “daños colaterales”. Vidas eliminadas deliberadamente.

En esto, la llamada Cuarta Transformación (4T) no es la excepción, quien primero, por ignorancia, y después, por pura negligencia y de modo deliberado, ha ocasionado la más grande crisis de abasto de la que se tenga memoria en el sistema público de salud en México, negando a los trabajadores sanitarios que alienten o receten a los pacientes para adquirir equipos e insumos médicos fuera de la red pública de suministro, bajo riesgo de ser removidos del cargo, con tal de justificar la promesa de gratuidad universal del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Y es que con la desaparición de la figura del Seguro Popular sustituido por el Insabi, ya no es posible transferir los costos de adquisiciones urgentes. La última compra consolidada de medicamentos de insumos y medicamentos, que se realizó en 2018, garantizó el abasto hasta el primer semestre de 2019. Desde entonces todo ha sido una espiral descendente en donde los más afectados han sido los niños con cáncer, de acuerdo con Xavier Tello en su libro La Tragedia del Desbasto. La autoridad ha dicho muchas cosas. Muchas falsas o sin sentido, pero olvidando el drama de pacientes y familiares.

La directiva de hacerse con la mayor cantidad de recursos para los programas sociales fue una de las razones que dio inicio al desabasto de medicamentos, desde los que son de alta especialidad (como los usados para tratar a pacientes con cáncer o sida) a básicos, con la eliminación de los intermediarios (fármacos especializados, Dimesa y Maypo) que distribuían el producto a cada una de las farmacias del sistema de salud gubernamental. La llegada del Insabi, que se adueñó de los recursos y las decisiones de abasto, sólo empeoraron las cosas.

No hay mejor ejemplo de la paradoja democrática de la izquierda como el sexenio del presidente de AMLO, que pasa de la actitud benevolente hacia el individuo cuando está en oposición, y al estar en el gobierno, dice en labios del secretario de Salud, Jorge Alcocer, respecto a los niños con cáncer que deben de recibir sus dosis de quimioterapia en fechas y dosis requeridas: “No hay ninguna urgencia… sobre la falta de un medicamento contra el cáncer”, Animal Político (27-Ago-2019). Con la izquierda se terminará teniendo un espíritu doblegado y temeroso como en Cuba o Venezuela.

Esperemos que en México no sea más importante imponer una ideología que la salud de una nación. agusperezr@hotmail.com


Administrador financiero