/ domingo 25 de octubre de 2020

El daño será “aún peor”


Semáforo rojo debió a las “fiestas”

La pandemia originada por el brote del virus Sars-CoV-2 ha causado severas afectaciones a la salud de la humanidad y ha expuesto las graves deficiencias estructurales de los estados.

El coronavirus ha sido implacable en el mundo, pues ya van 1.1 millones de defunciones y 42 millones de contagios y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, los efectos nocivos serán extensos en tiempo y espacio, quizá hasta tres años.

El Banco Mundial afirma que la crisis económica estará presente durante cinco años y los efectos por la desigualdad afectarán a toda una generación.

Los gobiernos de México, Brasil y los Estados Unidos han actuado de manera “errática” desde que apareció la enfermedad, en tanto hay casos exitosos como Nueva Zelanda, Corea y China, donde se concentraron en tres vertientes: atención inmediata a la crisis sanitaria a través de pruebas; prevención de la crisis económica y comunicación efectiva y creíble a la sociedad. No cayeron en la desinformación o “fake news”.

Respecto a los datos “oficiales”, en el país van a la fecha 88 mil muertes y más de 880 mil contagios, lo cual nos ubica en cuarto y séptimo lugar a nivel mundial, respectivamente, pero la revista inglesa The Economist asegura que el número de muertes en México es dos veces mucho mayor. La Universidad de Washington pronostica más de 130 mil muertos a finales de año.

La revista científica The Lancet informó que la falta de pruebas para saber quién tiene la enfermedad, y la ausencia de equipo básico de protección ha causado la muerte a mil 320 trabajadores de la salud. Pero, Amnistía Internacional señala que las defunciones llegan a mil 410, la mayoría doctores, que representa un 20% de los 7 mil fallecidos en la “línea de batalla”.

Ante este lamentable escenario, las autoridades han rechazados la aplicación masiva de pruebas y el rastreo de contactos como lo marca la comunidad científica; el uso permanente del cubrebocas, a fin de favorecer el modelo “centinela” de Hugo López-Gatell, diseñado para la estimación de la evolución de casos de influenza estacional.

El mal ejemplo lo han puesto los propios gobernantes, pues se han negado, como el presidente Andrés Manuel López Obrador, al uso de las mascarillas y a la suspensión de eventos masivos.

La economía por los suelos

Según el Inegi, la economía se hundió un 18.7% en el segundo trimestre de este año; es la más alta desde que se tiene registro desde 1981. Cuando la economía cayó 7% en el segundo trimestre de 2009, nos tardamos cinco años en recuperar los niveles previos de empleo.

El impacto ha sido brutal, pues 12 millones de personas ya perdieron su trabajo, lo que perjudica al 30% de los hogares. El 90% de las empresas tuvo caída en sus ingresos, y sólo un 7.8% recibió apoyo económico del gobierno, cuando en Alemania, la mayoría de los negocios tienen respaldo.

La pandemia ha provocado que 16 millones de personas cayeran en la pobreza extrema por ingresos, según un estudio de la UNAM.

A pesar de daños catastróficos en la economía, el gobierno continuó en su postura de mantener su plan de disciplina fiscal y austeridad republicana, sin modificar las inversiones en los “grandes” proyectos del sexenio.

Semáforo rojo en Chihuahua se debió a las “fiestas”

Chihuahua se encuentra en semáforo rojo debido a un incremento veloz de los casos Covid-19, sobre todo durante las fiestas, según el Gobierno del Estado.

Se han registrado mil 750 muertes y 11 mil 250 contagios. Además, la ocupación de camas hospitalarias se encuentra al tope.

El decreto estatal empezó el pasado 23 de octubre, con el anuncio de Ley Seca de jueves a domingo; multas y arrestos por organizar convivios. Sanciones a quienes no use cubrebocas y cierre de salones de baile, bares y gimnasios.

El virus ha evidenciado las debilidades y deficiencias de los gobernantes, así como la irresponsabilidad de importantes sectores de la sociedad, por eso es trascendente que desde el gobierno se vea con mayor realismo lo que está sucediendo. Es una crisis, cuya recuperación será muy lenta, por lo que una corrección de las estrategias se hace necesaria para evitar una mayor catástrofe.


Nos pueden seguir: palabrapropia@hotmail.com twiter@palabrapropia


Antena Radio 102.5 FM, de lunes a viernes de cinco a seis de la tarde.


Semáforo rojo debió a las “fiestas”

La pandemia originada por el brote del virus Sars-CoV-2 ha causado severas afectaciones a la salud de la humanidad y ha expuesto las graves deficiencias estructurales de los estados.

El coronavirus ha sido implacable en el mundo, pues ya van 1.1 millones de defunciones y 42 millones de contagios y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, los efectos nocivos serán extensos en tiempo y espacio, quizá hasta tres años.

El Banco Mundial afirma que la crisis económica estará presente durante cinco años y los efectos por la desigualdad afectarán a toda una generación.

Los gobiernos de México, Brasil y los Estados Unidos han actuado de manera “errática” desde que apareció la enfermedad, en tanto hay casos exitosos como Nueva Zelanda, Corea y China, donde se concentraron en tres vertientes: atención inmediata a la crisis sanitaria a través de pruebas; prevención de la crisis económica y comunicación efectiva y creíble a la sociedad. No cayeron en la desinformación o “fake news”.

Respecto a los datos “oficiales”, en el país van a la fecha 88 mil muertes y más de 880 mil contagios, lo cual nos ubica en cuarto y séptimo lugar a nivel mundial, respectivamente, pero la revista inglesa The Economist asegura que el número de muertes en México es dos veces mucho mayor. La Universidad de Washington pronostica más de 130 mil muertos a finales de año.

La revista científica The Lancet informó que la falta de pruebas para saber quién tiene la enfermedad, y la ausencia de equipo básico de protección ha causado la muerte a mil 320 trabajadores de la salud. Pero, Amnistía Internacional señala que las defunciones llegan a mil 410, la mayoría doctores, que representa un 20% de los 7 mil fallecidos en la “línea de batalla”.

Ante este lamentable escenario, las autoridades han rechazados la aplicación masiva de pruebas y el rastreo de contactos como lo marca la comunidad científica; el uso permanente del cubrebocas, a fin de favorecer el modelo “centinela” de Hugo López-Gatell, diseñado para la estimación de la evolución de casos de influenza estacional.

El mal ejemplo lo han puesto los propios gobernantes, pues se han negado, como el presidente Andrés Manuel López Obrador, al uso de las mascarillas y a la suspensión de eventos masivos.

La economía por los suelos

Según el Inegi, la economía se hundió un 18.7% en el segundo trimestre de este año; es la más alta desde que se tiene registro desde 1981. Cuando la economía cayó 7% en el segundo trimestre de 2009, nos tardamos cinco años en recuperar los niveles previos de empleo.

El impacto ha sido brutal, pues 12 millones de personas ya perdieron su trabajo, lo que perjudica al 30% de los hogares. El 90% de las empresas tuvo caída en sus ingresos, y sólo un 7.8% recibió apoyo económico del gobierno, cuando en Alemania, la mayoría de los negocios tienen respaldo.

La pandemia ha provocado que 16 millones de personas cayeran en la pobreza extrema por ingresos, según un estudio de la UNAM.

A pesar de daños catastróficos en la economía, el gobierno continuó en su postura de mantener su plan de disciplina fiscal y austeridad republicana, sin modificar las inversiones en los “grandes” proyectos del sexenio.

Semáforo rojo en Chihuahua se debió a las “fiestas”

Chihuahua se encuentra en semáforo rojo debido a un incremento veloz de los casos Covid-19, sobre todo durante las fiestas, según el Gobierno del Estado.

Se han registrado mil 750 muertes y 11 mil 250 contagios. Además, la ocupación de camas hospitalarias se encuentra al tope.

El decreto estatal empezó el pasado 23 de octubre, con el anuncio de Ley Seca de jueves a domingo; multas y arrestos por organizar convivios. Sanciones a quienes no use cubrebocas y cierre de salones de baile, bares y gimnasios.

El virus ha evidenciado las debilidades y deficiencias de los gobernantes, así como la irresponsabilidad de importantes sectores de la sociedad, por eso es trascendente que desde el gobierno se vea con mayor realismo lo que está sucediendo. Es una crisis, cuya recuperación será muy lenta, por lo que una corrección de las estrategias se hace necesaria para evitar una mayor catástrofe.


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