Con la famosa llegada de las vacunas y un ya acostumbrado espectáculo televisivo para que todos vieran el avión que traía las primeras dosis adquiridas por el gobierno federal, la falta de información, la desorganización y deseos de continuar con el espectáculo, se arrancaron las vacunaciones contra el Covid-19. Nuestro estado no fue la excepción en cuanto a falta de estrategia y de logística.
Se desconocen los centros de vacunación, se desconoce a quién se vacunará, en fin. Era de esperarse que las famosas llamadas telefónicas a los adultos mayores fueran un mero trámite esperanzador, como muchas acciones del gobierno.
Pues se enviaron vacunas a las zonas serranas, lugares donde menos se han presentado las contaminaciones y casos de fallecimientos, y pues era un hecho que serían pocas las personas que irían a los centros a vacunarse. Primero por desconocimiento de los lugares, segundo por desconocimiento que habría que vacunarse y tercero porque no tienen información, ni de las vacunas, ni de los tiempos, ni de los requisitos.
Así, en cuanto los capitalinos supieron por las redes sociales que estaban vacunando en algunos pueblos de la sierra, de inmediato en caravanas “casa vacunas” acudieron a los centros que circulaban por las redes sociales. La gente de la sierra no estaba acudiendo a vacunarse y los capitalinos aprovecharon esa oportunidad. ¿Por qué enviar las vacunas a las zonas con menor incidencia?, ¿qué seguridad de calidad se está siguiendo para trasladar las vacunas? (se vieron a los encargados saliendo con las vacunas en hieleras).
Algunos capitalinos pudieron aprovechar la oportunidad de vacunarse pero, ¿y la segunda dosis? Con el desorden que traen, no hay confianza del lugar, ni del momento.
Así también, algunos, por desconfianza en el manejo de las dosis están contemplando la alternativa de cruzar al país vecino y lograr la vacunación. Y luego surgen las preguntas, ¿por qué después de vacunarse todavía hay posibilidades de contagio?, ¿por qué aun con la vacuna se puede contagiar a alguien más?
Lo que se ve es que la estrategia de compra y distribución de las vacunas a lo largo y ancho del país no está funcionando, la información es insuficiente, los cuidados se perciben fuera de control, pero quizá lo más grave es el equipo que está promoviendo y vacunando con la bandera de un partido político, usando las vacunas como una campaña de promoción, sacando fotografía de las credenciales de votantes.
¿De qué sirve haber llenado una solicitud para ser vacunado si finalmente las vacunas son proporcionadas en forma discrecional, aleatoria o dependiendo del humor o del personal que se encuentra en cada lugar?, que puede ser del Ejército, del centro médico o del famoso ejército de “promotores del voto”, perdón “servidores de la nación”.
Es increíble que no pueda implementarse una estrategia de vacunación, incluyendo su compra y distribución, teniendo ya como antecedente las experiencias de otros países que han logrado avances muy superiores que en nuestro.
¿A qué estamos jugando?, ¿por qué mentirle tanto a los ciudadanos?, ¿por qué en las entrevistas se dice un discurso y en la realidad es un verdadero des…orden la logística de vacunación. Eso sí, ahora con las vacunas “el show” se está presentando en todo el país, no solamente en el centro.
email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua.