En una sociedad que se jacta de luchar por fortalecer la democracia, debe prevalecer la tolerancia, la inclusión, el respeto y la decisión de mantenerse dentro del marco legal en todas y cada una de las acciones de gobierno tomando en cuenta que la diversidad también merece ese respeto y reconocimiento.
Sin embargo, en muchos casos los gobernantes insultan la inteligencia de los gobernados. Ejemplos podemos decir muchos, pero basten estas frases célebres emanadas desde las más altas esferas del poder:
"A lo macho, no me fijé lo que firmé": César Duarte, ex gobernador del estado; “Fueron promesas del corazón": Pablo Cuarón, secretario de Educación del Gobierno del Nuevo Amanecer; "Me dejé llevar”: Ernesto Ávila, secretario de Salud del Gobierno del Nuevo Amanecer, hoy Unidos con Valor, y para rematar, la más reciente, "Lamento haber permitido que los alumnos nombraran al director": Victoria Chavira, Universidad Pedagógica Nacional.
Todos los comentarios fueron hechos en el marco de señalamientos por actos de corrupción donde asumieron su defensa de esta manera, pensando que somos tan ingenuos como para creerles, insultando nuestra inteligencia y abusando del poder que a través del voto, les conferimos.
Porque no deben olvidar que el poder está prestado por un periodo breve, que deberán rendirnos cuentas sobre su actuar ya que la sociedad cada día está más informada, despierta y comprometida con los deberes que debe ejercer como tal, las redes sociales se han convertido en un espacio de libertad donde a pesar de los elementos que la empañan como la guerra sucia, permiten estar informados sobre hechos que en muchas ocasiones intentan que se queden ocultos a la luz pública.
Ya no somos tan ingenuos, el respeto también camina por la forma en que los ciudadanos somos tratados, tanto vale un hombre como una mujer, un pobre como un rico, un laico como un religioso. Esto deben tenerlo en cuenta todos los que nos gobiernan en todos sus niveles.
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