/ jueves 7 de junio de 2018

El Día Mundial sin Tabaco

El día 31 de mayo pasado, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se celebró el Día Mundial sin Tabaco, lo cual es ignorado por la mayoría de la población; yo me enteré de ello a través de un artículo que apareció en la prensa; de no haber sido por ello, tampoco hubiera sabido de esa celebración, como sucede con múltiples fechas en las que se celebran diferentes hechos sin que sepamos a fondo qué es lo que en realidad se celebra.

El consumo del tabaco ocasiona múltiples enfermedades, como enfisema pulmonar, cáncer de pulmón, padecimientos cardiacos y no obstante ello, su uso está permitido, por lo que lo consume buena parte de la población; llama la atención que el uso tanto del alcohol como del tabaco sean permitidos cuando que son más dañinos que otras drogas que están prohibidas, por lo que su consumo y venta se persigue y es por ello que se han multiplicado los cárteles de la droga que hacen de esa actividad una fuente ilícita de riqueza.

Pienso que el tabaquismo se debe combatir desde el seno de la familia; si el padre es fumador, es un ejemplo para los pequeños que a medida que crecen tratarán de imitar la conducta del padre y éste no tendrá la autoridad para tratar de impedirlo; en cambio, si el padre o la madre de familia no fuma, será más difícil que los hijos adquieran este vicio.

En mi familia mis padres y hermanos no fumaban y como consecuencia, tampoco mis hijos y 16 nietos fuman.

Recuerdo que yo fumé por primera vez cuando cursaba 6o. año en la Escuela María Martínez de Cd. Juárez; un amigo me ofreció un cigarro, y desde luego yo acepté; no quería verme mal; al inhalar el humo del cigarro verdaderamente sentí asco y de inmediato tiré el cigarro; fue la primera y última vez que fumé.

En la Escuela Médico Militar nos tenían prohibido fumar; los alumnos tendríamos entre 16 y 24 años según el año que estuviéramos cursando; algunos alumnos sí fumaban pero sólo podían hacerlo fuera de las instalaciones de la escuela; desde luego, los maestros tampoco fumaban.

El hábito del cigarro puede considerarse como un suicidio lento y con frecuencia con consecuencias funestas.

Llama la atención que en las banquetas del centro de la ciudad, además de estar tapizadas con huellas de chicle, se ven numerosas colillas de cigarro.

Como afirmé, del Día Mundial sin Tabaco en este año 2018, el lema de esta celebración es “Tabaco y Cardiopatías”.

Como lo comento, el Día Mundial sin Tabaco debe tener un verdadero significado y no sólo ser una fecha alegórica que no induzca a un cambio de conducta; debemos considerar también a los “fumadores pasivos” que inhalan el humo que exhalan los amigos o compañeros de grupo.

Como en muchos otros aspectos, es evidente que tenemos que cambiar para mejorar.

El día 31 de mayo pasado, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se celebró el Día Mundial sin Tabaco, lo cual es ignorado por la mayoría de la población; yo me enteré de ello a través de un artículo que apareció en la prensa; de no haber sido por ello, tampoco hubiera sabido de esa celebración, como sucede con múltiples fechas en las que se celebran diferentes hechos sin que sepamos a fondo qué es lo que en realidad se celebra.

El consumo del tabaco ocasiona múltiples enfermedades, como enfisema pulmonar, cáncer de pulmón, padecimientos cardiacos y no obstante ello, su uso está permitido, por lo que lo consume buena parte de la población; llama la atención que el uso tanto del alcohol como del tabaco sean permitidos cuando que son más dañinos que otras drogas que están prohibidas, por lo que su consumo y venta se persigue y es por ello que se han multiplicado los cárteles de la droga que hacen de esa actividad una fuente ilícita de riqueza.

Pienso que el tabaquismo se debe combatir desde el seno de la familia; si el padre es fumador, es un ejemplo para los pequeños que a medida que crecen tratarán de imitar la conducta del padre y éste no tendrá la autoridad para tratar de impedirlo; en cambio, si el padre o la madre de familia no fuma, será más difícil que los hijos adquieran este vicio.

En mi familia mis padres y hermanos no fumaban y como consecuencia, tampoco mis hijos y 16 nietos fuman.

Recuerdo que yo fumé por primera vez cuando cursaba 6o. año en la Escuela María Martínez de Cd. Juárez; un amigo me ofreció un cigarro, y desde luego yo acepté; no quería verme mal; al inhalar el humo del cigarro verdaderamente sentí asco y de inmediato tiré el cigarro; fue la primera y última vez que fumé.

En la Escuela Médico Militar nos tenían prohibido fumar; los alumnos tendríamos entre 16 y 24 años según el año que estuviéramos cursando; algunos alumnos sí fumaban pero sólo podían hacerlo fuera de las instalaciones de la escuela; desde luego, los maestros tampoco fumaban.

El hábito del cigarro puede considerarse como un suicidio lento y con frecuencia con consecuencias funestas.

Llama la atención que en las banquetas del centro de la ciudad, además de estar tapizadas con huellas de chicle, se ven numerosas colillas de cigarro.

Como afirmé, del Día Mundial sin Tabaco en este año 2018, el lema de esta celebración es “Tabaco y Cardiopatías”.

Como lo comento, el Día Mundial sin Tabaco debe tener un verdadero significado y no sólo ser una fecha alegórica que no induzca a un cambio de conducta; debemos considerar también a los “fumadores pasivos” que inhalan el humo que exhalan los amigos o compañeros de grupo.

Como en muchos otros aspectos, es evidente que tenemos que cambiar para mejorar.