/ viernes 21 de junio de 2019

El eterno problema de la pobreza

En términos generales, pobreza se refiere la “cualidad de pobre”; es decir, a quien no tiene todo lo necesario para vivir. En ese contexto, resulta ineludible saber que la pobreza es un fenómeno de naturaleza multidimensional.
Con ese entendimiento multidimensional, en “Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018”, el Coneval muestra que el número de mexicanos en situación de pobreza es de 53.4 millones (43.6%), y que 9.4 millones (7.6%) se encuentran en pobreza extrema.
Por otra parte, el colectivo México, ¿Cómo Vamos? exhibe que el 38.7% de la población total se encuentra en situación de pobreza laboral (aspecto unidimensional). O sea, que casi el 40% de los mexicanos se encuentra en una situación en la que el ingreso laboral del hogar no es suficiente para alimentar a todos sus miembros.
Si bien se aclara que los hogares en pobreza laboral pueden lograr alimentarse a partir de ingresos no laborales como remesas, transferencias o acceso a programas sociales, no deja de ser alarmante que tal cantidad de hogares no tenga asegurada la adquisición de la canasta básica suficiente para todos los integrantes de la familia.
Es cierto que la pobreza no es un problema nuevo; sin embargo, el aumento general de ésta y el aumento específico de la pobreza laboral convierten a esta histórica problemática en un asunto que debe atenderse de manera prioritaria e integral (aumentar el salario mínimo y regalar dinero no es la solución). De lo contrario, salir de esos vergonzantes niveles de pobreza será cada vez más difícil.
En ese sentido, y en total acuerdo con lo expresado por México, ¿Cómo Vamos?, el tema del combate a la pobreza importa mucho porque se trata de un ciclo vicioso en el que, por falta de recursos, las personas no pueden acceder a alimentos, educación, transporte y, por tanto, no pueden generar recursos para salir de esta situación.
Se requiere pues, que las políticas públicas en materia pobreza se orienten a combatirla de manera efectiva y eficaz. Es decir, que se diseñen y pongan en marcha políticas que atiendan todas las dimensiones que conforman el fenómeno de la pobreza y que repercuten de manera directa en el desarrollo social y humano de los mexicanos.
Finalizo en esta ocasión citando lo dicho alguna vez por el abogado, profesor, político y ex magistrado colombiano Carlos Gaviria Díaz: “Si la democracia es el gobierno de las mayorías, ¿cómo es posible que las mayorías estén desprotegidas y se encuentren en la pobreza o en la miseria?”.

laecita.wordpress.com
laecita@gmail.com

En términos generales, pobreza se refiere la “cualidad de pobre”; es decir, a quien no tiene todo lo necesario para vivir. En ese contexto, resulta ineludible saber que la pobreza es un fenómeno de naturaleza multidimensional.
Con ese entendimiento multidimensional, en “Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018”, el Coneval muestra que el número de mexicanos en situación de pobreza es de 53.4 millones (43.6%), y que 9.4 millones (7.6%) se encuentran en pobreza extrema.
Por otra parte, el colectivo México, ¿Cómo Vamos? exhibe que el 38.7% de la población total se encuentra en situación de pobreza laboral (aspecto unidimensional). O sea, que casi el 40% de los mexicanos se encuentra en una situación en la que el ingreso laboral del hogar no es suficiente para alimentar a todos sus miembros.
Si bien se aclara que los hogares en pobreza laboral pueden lograr alimentarse a partir de ingresos no laborales como remesas, transferencias o acceso a programas sociales, no deja de ser alarmante que tal cantidad de hogares no tenga asegurada la adquisición de la canasta básica suficiente para todos los integrantes de la familia.
Es cierto que la pobreza no es un problema nuevo; sin embargo, el aumento general de ésta y el aumento específico de la pobreza laboral convierten a esta histórica problemática en un asunto que debe atenderse de manera prioritaria e integral (aumentar el salario mínimo y regalar dinero no es la solución). De lo contrario, salir de esos vergonzantes niveles de pobreza será cada vez más difícil.
En ese sentido, y en total acuerdo con lo expresado por México, ¿Cómo Vamos?, el tema del combate a la pobreza importa mucho porque se trata de un ciclo vicioso en el que, por falta de recursos, las personas no pueden acceder a alimentos, educación, transporte y, por tanto, no pueden generar recursos para salir de esta situación.
Se requiere pues, que las políticas públicas en materia pobreza se orienten a combatirla de manera efectiva y eficaz. Es decir, que se diseñen y pongan en marcha políticas que atiendan todas las dimensiones que conforman el fenómeno de la pobreza y que repercuten de manera directa en el desarrollo social y humano de los mexicanos.
Finalizo en esta ocasión citando lo dicho alguna vez por el abogado, profesor, político y ex magistrado colombiano Carlos Gaviria Díaz: “Si la democracia es el gobierno de las mayorías, ¿cómo es posible que las mayorías estén desprotegidas y se encuentren en la pobreza o en la miseria?”.

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