/ miércoles 9 de junio de 2021

El éxito de Nueva Zelanda

Con la participación de Víctor H. Becerra

Hasta 1984, Nueva Zelanda la economía se encontraba en una situación de mediocridad, sobre- regulada, intervenida, empobrecida por un estado interventor.

Por ejemplo, en el transporte estaba prohibido hacer envíos en un tractocamión por más de 150 millas, esto a fin de proteger a la industria nacional de ferrocarriles. Para hacer compras en el exterior se necesitaba permiso del gobierno. Cuando los neozelandeses viajaban al extranjero tenían que enviar los boletos al gobierno para que éste autorizara la cantidad de divisas que permitiría gastar durante el viaje. En la mayoría de los casos, las divisas autorizadas no eran suficientes. Así que la gente compraba cadenas de oro, y las vendía en el extranjero. La economía estaba muy controlada por el gobierno; se requerían permisos para importar, por lo cual las personas que tenían las licencias de importación podían enriquecerse. Por esta razón había mucha corrupción, a pesar de la flemática tradición británica.

En 1984 hay una elección adelantada en la que el Partido Nacional, en el poder, pierde y abre la puerta al partido laborista.

Inmediatamente se iniciaron reformas radicales prácticamente de un día para otro, bajo el mandato del gobierno laborista, encabezado por el ministro de Hacienda, Roger Douglas. Este introdujo una serie de medidas para transformar la economía, comúnmente denominadas Rogernomics, las cuales comenzaron a funcionar desde 1984, y a continuación, Ruthanasia. En solo 2 años se hicieron reformas profundas: se abolieron los subsidios a la agricultura, por ejemplo: los ganaderos recibían un subsidio por oveja. Muchas veces las ovejas pastoreaban en tierra no apropiada al pastoreo, y se mantenían flacas, situación que compensaba el subsidio. Estos subsidios llegaron a proporcionar el 40 % de los ingresos de los agricultores. Con la abolición de aquellos, los ganaderos empezaron a enviar a las ovejas a las tierras más apropiadas para el pastoreo y las ovejas subieron de peso. Cuando se liberaron las tierras que no eran apropiadas para las ovejas, Nueva Zelanda descubre una nueva vocación: los viñedos y el vino. Además, se abolieron los controles de divisas y los aranceles de forma unilateral. Se terminó también la obligación de pertenecer a un sindicato.

El Dr. Jamie Whyte, director de investigación del Instituto de Asuntos Económicos, IEA por sus siglas en inglés, nos dice que los cambios en Nueva Zelandia no solamente fueron económicos sino también significaron fuertes mutaciones sociales. En lo económico, Nueva Zelanda se convirtió en un líder en la exportación de productos lácteos, cordero, lana. En las mutaciones sociales hubo una nueva cultura. Anteriormente todo era una cultura de mediocridad, sin innovación, no había producción artística, no había cultura, no había restaurantes internacionales, daba la impresión de estar en un país socialista. Y de repente, Nueva Zelanda tuvo fuertes cambios culturales gracias a la apertura económica.

Para apreciar en su justa medida los cambios económicos, es menester ver los cambios del país en el ranking de libertad económica del Instituto Fraser. Nueva Zelanda es hoy la tercera economía más libre, después de Hong Kong y Singapur.

Con la participación de Víctor H. Becerra

Hasta 1984, Nueva Zelanda la economía se encontraba en una situación de mediocridad, sobre- regulada, intervenida, empobrecida por un estado interventor.

Por ejemplo, en el transporte estaba prohibido hacer envíos en un tractocamión por más de 150 millas, esto a fin de proteger a la industria nacional de ferrocarriles. Para hacer compras en el exterior se necesitaba permiso del gobierno. Cuando los neozelandeses viajaban al extranjero tenían que enviar los boletos al gobierno para que éste autorizara la cantidad de divisas que permitiría gastar durante el viaje. En la mayoría de los casos, las divisas autorizadas no eran suficientes. Así que la gente compraba cadenas de oro, y las vendía en el extranjero. La economía estaba muy controlada por el gobierno; se requerían permisos para importar, por lo cual las personas que tenían las licencias de importación podían enriquecerse. Por esta razón había mucha corrupción, a pesar de la flemática tradición británica.

En 1984 hay una elección adelantada en la que el Partido Nacional, en el poder, pierde y abre la puerta al partido laborista.

Inmediatamente se iniciaron reformas radicales prácticamente de un día para otro, bajo el mandato del gobierno laborista, encabezado por el ministro de Hacienda, Roger Douglas. Este introdujo una serie de medidas para transformar la economía, comúnmente denominadas Rogernomics, las cuales comenzaron a funcionar desde 1984, y a continuación, Ruthanasia. En solo 2 años se hicieron reformas profundas: se abolieron los subsidios a la agricultura, por ejemplo: los ganaderos recibían un subsidio por oveja. Muchas veces las ovejas pastoreaban en tierra no apropiada al pastoreo, y se mantenían flacas, situación que compensaba el subsidio. Estos subsidios llegaron a proporcionar el 40 % de los ingresos de los agricultores. Con la abolición de aquellos, los ganaderos empezaron a enviar a las ovejas a las tierras más apropiadas para el pastoreo y las ovejas subieron de peso. Cuando se liberaron las tierras que no eran apropiadas para las ovejas, Nueva Zelanda descubre una nueva vocación: los viñedos y el vino. Además, se abolieron los controles de divisas y los aranceles de forma unilateral. Se terminó también la obligación de pertenecer a un sindicato.

El Dr. Jamie Whyte, director de investigación del Instituto de Asuntos Económicos, IEA por sus siglas en inglés, nos dice que los cambios en Nueva Zelandia no solamente fueron económicos sino también significaron fuertes mutaciones sociales. En lo económico, Nueva Zelanda se convirtió en un líder en la exportación de productos lácteos, cordero, lana. En las mutaciones sociales hubo una nueva cultura. Anteriormente todo era una cultura de mediocridad, sin innovación, no había producción artística, no había cultura, no había restaurantes internacionales, daba la impresión de estar en un país socialista. Y de repente, Nueva Zelanda tuvo fuertes cambios culturales gracias a la apertura económica.

Para apreciar en su justa medida los cambios económicos, es menester ver los cambios del país en el ranking de libertad económica del Instituto Fraser. Nueva Zelanda es hoy la tercera economía más libre, después de Hong Kong y Singapur.