/ miércoles 1 de septiembre de 2021

El éxito de Singapur

Por: Miguel A. Cervantes

Con la participación de Víctor H. Becerra

Singapur es otro gran ejemplo a considerar de un país que ha mejorado su nivel de vida gracias a la libertad económica.

Durante los 1800 y la mitad de los 1900, Singapur (su nombre es de origen malayo y significa “ciudad de los leones”) fue parte del imperio británico, el cual lo convirtió en puerto libre. Durante el dominio británico atrajo inmigrantes de China y la India, principalmente. En los 1950 el Reino Unido empezó a dar autonomía a Singapur, y en 1963 Singapur fue fusionado con Malasia. La fusión no duró mucho: Singapur fue echado de la federación con Malasia en agosto 9 de 1965.

La incertidumbre de formar una nueva nación y el desempleo del nuevo país, Singapur necesitaba reinventarse, y hacerlo rápidamente. Así, Singapur redujo impuestos en general, busco atraer inversión extranjera, facilitó el comercio, invirtió en liderazgo para crear acuerdos de libre comercio en Asia, puso facilidades para abrir empresas, redujo la burocracia y Singapur se convirtió, junto con Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán, en uno de los llamados “cuatro tigres asiáticos”, todo de la mano del férreo liderazgo de Lee Kuan Yew, un abogado de origen chino que fue la figura tutelar del país, hasta su muerte en 2015, aunque dejó de ser primer ministro desde 1990.

Los esfuerzos de Singapur han dado dividendos, ya que el país ha obtenido tasas de crecimiento elevadas. Singapur es hoy una de las economías más competitivas e innovadoras gracias a la libertad económica. El PIB per cápita en 1960 era de US$3,503 (dólares del 2010), y en el 2018 ya era de US$58,248. Uno de los más altos del mundo, más alto que varios países europeos. En términos de paridad de poder adquisitivo, Singapur es el tercer país con mayor renta per cápita del mundo. Todo esto a pesar de no contar con recursos naturales y que con sus apenas 697 km² es el país más pequeño del sudeste asiático.

Singapur es una país con una gran diversidad religiosa, los datos de la CIA World Factbook indican que hay: budistas 33.2%, cristianos 18.8%, musulmanes 14%, taoístas 10%, hinduistas 5%, otros 0.6%, sin religión 18.5%. A pesar de esa diversidad religiosa, y la existencia de cuatro idiomas oficiales, existe una gran cohesión social, gracias a la libertad económica, la cual transforma la visión de sociedad, hacia la cooperación voluntaria en lugar del tribalismo excluyente. Cuando hay libertad económica los otros grupos religiosos o étnicos, no son vistos como rivales, sino como personas a quienes se les puede ofrecer bienes y servicios. En un ambiente de libertad económica los que progresan más son los que ven cómo pueden satisfacer las necesidades de los demás proveyendo bienes y servicios. Esta dinámica a largo plazo fortalece el tejido social y el sentido de pertenencia.

Singapur es una de las economías más abiertas de acuerdo en el ránking del Fraser Institute sobre libertad económica. Así, Singapur tiene una nota de 8.65/10 en el segundo lugar mundial. Mientras que Malasia, el país que rechazó a Singapur, tiene una nota de 7.58/10 encontrándose en el lugar 46.

Por: Miguel A. Cervantes

Con la participación de Víctor H. Becerra

Singapur es otro gran ejemplo a considerar de un país que ha mejorado su nivel de vida gracias a la libertad económica.

Durante los 1800 y la mitad de los 1900, Singapur (su nombre es de origen malayo y significa “ciudad de los leones”) fue parte del imperio británico, el cual lo convirtió en puerto libre. Durante el dominio británico atrajo inmigrantes de China y la India, principalmente. En los 1950 el Reino Unido empezó a dar autonomía a Singapur, y en 1963 Singapur fue fusionado con Malasia. La fusión no duró mucho: Singapur fue echado de la federación con Malasia en agosto 9 de 1965.

La incertidumbre de formar una nueva nación y el desempleo del nuevo país, Singapur necesitaba reinventarse, y hacerlo rápidamente. Así, Singapur redujo impuestos en general, busco atraer inversión extranjera, facilitó el comercio, invirtió en liderazgo para crear acuerdos de libre comercio en Asia, puso facilidades para abrir empresas, redujo la burocracia y Singapur se convirtió, junto con Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán, en uno de los llamados “cuatro tigres asiáticos”, todo de la mano del férreo liderazgo de Lee Kuan Yew, un abogado de origen chino que fue la figura tutelar del país, hasta su muerte en 2015, aunque dejó de ser primer ministro desde 1990.

Los esfuerzos de Singapur han dado dividendos, ya que el país ha obtenido tasas de crecimiento elevadas. Singapur es hoy una de las economías más competitivas e innovadoras gracias a la libertad económica. El PIB per cápita en 1960 era de US$3,503 (dólares del 2010), y en el 2018 ya era de US$58,248. Uno de los más altos del mundo, más alto que varios países europeos. En términos de paridad de poder adquisitivo, Singapur es el tercer país con mayor renta per cápita del mundo. Todo esto a pesar de no contar con recursos naturales y que con sus apenas 697 km² es el país más pequeño del sudeste asiático.

Singapur es una país con una gran diversidad religiosa, los datos de la CIA World Factbook indican que hay: budistas 33.2%, cristianos 18.8%, musulmanes 14%, taoístas 10%, hinduistas 5%, otros 0.6%, sin religión 18.5%. A pesar de esa diversidad religiosa, y la existencia de cuatro idiomas oficiales, existe una gran cohesión social, gracias a la libertad económica, la cual transforma la visión de sociedad, hacia la cooperación voluntaria en lugar del tribalismo excluyente. Cuando hay libertad económica los otros grupos religiosos o étnicos, no son vistos como rivales, sino como personas a quienes se les puede ofrecer bienes y servicios. En un ambiente de libertad económica los que progresan más son los que ven cómo pueden satisfacer las necesidades de los demás proveyendo bienes y servicios. Esta dinámica a largo plazo fortalece el tejido social y el sentido de pertenencia.

Singapur es una de las economías más abiertas de acuerdo en el ránking del Fraser Institute sobre libertad económica. Así, Singapur tiene una nota de 8.65/10 en el segundo lugar mundial. Mientras que Malasia, el país que rechazó a Singapur, tiene una nota de 7.58/10 encontrándose en el lugar 46.