/ viernes 27 de diciembre de 2019

El fracaso de la Cop25 o el sombrío futuro de la humanidad

El 2019 no se despidió con buenas nuevas para el medio ambiente y las especies vivas, pues los esfuerzos de millones de activistas chocaron con el bloque de los intereses económicos y políticos de las insensibles e irracionales (por no decir estúpidas), élites que desafortunadamente gobiernan al planeta.

La Conferencia de las Partes (Cop) es el órgano de decisión suprema de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. La vigesimoquinta reunión de este organismo presidida por Chile se llevó a cabo en Madrid debido a los disturbios violentos que hubo en Chile en los meses previos a su programación previa del 2 al 13 de diciembre de 2019.

Las 197 partes, 196 naciones más la Unión Europea, prolongaron por varios días el periodo anterior, pues no llegaban a algún acuerdo y al final no pudieron avanzar con la implementación de medidas que redujeran la temperatura media de la Tierra.

El fracaso de esta Cop25 se debió principalmente a la renuencia por parte de los principales contaminadores de comprometerse a la aplicación inmediata para sustituir la generación de energía tradicional (sobre todo carbón) por tecnologías de energía limpia (solar, eólica, etc.).

Las dos grandes potencias que invaden nuestra atmósfera a diario con enormes cantidades de gases causantes del efecto invernadero se rehusaron a los cambios tecnológicos demandados por otros países y organizaciones, sobre todo la Unión Europea.

Tanto Estados Unidos de América (EUA), primera potencia capitalista, así como la principal economía comunista (China) poco o nada aportaron a la citada conferencia.

Por el mismo tenor estuvieron la India, Brasil y Rusia, por lo que si estas potencias económicas globales se abstuvieron con mayor razón decenas de países que se debaten por sobrevivir en condiciones precarias y por ende no pueden aplicar las nuevas tecnologías energéticas.

En el 2019 los cientos de científicos de la ONU que investigan el calentamiento global y por ende el cambio climático informaron una vez más que en vez de disminuir estos dos fenómenos han aumentado por lo que se está en vías de llegar a una temperatura promedio de 1.5 grados mayor a la registrada en la etapa preindustrial.

El grupo científico advirtió que si no se inicia la disminución de los contaminantes en 20 años los efectos podrían ser irreversibles y de graves consecuencias. De llegar el aumento de la temperatura global promedio a los dos grados entonces los daños serán catastróficos y la humanidad podría llegar a su extinción en este planeta.

Ahora bien, mientras personajes nefastos como Trump o Bolsonaro estén al mando de sus gobiernos el peligro en vez de disminuir aumentará, pues hasta el supuestamente más equilibrado y sensato Putin expresó su beneplácito de que se descongele el Ártico, pues entonces Rusia podrá aprovechar los recursos naturales de la región.

Al inicio de un año nuevo se requiere la actuación demandante no sólo de millones de niños y jóvenes seguidores de una Greta Thunberg, sino de todas las generaciones pensantes que desean un futuro para sus descendientes, los cuales deben tener cuando las mismas oportunidades y condiciones de vida que nos dieron nuestros ancestros.

El 2019 no se despidió con buenas nuevas para el medio ambiente y las especies vivas, pues los esfuerzos de millones de activistas chocaron con el bloque de los intereses económicos y políticos de las insensibles e irracionales (por no decir estúpidas), élites que desafortunadamente gobiernan al planeta.

La Conferencia de las Partes (Cop) es el órgano de decisión suprema de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. La vigesimoquinta reunión de este organismo presidida por Chile se llevó a cabo en Madrid debido a los disturbios violentos que hubo en Chile en los meses previos a su programación previa del 2 al 13 de diciembre de 2019.

Las 197 partes, 196 naciones más la Unión Europea, prolongaron por varios días el periodo anterior, pues no llegaban a algún acuerdo y al final no pudieron avanzar con la implementación de medidas que redujeran la temperatura media de la Tierra.

El fracaso de esta Cop25 se debió principalmente a la renuencia por parte de los principales contaminadores de comprometerse a la aplicación inmediata para sustituir la generación de energía tradicional (sobre todo carbón) por tecnologías de energía limpia (solar, eólica, etc.).

Las dos grandes potencias que invaden nuestra atmósfera a diario con enormes cantidades de gases causantes del efecto invernadero se rehusaron a los cambios tecnológicos demandados por otros países y organizaciones, sobre todo la Unión Europea.

Tanto Estados Unidos de América (EUA), primera potencia capitalista, así como la principal economía comunista (China) poco o nada aportaron a la citada conferencia.

Por el mismo tenor estuvieron la India, Brasil y Rusia, por lo que si estas potencias económicas globales se abstuvieron con mayor razón decenas de países que se debaten por sobrevivir en condiciones precarias y por ende no pueden aplicar las nuevas tecnologías energéticas.

En el 2019 los cientos de científicos de la ONU que investigan el calentamiento global y por ende el cambio climático informaron una vez más que en vez de disminuir estos dos fenómenos han aumentado por lo que se está en vías de llegar a una temperatura promedio de 1.5 grados mayor a la registrada en la etapa preindustrial.

El grupo científico advirtió que si no se inicia la disminución de los contaminantes en 20 años los efectos podrían ser irreversibles y de graves consecuencias. De llegar el aumento de la temperatura global promedio a los dos grados entonces los daños serán catastróficos y la humanidad podría llegar a su extinción en este planeta.

Ahora bien, mientras personajes nefastos como Trump o Bolsonaro estén al mando de sus gobiernos el peligro en vez de disminuir aumentará, pues hasta el supuestamente más equilibrado y sensato Putin expresó su beneplácito de que se descongele el Ártico, pues entonces Rusia podrá aprovechar los recursos naturales de la región.

Al inicio de un año nuevo se requiere la actuación demandante no sólo de millones de niños y jóvenes seguidores de una Greta Thunberg, sino de todas las generaciones pensantes que desean un futuro para sus descendientes, los cuales deben tener cuando las mismas oportunidades y condiciones de vida que nos dieron nuestros ancestros.