/ martes 4 de junio de 2019

El impacto de los aranceles

La semana pasada recibimos otra “trompada”, o sea, otra acción-estrategia de presidente del país vecino. Definitivamente con tintes electorales y con toda la intención de provocación a una respuesta de enfrentamiento. Muchos piensan que los presidentes de nuestro país deberían de ser más duros y responderle como se merece a una persona que ha hecho y sigue haciendo tanto daño al mundo, no sólo dividiéndolo, sino colocando una estructura de enfrentamiento continuo. Actualmente enfrentado con los Países Bajos, con China, con parte de Europa, con América Latina y por supuesto un constante ataque en contra de nuestro país. Basta haber leído un poco de biografía de este personaje y su forma de actuar para entender la serie de “trompadas”, o sea palabras dichas con la trompa, que acostumbra como estrategia.

El anuncio de imposición del 5% de arancel a “todos” los productos de nuestro país, condicionando a un incremento durante los próximos meses hasta que las autoridades detengan la migración ilegal.

Esta “amenaza” está en sus inicios, como acostumbra, pero también, además del impacto interno como argumento en su campaña política, están los impactos económicos en ambos países.

En el uso más generalizado, un arancel es un impuesto que recae sobre los bienes o actividades que son importados; es decir, todos aquellos productos que un país compra del extranjero. También hay aranceles en las exportaciones, pero eso es menos común.

Generalmente hablando, la imposición de un arancel tiene tres propósitos principales: Proteger los bienes nacionales, comúnmente se aplican para proteger los negocios, la agricultura y la mano de obra del país contra la competencia extranjera. Servir como fuente de ingresos para el Estado, ya saben, impuestos. O aplicar represalias por las políticas de comercio de otras naciones.

Puede haber varios impactos, mencionemos dos: mercancía con altos aranceles, se disminuye su importación al país vecino. Por lo tanto se disminuye su consumo. Baja la importación de aguacate, baja el consumo de guacamole. El otro impacto está en los productos caros, serían con precios más altos y difíciles de conseguir, aquí los consumidores del país vecino pagarán más por estos productos, afectando a los consumidores americanos o a los importadores, que tendrán que “aguantar” las “trompadas”.

Estas medidas son del tipo proteccionismo, donde las empresas del país vecino producirán sin competencia, a precios más altos que el mercado y con calidad más baja que el mercado internacional.

Definitivamente, producto de la globalización, concepto que no entiende el señor de las “trompadas”, vendrán productos sustitutos de otros países, principalmente de Asia, y estará el vecino perdiendo mercado para las empresas norteamericanas.

Interesante será ver las reacciones de China o Europa tomando porciones de clientes que antes de la “trompada” eran de empresas norteamericanas.

email: antonio.rios@tec.mx



La semana pasada recibimos otra “trompada”, o sea, otra acción-estrategia de presidente del país vecino. Definitivamente con tintes electorales y con toda la intención de provocación a una respuesta de enfrentamiento. Muchos piensan que los presidentes de nuestro país deberían de ser más duros y responderle como se merece a una persona que ha hecho y sigue haciendo tanto daño al mundo, no sólo dividiéndolo, sino colocando una estructura de enfrentamiento continuo. Actualmente enfrentado con los Países Bajos, con China, con parte de Europa, con América Latina y por supuesto un constante ataque en contra de nuestro país. Basta haber leído un poco de biografía de este personaje y su forma de actuar para entender la serie de “trompadas”, o sea palabras dichas con la trompa, que acostumbra como estrategia.

El anuncio de imposición del 5% de arancel a “todos” los productos de nuestro país, condicionando a un incremento durante los próximos meses hasta que las autoridades detengan la migración ilegal.

Esta “amenaza” está en sus inicios, como acostumbra, pero también, además del impacto interno como argumento en su campaña política, están los impactos económicos en ambos países.

En el uso más generalizado, un arancel es un impuesto que recae sobre los bienes o actividades que son importados; es decir, todos aquellos productos que un país compra del extranjero. También hay aranceles en las exportaciones, pero eso es menos común.

Generalmente hablando, la imposición de un arancel tiene tres propósitos principales: Proteger los bienes nacionales, comúnmente se aplican para proteger los negocios, la agricultura y la mano de obra del país contra la competencia extranjera. Servir como fuente de ingresos para el Estado, ya saben, impuestos. O aplicar represalias por las políticas de comercio de otras naciones.

Puede haber varios impactos, mencionemos dos: mercancía con altos aranceles, se disminuye su importación al país vecino. Por lo tanto se disminuye su consumo. Baja la importación de aguacate, baja el consumo de guacamole. El otro impacto está en los productos caros, serían con precios más altos y difíciles de conseguir, aquí los consumidores del país vecino pagarán más por estos productos, afectando a los consumidores americanos o a los importadores, que tendrán que “aguantar” las “trompadas”.

Estas medidas son del tipo proteccionismo, donde las empresas del país vecino producirán sin competencia, a precios más altos que el mercado y con calidad más baja que el mercado internacional.

Definitivamente, producto de la globalización, concepto que no entiende el señor de las “trompadas”, vendrán productos sustitutos de otros países, principalmente de Asia, y estará el vecino perdiendo mercado para las empresas norteamericanas.

Interesante será ver las reacciones de China o Europa tomando porciones de clientes que antes de la “trompada” eran de empresas norteamericanas.

email: antonio.rios@tec.mx