/ jueves 23 de enero de 2020

El juicio político en contra de Trump

La moneda está de nuevo en el aire para Donald Trump con el juicio político que enfrenta acusado por los legisladores demócratas de abuso de poder y obstrucción al Congreso de los Estados Unidos.

La opinión pública está igual de dividida que en 2016, cuando el polémico empresario neoyorquino ganó la presidencia por el voto representativo de los electores de algunos estados. Ahora pretende reelegirse en medio de la controversia debido a su manejo peculiar del Ejecutivo federal.

La reelección de Trump dependerá tanto de la labor desacreditadora de sus acusadores demócratas como del respaldo que reciba de los republicanos, pues en el remoto caso de ser destituido sería el fin de su carrera política.

La mayoría del Senado norteamericano está en manos de los republicanos, por lo que ellos son los que decidirán al final si se queda o se va su desprestigiado mandatario.

Ahora bien, los demócratas no pretenden lograr echar fuera a Trump sino exhibirlo lo suficiente como para que los electores reaccionen y no vuelvan a otorgarle su apoyo. Por lo pronto el actual presidente estadounidense será el tercero en la historia en encarar un impeachment o juicio político como antes lo tuvieron que sufrir Andrew Johnson y Bill Clinton.

Johnson era demócrata y llegó a la presidencia después del asesinato de Abraham Lincoln, quien lo invitó a la vicepresidencia para conciliar a los partidos después de la guerra civil. Los republicanos intentaron destituirlo y apretadamente pudo ser absuelto para continuar en su cargo.

El otro caso es el publicitado de otro demócrata, Bill Clinton, quien fue acusado de mentirle al Gran Jurado al ser cuestionado por su aventura amorosa con Monica Lewinsky. Logró evitar la destitución gracias a que algunos senadores republicanos votaron a su favor.

En las comparecencias que tendrá Trump ante los senadores constituidos en Gran Jurado se ventilarán en los medios no sólo el asunto de Ucrania, sino también otras acusaciones que le han hecho al presidente, como las realizadas por algunas mujeres, las cuales fueron silenciadas mediante sobornos por parte de su abogado.

El reciente asesinato del general iraní Soleimani será otro espinoso tema que enfrentará ante la opinión pública, pues irresponsablemente se acaba de vanagloriar de su muerte en uno de los actos de campaña para su reelección.

El impeachment logrado por la dirigente de los congresistas demócratas es una buena oportunidad para el cobro de tantas facturas que ha creado el impulsivo y ególatra mandatario, el cual continuaría siendo una seria amenaza no sólo para su país sino para el mundo entero si permaneciera otros cuatro años más al frente de la nación más poderosa del mundo.


La moneda está de nuevo en el aire para Donald Trump con el juicio político que enfrenta acusado por los legisladores demócratas de abuso de poder y obstrucción al Congreso de los Estados Unidos.

La opinión pública está igual de dividida que en 2016, cuando el polémico empresario neoyorquino ganó la presidencia por el voto representativo de los electores de algunos estados. Ahora pretende reelegirse en medio de la controversia debido a su manejo peculiar del Ejecutivo federal.

La reelección de Trump dependerá tanto de la labor desacreditadora de sus acusadores demócratas como del respaldo que reciba de los republicanos, pues en el remoto caso de ser destituido sería el fin de su carrera política.

La mayoría del Senado norteamericano está en manos de los republicanos, por lo que ellos son los que decidirán al final si se queda o se va su desprestigiado mandatario.

Ahora bien, los demócratas no pretenden lograr echar fuera a Trump sino exhibirlo lo suficiente como para que los electores reaccionen y no vuelvan a otorgarle su apoyo. Por lo pronto el actual presidente estadounidense será el tercero en la historia en encarar un impeachment o juicio político como antes lo tuvieron que sufrir Andrew Johnson y Bill Clinton.

Johnson era demócrata y llegó a la presidencia después del asesinato de Abraham Lincoln, quien lo invitó a la vicepresidencia para conciliar a los partidos después de la guerra civil. Los republicanos intentaron destituirlo y apretadamente pudo ser absuelto para continuar en su cargo.

El otro caso es el publicitado de otro demócrata, Bill Clinton, quien fue acusado de mentirle al Gran Jurado al ser cuestionado por su aventura amorosa con Monica Lewinsky. Logró evitar la destitución gracias a que algunos senadores republicanos votaron a su favor.

En las comparecencias que tendrá Trump ante los senadores constituidos en Gran Jurado se ventilarán en los medios no sólo el asunto de Ucrania, sino también otras acusaciones que le han hecho al presidente, como las realizadas por algunas mujeres, las cuales fueron silenciadas mediante sobornos por parte de su abogado.

El reciente asesinato del general iraní Soleimani será otro espinoso tema que enfrentará ante la opinión pública, pues irresponsablemente se acaba de vanagloriar de su muerte en uno de los actos de campaña para su reelección.

El impeachment logrado por la dirigente de los congresistas demócratas es una buena oportunidad para el cobro de tantas facturas que ha creado el impulsivo y ególatra mandatario, el cual continuaría siendo una seria amenaza no sólo para su país sino para el mundo entero si permaneciera otros cuatro años más al frente de la nación más poderosa del mundo.