Por Samuel Almuina Orozco
Durante cada temporada de elecciones los medios de comunicación se ven drásticamente saturados de publicidad política. El principal objetivo de este marketing es crear una etiqueta brillante y un nombre distinguido, como se hace básicamente con cualquier otro producto. El objetivo principal es seleccionar las cualidades que inspiran confianza a los votantes y mostrar al candidato como un individuo que tiene todas estas.
Si bien todos los medios de comunicación son utilizados para la propaganda política, los últimos años el medio preferido han sido las redes sociales. Cada vez son más los usuarios de estas plataformas y el alcance que tienen es por mucho mayor al que tendría algún otro medio como la radio o la televisión.
En el año 2018 se llevaron a cabo las elecciones en los Estados Unidos de América, dónde como ya todos sabemos, Donald Trump fue elegido como presidente. Se considera que uno de los principales factores que le dieron el triunfo a Trump fue precisamente el marketing político digital, hablando específicamente de Facebook.
La empresa de Facebook vendió a Cambridge Analytical, una empresa de consultora, la información de 50 millones de cuentas perfiles para así adaptar el marketing de manera individual según los intereses e inclinaciones de cada usuario.
Una vez recopilada la información de todos esos millones de usuarios, y sin estos darse cuenta, fueron manipulados para votar por Donald Trump.
Posteriormente el CEO de Cambridge Analytica confesó que también se vieron involucrados en otros cientos de campañas políticas en todo el mundo.
Es aquí dónde debemos plantearnos la duda de ¿Por qué votamos por quien votamos?, ¿fuimos victima de la manipulación de Facebook y Cambridge Analytica?, y ¿cómo podemos asegurarnos de que esto no suceda de nuevo?
