/ jueves 16 de noviembre de 2017

El médico católico

Deseamos compartir con ustedes algunas de las ideas de la obra “El médico católico”, del autor Aphonsus Bonnar OFM, que muestra que la profesión médica no es ajena a la reflexión religiosa. Sólo el católico permanece como único racionalista completo que hace uso de la razón  y de la fe. Gracias a este racionalismo, una persona muy inteligente y excepcionalmente bien informada en la materia a la que se refiere una decisión particular de la Iglesia, puede cuestionarla, antes de que la razón se desoriente en la división que hay entre el bien y el mal.

La fe y la obediencia a la doctrina y los mandamientos de Cristo son necesarios para la salvación y la felicidad duradera, sin éstos no existiría la Iglesia que él fundó. Esto ha sido reconstruido por la ciencia moderna, lo que los primeros cristianos pensaron del Evangelio de Jesús confrontado las distintas fuentes con las excavaciones. El fin de la Iglesia es el bien de las almas y su salvación final. Si la Iglesia no proclamara leyes morales, no tendría conflicto con nadie, y por lo tanto, no sería perseguida como Cristo lo profetizó.

El hombre de ciencia que habla de la causa última, en realidad, habla como filósofo o teólogo, no como hombre de ciencia. Y con frecuencia, no es más apto en filosofar como el hombre de la calle. Es imposible probar que no existe nada más allá del alcance de la ciencia. Los milagros que no caen bajo nuestra propia observación personal, son enteramente asunto de evidencia. No puede haber bien o mal a menos que haya un patrón o ley al que los hombres deban conformarse. Nadie se va al cielo o al infierno solo. Sin ideal, los hechos serían más brutales.

La ida no puede ser sólo sexo, sin gran daño para su felicidad y bienestar. En cada caso, el sexo que complementa a cada individuo, también lo complementa el organismo físico, el espíritu y el corazón. La paz es la mitad del placer. El amor desea posesión completa y la comunicación sexual es la expresión física completa de la unión de mente y corazón. El sexo no tiene sentido sin amor y entrega completa. Una parte afecta a las otras por uso o abuso. La regla inmediata de moralidad es la racionalidad del hombre. El intelecto del hombre refleja el universo de Dios.

La facultad sexual es, evidentemente, una facultad no individual.  La familia es la unidad inviolable del Estado. Todo acto debe ayudar al acto natural del ser humano. El amor improductivo es psicológicamente incompleto. Lo que es moralmente equivocado no puede ser científicamente cierto. Todo lo que se opone a las leyes naturales tiene repercusiones en quienes las violan. Los preservativos impiden el orgasmo sexual completo, la acción y la satisfacción animal completa en la cúpula natural entre personas normales.

La abstención de la facultad sexual no es lo mismo que interferirla. La abstención por motivos egoístas es fuente de faltas morales, a menudo graves. La unión física sin amor, como la de los animales, en el ser humano sería una unión incompleta. El aborto es la evidente falla de un tratamiento médico. Un niño que muere sin bautismo siempre estará sometido a la justicia, bondad y misericordia de Dios. El Estado no tiene el poder de mutilar, ni de matar a sus miembros. Según Alfred Adler, las tres grandes adaptaciones son sociedad, vocación y amor. La falta de adaptación nos lleva a la neurosis.

agusperezr@hotmail.com

Deseamos compartir con ustedes algunas de las ideas de la obra “El médico católico”, del autor Aphonsus Bonnar OFM, que muestra que la profesión médica no es ajena a la reflexión religiosa. Sólo el católico permanece como único racionalista completo que hace uso de la razón  y de la fe. Gracias a este racionalismo, una persona muy inteligente y excepcionalmente bien informada en la materia a la que se refiere una decisión particular de la Iglesia, puede cuestionarla, antes de que la razón se desoriente en la división que hay entre el bien y el mal.

La fe y la obediencia a la doctrina y los mandamientos de Cristo son necesarios para la salvación y la felicidad duradera, sin éstos no existiría la Iglesia que él fundó. Esto ha sido reconstruido por la ciencia moderna, lo que los primeros cristianos pensaron del Evangelio de Jesús confrontado las distintas fuentes con las excavaciones. El fin de la Iglesia es el bien de las almas y su salvación final. Si la Iglesia no proclamara leyes morales, no tendría conflicto con nadie, y por lo tanto, no sería perseguida como Cristo lo profetizó.

El hombre de ciencia que habla de la causa última, en realidad, habla como filósofo o teólogo, no como hombre de ciencia. Y con frecuencia, no es más apto en filosofar como el hombre de la calle. Es imposible probar que no existe nada más allá del alcance de la ciencia. Los milagros que no caen bajo nuestra propia observación personal, son enteramente asunto de evidencia. No puede haber bien o mal a menos que haya un patrón o ley al que los hombres deban conformarse. Nadie se va al cielo o al infierno solo. Sin ideal, los hechos serían más brutales.

La ida no puede ser sólo sexo, sin gran daño para su felicidad y bienestar. En cada caso, el sexo que complementa a cada individuo, también lo complementa el organismo físico, el espíritu y el corazón. La paz es la mitad del placer. El amor desea posesión completa y la comunicación sexual es la expresión física completa de la unión de mente y corazón. El sexo no tiene sentido sin amor y entrega completa. Una parte afecta a las otras por uso o abuso. La regla inmediata de moralidad es la racionalidad del hombre. El intelecto del hombre refleja el universo de Dios.

La facultad sexual es, evidentemente, una facultad no individual.  La familia es la unidad inviolable del Estado. Todo acto debe ayudar al acto natural del ser humano. El amor improductivo es psicológicamente incompleto. Lo que es moralmente equivocado no puede ser científicamente cierto. Todo lo que se opone a las leyes naturales tiene repercusiones en quienes las violan. Los preservativos impiden el orgasmo sexual completo, la acción y la satisfacción animal completa en la cúpula natural entre personas normales.

La abstención de la facultad sexual no es lo mismo que interferirla. La abstención por motivos egoístas es fuente de faltas morales, a menudo graves. La unión física sin amor, como la de los animales, en el ser humano sería una unión incompleta. El aborto es la evidente falla de un tratamiento médico. Un niño que muere sin bautismo siempre estará sometido a la justicia, bondad y misericordia de Dios. El Estado no tiene el poder de mutilar, ni de matar a sus miembros. Según Alfred Adler, las tres grandes adaptaciones son sociedad, vocación y amor. La falta de adaptación nos lleva a la neurosis.

agusperezr@hotmail.com