/ jueves 25 de abril de 2019

El memorándum de AMLO

El memorándum que envió el presidente López Obrador a sus secretarios ha sido bastante criticado debido a su falta de fundamentación jurídica y por no respetar lo establecido en la Constitución Política de nuestro país.

En tal documento el jefe del Ejecutivo federal ordena a tres secretarios no aplicar la Reforma Educativa del sexenio anterior. El primer problema para que puedan ejecutar sus deseos es que las modificaciones en educación están ya plasmadas en la carta magna y por ende carece de facultades para ordenar no cumplir y no hacer cumplir las leyes constitucionales.

Los abogados le han señalado que se debe limitar a lo especificado en artículo 16 constitucional, donde se plantea cómo deben ser todos los actos de autoridad.

Uno de los principales cuestionamientos a esta irregularidad fue el del ministro en retiro José Ramón Cossío, que apoyó la crítica realizada por el Consejo General de Abogados y consideró que los argumentos son “técnicamente impecables”.

Uno de ellos es que AMLO no respeta su juramento de protesta como presidente de guardar y hacer guardar la Constitución Política y las leyes que de ella emanen, lo cual también fue criticado por el expresidente Felipe Calderón en su cuenta de Twitter.

Además los abogados aducen que se viola el principio de división de poderes establecido también en la constitución, ya que invade atribuciones no sólo del Poder Legislativo, sino también del Constituyente Permanente.

La intención de cometer este garrafal error no es explicable ni políticamente pues la CNTE no le aceptó la validez del memorándum y en cambio sigue exigiendo que la Reforma Educativa sea completamente borrada de la Constitución Política.

El traspié dado por AMLO tal vez sea histórico, pues al menos en la historia reciente no se documenta que un presidente ordene por escrito no acatar lo establecido en las normas básicas del país.

Al parecer López Obrador se dejó llevar por uno más de sus impulsos sin reflexionar sobre las consecuencias, lo cual no deja de ser preocupante por ser quien representa al Estado mexicano.

El presidente de la república debe aplicarse primero que nadie a su prédica de “al margen de la ley, nada; sobre la ley, nadie”. Por consiguiente debería enmendar su error enviándoles otro “memo” a sus secretarios donde cancele el anterior, acatar lo ya establecido constitucionalmente y esperar que el Poder Legislativo elimine o no la polémica Reforma Educativa.


El memorándum que envió el presidente López Obrador a sus secretarios ha sido bastante criticado debido a su falta de fundamentación jurídica y por no respetar lo establecido en la Constitución Política de nuestro país.

En tal documento el jefe del Ejecutivo federal ordena a tres secretarios no aplicar la Reforma Educativa del sexenio anterior. El primer problema para que puedan ejecutar sus deseos es que las modificaciones en educación están ya plasmadas en la carta magna y por ende carece de facultades para ordenar no cumplir y no hacer cumplir las leyes constitucionales.

Los abogados le han señalado que se debe limitar a lo especificado en artículo 16 constitucional, donde se plantea cómo deben ser todos los actos de autoridad.

Uno de los principales cuestionamientos a esta irregularidad fue el del ministro en retiro José Ramón Cossío, que apoyó la crítica realizada por el Consejo General de Abogados y consideró que los argumentos son “técnicamente impecables”.

Uno de ellos es que AMLO no respeta su juramento de protesta como presidente de guardar y hacer guardar la Constitución Política y las leyes que de ella emanen, lo cual también fue criticado por el expresidente Felipe Calderón en su cuenta de Twitter.

Además los abogados aducen que se viola el principio de división de poderes establecido también en la constitución, ya que invade atribuciones no sólo del Poder Legislativo, sino también del Constituyente Permanente.

La intención de cometer este garrafal error no es explicable ni políticamente pues la CNTE no le aceptó la validez del memorándum y en cambio sigue exigiendo que la Reforma Educativa sea completamente borrada de la Constitución Política.

El traspié dado por AMLO tal vez sea histórico, pues al menos en la historia reciente no se documenta que un presidente ordene por escrito no acatar lo establecido en las normas básicas del país.

Al parecer López Obrador se dejó llevar por uno más de sus impulsos sin reflexionar sobre las consecuencias, lo cual no deja de ser preocupante por ser quien representa al Estado mexicano.

El presidente de la república debe aplicarse primero que nadie a su prédica de “al margen de la ley, nada; sobre la ley, nadie”. Por consiguiente debería enmendar su error enviándoles otro “memo” a sus secretarios donde cancele el anterior, acatar lo ya establecido constitucionalmente y esperar que el Poder Legislativo elimine o no la polémica Reforma Educativa.