/ viernes 14 de junio de 2019

El muro de Trump ya está incendiando México

Indudablemente que debe de haber problemas con la seguridad pública en los municipios que se ven no solamente infiltrados por el crimen organizado, sino rebasados en todo, desde el mismo armamento hasta los ingresos que se supone son repartidos generosamente para volver malosos a los humildes policías municipales.

Aunque nunca faltan prietitos en el arroz, la medida del gobierno estatal, para suplir a las policías municipales de varios ayuntamientos serranos, por policías ministeriales y estatales, es sin duda una buena medida para llegar al mando único policiaco en el estado que, necesariamente, operará un más efectivo control en el desempeño en seguridad que le urge a Chihuahua.

Es fantasioso pensar que el gobernador o hasta el mismo fiscal general le estén jugando las contras a la población que gobiernan, por ello debemos dejar los remilgos para cuando verdaderamente sean necesarios y dejar de poner peros a las acciones gubernamentales, y apoyarlas verdaderamente por el bien de todos los chihuahuenses.

Suena infantil pensar que la autoridad política piense en una estrategia maligna para dejar desprotegidas las principales urbes en la entidad porque la policía vaya a apoyar pequeñas comunidades con graves problemas de seguridad, pensar que es toda una estrategia delictiva, hasta para guion de película sería totalmente exagerada y terrorífica.

Por el contrario, es tiempo que la ciudadanía tome su responsabilidad y coadyuve verdaderamente con las autoridades, claro que en la medida de sus posibilidades, nunca con armas y enfrentando a la delincuencia, eso sería prácticamente un suicidio para todo ciudadano que lo intentara, pero si, con las denuncias anónimas y la prevención en su misma familia en lo que les permiten ver, jugar y ponderar acciones y actitudes delictivas, como son las armas de juguete a los pequeños y jóvenes, la visualización de películas que honran las actividades delictivas y las formas de diversión tanto de adultos como de jóvenes.

Pero el fenómeno delincuencial en México parece que ya es totalmente incontrolable para las autoridades tanto preventivas como ministeriales, la gravedad de la inseguridad en el país prácticamente inició desde el 11 de septiembre del 2001 con el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York y que provocó el cierre total de la frontera para el paso de cualquier enervante lo que necesariamente volvió consumidores a los mexicanos que antes no lo eran y consumidores de otras drogas, como las sintéticas, a los norteamericanos, aunque su presidente Donald Trump los defina como los hombres más honestos y puros que hay en el planeta, aunque las matanzas en centros educativos y en cualquier lugar de la Unión Americana, se presenten constantemente.

Pues ahora con la nueva embestida de otro estilo de terrorismo como lo es el tan cantado muro a lo largo de la frontera con México, se puede prever que la situación pueda empeorar por la necesidad el mercado de unos para vender y otros para consumir enervantes, verdaderos criminales de uno y otro lado de la frontera, situación que se empieza a vislumbra verdaderamente terrible. Ojalá aún exista un poco de raciocinio en quienes tienen las decisiones políticas en el mundo.


Indudablemente que debe de haber problemas con la seguridad pública en los municipios que se ven no solamente infiltrados por el crimen organizado, sino rebasados en todo, desde el mismo armamento hasta los ingresos que se supone son repartidos generosamente para volver malosos a los humildes policías municipales.

Aunque nunca faltan prietitos en el arroz, la medida del gobierno estatal, para suplir a las policías municipales de varios ayuntamientos serranos, por policías ministeriales y estatales, es sin duda una buena medida para llegar al mando único policiaco en el estado que, necesariamente, operará un más efectivo control en el desempeño en seguridad que le urge a Chihuahua.

Es fantasioso pensar que el gobernador o hasta el mismo fiscal general le estén jugando las contras a la población que gobiernan, por ello debemos dejar los remilgos para cuando verdaderamente sean necesarios y dejar de poner peros a las acciones gubernamentales, y apoyarlas verdaderamente por el bien de todos los chihuahuenses.

Suena infantil pensar que la autoridad política piense en una estrategia maligna para dejar desprotegidas las principales urbes en la entidad porque la policía vaya a apoyar pequeñas comunidades con graves problemas de seguridad, pensar que es toda una estrategia delictiva, hasta para guion de película sería totalmente exagerada y terrorífica.

Por el contrario, es tiempo que la ciudadanía tome su responsabilidad y coadyuve verdaderamente con las autoridades, claro que en la medida de sus posibilidades, nunca con armas y enfrentando a la delincuencia, eso sería prácticamente un suicidio para todo ciudadano que lo intentara, pero si, con las denuncias anónimas y la prevención en su misma familia en lo que les permiten ver, jugar y ponderar acciones y actitudes delictivas, como son las armas de juguete a los pequeños y jóvenes, la visualización de películas que honran las actividades delictivas y las formas de diversión tanto de adultos como de jóvenes.

Pero el fenómeno delincuencial en México parece que ya es totalmente incontrolable para las autoridades tanto preventivas como ministeriales, la gravedad de la inseguridad en el país prácticamente inició desde el 11 de septiembre del 2001 con el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York y que provocó el cierre total de la frontera para el paso de cualquier enervante lo que necesariamente volvió consumidores a los mexicanos que antes no lo eran y consumidores de otras drogas, como las sintéticas, a los norteamericanos, aunque su presidente Donald Trump los defina como los hombres más honestos y puros que hay en el planeta, aunque las matanzas en centros educativos y en cualquier lugar de la Unión Americana, se presenten constantemente.

Pues ahora con la nueva embestida de otro estilo de terrorismo como lo es el tan cantado muro a lo largo de la frontera con México, se puede prever que la situación pueda empeorar por la necesidad el mercado de unos para vender y otros para consumir enervantes, verdaderos criminales de uno y otro lado de la frontera, situación que se empieza a vislumbra verdaderamente terrible. Ojalá aún exista un poco de raciocinio en quienes tienen las decisiones políticas en el mundo.