/ miércoles 17 de agosto de 2022

El nuevo atraco a las presas de Chihuahua (2a parte)

Por Mario Mata Carrasco


El Organismo de Cuenca del Río Bravo y el Consejo de Cuenca del Río Bravo están proponiendo un Modelo Matemático para realizar simulaciones del comportamiento de la citada cuenca y apoyarse en los datos que arrojen éstas para tomar decisiones.

La pregunta obligada es: ¿Qué decisiones tomarán sobre las presas de Chihuahua, las de la Subcuenca del Río Conchos: La Boquilla, La Francisco I. Madero (Las Vírgenes) y la Luis L. León (El Granero)?

Y la respuesta automática que se nos viene a la mente es legalizar el llevarse agua de las mismas para otro objetivo que no sea el riego del ciclo agrícola anual y el consumo humano, de acuerdo a las concesiones y asignaciones que se tienen en la región centro-sur y noreste del estado.

Recordemos que en el año 2020 el gobierno federal, apoyado por su partido Morena, se llevaron 440 millones de metros cúbicos y su intención era llevarse 1,100 Mm3. Incluso los senadores y diputados federales chihuahuenses de ese partido avalaron el despojo y públicamente solicitaban que se entregara el agua a Tamaulipas y todo el Bajo Bravo.

En estos días un exdiputado, llamado superdelegado, sin memoria o totalmente perdido en sus desvaríos, cambia los hechos y dice que era el PAN y el Yunque quien intentaba llevarse el agua; cuando la Constitución, la Ley de Aguas Nacionales y su Reglamento señala claramente que la única autoridad para abrir y cerrar las presas es el gobierno federal. En otras palabras, quien ordenó el acto, que fue detenido gallardamente por el pueblo chihuahuense, fue EL MISMO. Pero ahora quiere engañar o de plano ya está fuera de sus cabales. El pueblo ni perdona ni olvida.

Porque decimos que ahora quieren hacer lo mismo, pero por la vía legal.

Las presas de Chihuahua nunca se han usado ni para pago del tratado ni para dar agua a otras “concesiones” o “asignaciones”, que no sean las de aquí de Chihuahua, los otros pagos se toman de los excedentes o escurrimientos de los aportantes aforados de la Cuenca del Río Bravo. Y esta afirmación la hago porque así lo estipula el mismo Tratado y porque esa fue la respuesta del Ejecutivo federal en el 2019 a dos puntos de acuerdo aprobados por el pleno a un servidor, como diputado federal. Además, el Modelo Matemático pareciera enfocarse sólo en las presas de Chihuahua y Coahuila, ninguna de Nuevo León y Tamaulipas, olvidando también los ríos de esos estados. Y claro que no contempla que la cuenca es binacional y deberían estar las presas, ríos y arroyos de los EU, así como la cuenca directa.

Por último, no quieren incluir el cambio climático que ha provocado una disminución notable en las precipitaciones pluviales en nuestro estado (sólo usan datos anteriores al 2008), los consumos o extracciones irregulares, que son innumerables y permitidos por el oscuro personaje juarense citado y sobre todo, el derecho humano al agua de nuestras ciudades y poblados que también ya necesitan agua superficial para asegurar su abastecimiento, ya sea en cambio por aguas residuales o por ahorro en tecnificación del campo.

Por Mario Mata Carrasco


El Organismo de Cuenca del Río Bravo y el Consejo de Cuenca del Río Bravo están proponiendo un Modelo Matemático para realizar simulaciones del comportamiento de la citada cuenca y apoyarse en los datos que arrojen éstas para tomar decisiones.

La pregunta obligada es: ¿Qué decisiones tomarán sobre las presas de Chihuahua, las de la Subcuenca del Río Conchos: La Boquilla, La Francisco I. Madero (Las Vírgenes) y la Luis L. León (El Granero)?

Y la respuesta automática que se nos viene a la mente es legalizar el llevarse agua de las mismas para otro objetivo que no sea el riego del ciclo agrícola anual y el consumo humano, de acuerdo a las concesiones y asignaciones que se tienen en la región centro-sur y noreste del estado.

Recordemos que en el año 2020 el gobierno federal, apoyado por su partido Morena, se llevaron 440 millones de metros cúbicos y su intención era llevarse 1,100 Mm3. Incluso los senadores y diputados federales chihuahuenses de ese partido avalaron el despojo y públicamente solicitaban que se entregara el agua a Tamaulipas y todo el Bajo Bravo.

En estos días un exdiputado, llamado superdelegado, sin memoria o totalmente perdido en sus desvaríos, cambia los hechos y dice que era el PAN y el Yunque quien intentaba llevarse el agua; cuando la Constitución, la Ley de Aguas Nacionales y su Reglamento señala claramente que la única autoridad para abrir y cerrar las presas es el gobierno federal. En otras palabras, quien ordenó el acto, que fue detenido gallardamente por el pueblo chihuahuense, fue EL MISMO. Pero ahora quiere engañar o de plano ya está fuera de sus cabales. El pueblo ni perdona ni olvida.

Porque decimos que ahora quieren hacer lo mismo, pero por la vía legal.

Las presas de Chihuahua nunca se han usado ni para pago del tratado ni para dar agua a otras “concesiones” o “asignaciones”, que no sean las de aquí de Chihuahua, los otros pagos se toman de los excedentes o escurrimientos de los aportantes aforados de la Cuenca del Río Bravo. Y esta afirmación la hago porque así lo estipula el mismo Tratado y porque esa fue la respuesta del Ejecutivo federal en el 2019 a dos puntos de acuerdo aprobados por el pleno a un servidor, como diputado federal. Además, el Modelo Matemático pareciera enfocarse sólo en las presas de Chihuahua y Coahuila, ninguna de Nuevo León y Tamaulipas, olvidando también los ríos de esos estados. Y claro que no contempla que la cuenca es binacional y deberían estar las presas, ríos y arroyos de los EU, así como la cuenca directa.

Por último, no quieren incluir el cambio climático que ha provocado una disminución notable en las precipitaciones pluviales en nuestro estado (sólo usan datos anteriores al 2008), los consumos o extracciones irregulares, que son innumerables y permitidos por el oscuro personaje juarense citado y sobre todo, el derecho humano al agua de nuestras ciudades y poblados que también ya necesitan agua superficial para asegurar su abastecimiento, ya sea en cambio por aguas residuales o por ahorro en tecnificación del campo.