/ jueves 12 de julio de 2018

El nuevo mapa político de México

El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), fundado y encabezado por Andrés Manuel López Obrador, arrasó en todo el territorio nacional cambiando drásticamente la conformación política creada por los partidos tradicionales ya que AMLO casi ganó en todas las entidades federativas pues solamente perdió en Guanajuato.

No sólo el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia logró el 53% de los votos (poco más de 30 millones), sino que también su nuevo partido logró obtener la mayoría de los cargos en disputa, como las diputaciones federales y las senadurías.

De acuerdo a los resultados del cierre del PREP la coalición de AMLO obtuvo 46 senadurías de mayoría relativa más una de Morena. Si se le agregan seis por primera minoría y otras por representación proporcional esta alianza tendría la mayoría absoluta en la Cámara Alta. La coalición PAN-PRD-MC lograría el segundo lugar y la del PRI-PVEM-Panal quedaría en el tercero.

Lo mismo sucedió con las diputaciones federales pues la coalición Morena-PT-PES logró 210 curules más ocho de Morena, por lo que podría llegar con las plurinominales a más de 300 curules, o sea mayoría absoluta. La coalición PAN-PRD-MC obtuvo 62 diputaciones más cinco del PAN, por lo que con las plurinominales sería la segunda fuerza, mientras que la coalición PRI-PVEM-Panal al ganar 14 diputaciones más una del PRI más las plurinominales pasaría a ser la tercera fuerza y representaría más o menos la quinta parte de la Cámara Baja.

El PRI y sus aliados dejarán de ser la mayoría en el Congreso de la Unión y ahora lo será Morena con los suyos en el próximo sexenio. Así López Obrador contará con un fuerte liderazgo presidencial que no se había dado desde la reforma electoral de 1996.

Morena además ganó cuatro de las gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y podría obtener además la de Puebla que al parecer disputará legalmente con el PAN. Este último partido podría gobernar a once o doce estados, dos de ellos en coalición con el PRD, el cual sólo se quedaría con Michoacán.

El PRI por su parte conservaría una docena de estados (aunque perdió hasta en Atlacomulco), mientras que por primera vez Movimiento Ciudadano gana una gubernatura, la de Jalisco. Nuevo León continuará siendo gobernado por un independiente, Jaime Rodríguez el Bronco, quien volvió a su cargo después de haber obtenido solamente el cinco por ciento de la votación.

Chihuahua continúa siendo panista, aunque este partido perdió la mayoría en el congreso local al lograr Morena 10 curules y el PAN sólo 11 de mayoría relativa. Así el gobernador Corral tendrá que negociar las reformas constitucionales con Morena mientras que el PRI será minoría.

El PAN también perdió las dos senadurías chihuahuenses y la mayoría de las diputaciones federales. Morena y sus aliados se llevaron el carro completo, lo cual es un hecho insólito en la historia democrática del país pues nunca un partido nuevo había podido lograr posicionarse con el control político mayoritario del país en su primera elección presidencial, excepto el PNR en 1929.

El territorio nacional dejó de ser en algunas partes tricolor, azul o amarillo para ahora ser mayoritariamente marrón, por lo cual algunos analistas ya vaticinan que Morena se convertirá en el nuevo partido hegemónico del país con sus consecuentes ventajas y riesgos para el auténtico ejercicio democrático en México.


El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), fundado y encabezado por Andrés Manuel López Obrador, arrasó en todo el territorio nacional cambiando drásticamente la conformación política creada por los partidos tradicionales ya que AMLO casi ganó en todas las entidades federativas pues solamente perdió en Guanajuato.

No sólo el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia logró el 53% de los votos (poco más de 30 millones), sino que también su nuevo partido logró obtener la mayoría de los cargos en disputa, como las diputaciones federales y las senadurías.

De acuerdo a los resultados del cierre del PREP la coalición de AMLO obtuvo 46 senadurías de mayoría relativa más una de Morena. Si se le agregan seis por primera minoría y otras por representación proporcional esta alianza tendría la mayoría absoluta en la Cámara Alta. La coalición PAN-PRD-MC lograría el segundo lugar y la del PRI-PVEM-Panal quedaría en el tercero.

Lo mismo sucedió con las diputaciones federales pues la coalición Morena-PT-PES logró 210 curules más ocho de Morena, por lo que podría llegar con las plurinominales a más de 300 curules, o sea mayoría absoluta. La coalición PAN-PRD-MC obtuvo 62 diputaciones más cinco del PAN, por lo que con las plurinominales sería la segunda fuerza, mientras que la coalición PRI-PVEM-Panal al ganar 14 diputaciones más una del PRI más las plurinominales pasaría a ser la tercera fuerza y representaría más o menos la quinta parte de la Cámara Baja.

El PRI y sus aliados dejarán de ser la mayoría en el Congreso de la Unión y ahora lo será Morena con los suyos en el próximo sexenio. Así López Obrador contará con un fuerte liderazgo presidencial que no se había dado desde la reforma electoral de 1996.

Morena además ganó cuatro de las gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y podría obtener además la de Puebla que al parecer disputará legalmente con el PAN. Este último partido podría gobernar a once o doce estados, dos de ellos en coalición con el PRD, el cual sólo se quedaría con Michoacán.

El PRI por su parte conservaría una docena de estados (aunque perdió hasta en Atlacomulco), mientras que por primera vez Movimiento Ciudadano gana una gubernatura, la de Jalisco. Nuevo León continuará siendo gobernado por un independiente, Jaime Rodríguez el Bronco, quien volvió a su cargo después de haber obtenido solamente el cinco por ciento de la votación.

Chihuahua continúa siendo panista, aunque este partido perdió la mayoría en el congreso local al lograr Morena 10 curules y el PAN sólo 11 de mayoría relativa. Así el gobernador Corral tendrá que negociar las reformas constitucionales con Morena mientras que el PRI será minoría.

El PAN también perdió las dos senadurías chihuahuenses y la mayoría de las diputaciones federales. Morena y sus aliados se llevaron el carro completo, lo cual es un hecho insólito en la historia democrática del país pues nunca un partido nuevo había podido lograr posicionarse con el control político mayoritario del país en su primera elección presidencial, excepto el PNR en 1929.

El territorio nacional dejó de ser en algunas partes tricolor, azul o amarillo para ahora ser mayoritariamente marrón, por lo cual algunos analistas ya vaticinan que Morena se convertirá en el nuevo partido hegemónico del país con sus consecuentes ventajas y riesgos para el auténtico ejercicio democrático en México.