/ jueves 9 de mayo de 2019

El ocaso del sol azteca

El pasado 5 de mayo el Partido de la Revolución Democrática (PRD) cumplió 30 años de existencia con poco que celebrar, pues se encuentra en la peor quiebra política y económica de su historia.

Los resultados de los comicios del año pasado demostraron el alto costo que tuvo para el partido azteca la salida de su principal figura (López Obrador) y la constitución de otra alternativa de izquierda (Morena).

En las elecciones del 2006 el PRD obtuvo su récord histórico al lograr 11.9 millones de votos en coalición con el Partido del Trabajo y Convergencia. Luego cayó a 4.2 millones en las intermedias del 2009, pero volvió a subir a 8.1 millones de votos en el 2012 con AMLO nuevamente como candidato presidencial.

En el 2018 contendió sin López Obrador y participó en coalición para apoyar al candidato panista Ricardo Anaya, equívoca estrategia, ya que únicamente obtuvo 2.9 millones de votos cuando tres años antes había logrado 4.3 millones de votos.

El eclipse del sol azteca en lo legislativo es evidente, ya que en el 2006 contaba con 125 diputados federales y 29 senadores, mientras ahora en el 2019 sólo tiene 11 diputados federales y cinco senadores.

Si en lo político el PRD está en su peor condición histórica, en lo económico también anda igual, ya que se encuentra casi en quiebra técnica con pasivos de casi mil millones de pesos, así como un déficit financiero que ronda los 10 mil millones de pesos. Debido a sus resultados electorales su presupuesto disminuyó, por lo que el partido ha tenido que despedir a buena parte de sus empleados y vender varios de sus inmuebles.

La que fuera una atractiva oferta socialdemócrata ahora se encuentra en declive debido a su notoria dependencia en caudillos, una mala administración por parte de sus dirigencias y sobre todo a la tradicional división de sus “tribus”.

El reto del PRD para ser competitivo es mayúsculo, pues es el peor damnificado con la victoria de Morena. La mayoría de sus figuras y militantes ahora participan en el partido fundado por AMLO y la pérdida podría continuar si no se reestructura a fondo el partido.

El sol azteca está en su ocaso, pero tal vez algún día podría resurgir cual ave fénix, aunque es poco probable que lo pueda lograr en el actual sexenio, por lo que mejor se debería abocar a sobrevivir tanto en lo electoral como en lo económico, lo cual por ahora es su principal reto si desea continuar compitiendo en la arena política nacional.

El pasado 5 de mayo el Partido de la Revolución Democrática (PRD) cumplió 30 años de existencia con poco que celebrar, pues se encuentra en la peor quiebra política y económica de su historia.

Los resultados de los comicios del año pasado demostraron el alto costo que tuvo para el partido azteca la salida de su principal figura (López Obrador) y la constitución de otra alternativa de izquierda (Morena).

En las elecciones del 2006 el PRD obtuvo su récord histórico al lograr 11.9 millones de votos en coalición con el Partido del Trabajo y Convergencia. Luego cayó a 4.2 millones en las intermedias del 2009, pero volvió a subir a 8.1 millones de votos en el 2012 con AMLO nuevamente como candidato presidencial.

En el 2018 contendió sin López Obrador y participó en coalición para apoyar al candidato panista Ricardo Anaya, equívoca estrategia, ya que únicamente obtuvo 2.9 millones de votos cuando tres años antes había logrado 4.3 millones de votos.

El eclipse del sol azteca en lo legislativo es evidente, ya que en el 2006 contaba con 125 diputados federales y 29 senadores, mientras ahora en el 2019 sólo tiene 11 diputados federales y cinco senadores.

Si en lo político el PRD está en su peor condición histórica, en lo económico también anda igual, ya que se encuentra casi en quiebra técnica con pasivos de casi mil millones de pesos, así como un déficit financiero que ronda los 10 mil millones de pesos. Debido a sus resultados electorales su presupuesto disminuyó, por lo que el partido ha tenido que despedir a buena parte de sus empleados y vender varios de sus inmuebles.

La que fuera una atractiva oferta socialdemócrata ahora se encuentra en declive debido a su notoria dependencia en caudillos, una mala administración por parte de sus dirigencias y sobre todo a la tradicional división de sus “tribus”.

El reto del PRD para ser competitivo es mayúsculo, pues es el peor damnificado con la victoria de Morena. La mayoría de sus figuras y militantes ahora participan en el partido fundado por AMLO y la pérdida podría continuar si no se reestructura a fondo el partido.

El sol azteca está en su ocaso, pero tal vez algún día podría resurgir cual ave fénix, aunque es poco probable que lo pueda lograr en el actual sexenio, por lo que mejor se debería abocar a sobrevivir tanto en lo electoral como en lo económico, lo cual por ahora es su principal reto si desea continuar compitiendo en la arena política nacional.