/ martes 8 de septiembre de 2020

EL PAQUETE ECONÓMICO 2021 Y LA CAÍDA DE LOS INGRESOS FISCALES


En febrero de este año, prácticamente al inicio de la pandemia, los ingresos fiscales disminuyeron en el país un -6.3 por ciento y ya en pleno auge de la contingencia, en abril se presentó una caída del -19.0% y en mayo una baja del -23.1%. El debilitamiento de los ingresos del sector público durante mayo es la de mayor magnitud, ya que también los ingresos derivados de los productos petrolíferos cayeron un -65.3 por ciento.

La SHCP informó al Congreso que en enero-julio 2020 los ingresos presupuestarios del sector público se ubicaron en 2 billones 998.2 mil millones de pesos, monto inferior en 236.6 mil millones de pesos a lo previsto en el programa del pronóstico de los ingresos contenidos en el artículo 1º de la Ley de Ingresos para el ejercicio fiscal de 2020.

Pero esa caída podría proseguir o profundizarse, ya que los datos expuestos sólo corresponden al primer semestre del ejercicio presupuestal, por tanto, dependiendo de que la pandemia se aminore y de los procesos de reactivación de la economía (el Inegi informó que en su comparación anual, el Producto Interno Bruto (PIB), tuvo un retroceso real de (-)18.7%, durante el segundo trimestre 2020, variación real respecto a igual trimestre 2019), las cifras de la caída de los ingresos fiscales podrían elevarse, permanecer en el mismo rango, o presentar una tendencia a la baja. El decrecimiento del PIB podría seguir arrastrando la caída de los ingresos fiscales.

Además del descenso referido de los ingresos petroleros durante el mes de mayo de este año, también se presentaron desplomes importantes en los meses de febrero -33.9%, marzo -50.0% y abril -73.8 por ciento.

En ese sentido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su estudio “Reformas de Política Fiscal 2020” ha señalado que la pandemia de Covid-19 provocará una fuerte reducción de los ingresos fiscales a nivel mundial, ante lo cual una vez que los diversos países logren resurgir de la contingencia sanitaria y económica provocada, y las economías alcancen visos de recuperación, las administraciones públicas tendrán que hallar fuentes alternativas de ingresos.

El organismo también señala que, con estadísticas de 2018, los países de la OCDE con mayor recaudación tributaria como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), son Francia con 46.1 por ciento, seguido de Dinamarca y Bélgica con 44.9 por ciento y Suecia con 43.9 por ciento. En oposición, los países con menor impuesto sobre el PIB en 2018 fueron Indonesia, con ingresos fiscales totales de 11.9 por ciento, seguido de México con 16.1 por ciento y Chile 21.1 por ciento; se señala que dicha situación ha prevalecido durante los últimos 10 años.

El estado de Chihuahua no es excepción, se han visto afectados los ingresos propios correspondientes a los derechos de uso de carreteras y vehiculares; también habrá un declive por los incentivos en el Impuesto Sobre Nóminas. Como los ingresos propios de la Hacienda estatal son reducidos en comparación a las participaciones, aportaciones y convenios federales que conforman alrededor del 80% del presupuesto estatal; el peligro para las finanzas estatales estriba en que se reduzcan como resultado de una disminución en la recaudación federal participable y que presenta un déficit presupuestal de 4,907.6 millones de pesos.

Ante todo este panorama surgen diversos pronunciamientos, a veces contradictorios a la situación económica y sanitaria prevaleciente, provenientes del ámbito político, social y gubernamental que expresan orientaciones y contenidos que debe incorporar el Paquete Económico 2021, que, por ley, debe presentar el gobierno de la República al Congreso de la Unión, a más tardar el día ocho de septiembre de cada ejercicio fiscal.

El Paquete Económico 2021 estará integrado por la iniciativa de la Ley de Ingresos de la Federación (LIF), el Proyecto de Decreto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF), y los Criterios Generales de Política Económica que regirán.

Cabe recordar que para este año de 2020 se aprobó un gasto neto de 6.10 billones de pesos, con ingresos presupuestarios por 5’523,275.6 millones de pesos, un déficit aprobado por 547,140.8 millones de pesos y un gasto neto pagado por 6’070,416.4 millones de pesos. Al final del ejercicio, seguramente encontraremos variaciones que cambiarán de manera importante la composición aprobada.

Se considera que este Paquete Económico 2021 debe ser austero, pero con márgenes de maniobra y tener como objetivos primordiales el fortalecimiento del Sector Salud, la educación en todos sus niveles y la reactivación económica.

pravilacota11@gmail.com,

@PR_Avila


Economista (Unison), Maestría en Administración Pública (UACh) y profesor de Asignaturas en la Facultad de Economía Internacional de la Universidad Autónoma de Chihuahua


En febrero de este año, prácticamente al inicio de la pandemia, los ingresos fiscales disminuyeron en el país un -6.3 por ciento y ya en pleno auge de la contingencia, en abril se presentó una caída del -19.0% y en mayo una baja del -23.1%. El debilitamiento de los ingresos del sector público durante mayo es la de mayor magnitud, ya que también los ingresos derivados de los productos petrolíferos cayeron un -65.3 por ciento.

La SHCP informó al Congreso que en enero-julio 2020 los ingresos presupuestarios del sector público se ubicaron en 2 billones 998.2 mil millones de pesos, monto inferior en 236.6 mil millones de pesos a lo previsto en el programa del pronóstico de los ingresos contenidos en el artículo 1º de la Ley de Ingresos para el ejercicio fiscal de 2020.

Pero esa caída podría proseguir o profundizarse, ya que los datos expuestos sólo corresponden al primer semestre del ejercicio presupuestal, por tanto, dependiendo de que la pandemia se aminore y de los procesos de reactivación de la economía (el Inegi informó que en su comparación anual, el Producto Interno Bruto (PIB), tuvo un retroceso real de (-)18.7%, durante el segundo trimestre 2020, variación real respecto a igual trimestre 2019), las cifras de la caída de los ingresos fiscales podrían elevarse, permanecer en el mismo rango, o presentar una tendencia a la baja. El decrecimiento del PIB podría seguir arrastrando la caída de los ingresos fiscales.

Además del descenso referido de los ingresos petroleros durante el mes de mayo de este año, también se presentaron desplomes importantes en los meses de febrero -33.9%, marzo -50.0% y abril -73.8 por ciento.

En ese sentido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su estudio “Reformas de Política Fiscal 2020” ha señalado que la pandemia de Covid-19 provocará una fuerte reducción de los ingresos fiscales a nivel mundial, ante lo cual una vez que los diversos países logren resurgir de la contingencia sanitaria y económica provocada, y las economías alcancen visos de recuperación, las administraciones públicas tendrán que hallar fuentes alternativas de ingresos.

El organismo también señala que, con estadísticas de 2018, los países de la OCDE con mayor recaudación tributaria como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), son Francia con 46.1 por ciento, seguido de Dinamarca y Bélgica con 44.9 por ciento y Suecia con 43.9 por ciento. En oposición, los países con menor impuesto sobre el PIB en 2018 fueron Indonesia, con ingresos fiscales totales de 11.9 por ciento, seguido de México con 16.1 por ciento y Chile 21.1 por ciento; se señala que dicha situación ha prevalecido durante los últimos 10 años.

El estado de Chihuahua no es excepción, se han visto afectados los ingresos propios correspondientes a los derechos de uso de carreteras y vehiculares; también habrá un declive por los incentivos en el Impuesto Sobre Nóminas. Como los ingresos propios de la Hacienda estatal son reducidos en comparación a las participaciones, aportaciones y convenios federales que conforman alrededor del 80% del presupuesto estatal; el peligro para las finanzas estatales estriba en que se reduzcan como resultado de una disminución en la recaudación federal participable y que presenta un déficit presupuestal de 4,907.6 millones de pesos.

Ante todo este panorama surgen diversos pronunciamientos, a veces contradictorios a la situación económica y sanitaria prevaleciente, provenientes del ámbito político, social y gubernamental que expresan orientaciones y contenidos que debe incorporar el Paquete Económico 2021, que, por ley, debe presentar el gobierno de la República al Congreso de la Unión, a más tardar el día ocho de septiembre de cada ejercicio fiscal.

El Paquete Económico 2021 estará integrado por la iniciativa de la Ley de Ingresos de la Federación (LIF), el Proyecto de Decreto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF), y los Criterios Generales de Política Económica que regirán.

Cabe recordar que para este año de 2020 se aprobó un gasto neto de 6.10 billones de pesos, con ingresos presupuestarios por 5’523,275.6 millones de pesos, un déficit aprobado por 547,140.8 millones de pesos y un gasto neto pagado por 6’070,416.4 millones de pesos. Al final del ejercicio, seguramente encontraremos variaciones que cambiarán de manera importante la composición aprobada.

Se considera que este Paquete Económico 2021 debe ser austero, pero con márgenes de maniobra y tener como objetivos primordiales el fortalecimiento del Sector Salud, la educación en todos sus niveles y la reactivación económica.

pravilacota11@gmail.com,

@PR_Avila


Economista (Unison), Maestría en Administración Pública (UACh) y profesor de Asignaturas en la Facultad de Economía Internacional de la Universidad Autónoma de Chihuahua