/ miércoles 8 de noviembre de 2017

El pensamiento cosmogónico maya (II)

¿Qué significa “inframundo” y “supramundo” en la cosmovisión maya y azteca de nuestros antepasados? Inframundo era el mundo de los muertos, lado oscuro,  dios Murciélago y Micantecutli (dios del Inframundo) con sus representantes. Supramundo, se refería al cielo, deidades como el sol, la luna y estrellas lo representaban.

Para los mayas el Sol es un astro de primera magnitud, no sólo en aspectos espirituales, cosmográfico, astronómico o ideológico; es punto vital en colaboraciones matemáticas y geométricas, resultado de movimientos del Sol, por el giro anual de la Tierra. Equinoccios y solsticios marcan cuatro estaciones, cuatro rincones del mundo o cuatro puntos cardinales que, según David Vela en su trabajo “La plástica maya”, llevó a esta cultura a entender idealmente el universo como un cubo, figura geométrica perfecta. En una perspectiva más amplia significa la vida del universo. Es también punto de unión de todos los contrarios. Se identifica con la ceiba sagrada (Recancoj, 1999). Así es como el libro mito histórico Popol Vuh relata de manera poética como se formó el cielo y la tierra, cómo fue tomado y repartido en cuatro partes, cómo fue señalado y se trajo la cuerda de medir, extendida en el cielo y la tierra, en los cuatro ángulos, cuatro rincones (Recinos, 1991). Aquí tenemos los planos vertical: supramundo e inframundo y en el horizonte cuatro esquinas y el centro.

El libro de los acontecimientos más sobresaliente del pensamiento maya “unidad tiempo y espacio, el cosmos tuvo su origen cuando nació el Sol y comenzó a moverse, en este movimiento creó orden en la sucesión del tiempo y en la configuración del espacio”, (Florescano, 1992). Este tipo de concepción de tiempo y espacio constituye el principio rector de la sociedad maya, principalmente en el periodo clásico (300-900 d.C.). Encontrándose en grandes ciudades convertidas ahora en centros arqueológicos.

Inframundo: El cuerpo de las personas, en dos segmentos, el interior y el superior, corresponde a dos niveles, inferior y superior del mundo: Supramundo e inframundo. Los hñähñus tienen contacto con el inframundo, posee valores positivos y negativos. Inframundo es la región de los metales. En el inframundo viven los santos yacentes, santos subterráneos que esperan la purificación, ahí también viven los demonios. El inframundo es como una imagen en espejo de las propias comunidades: tiene casas, cultivos, caminos, fuentes de agua y permanece obscuro durante el día. En las noches, el Sol no muere, lo que hace es visitar el inframundo, calentándolo e iluminándolo. Cuando amanece, el Sol deja el inframundo y se eleva por el cielo acompañado de un ejército de pájaros que lo ayudan a subir y alcanzar altura. El supramundo: Mitad superior del cuerpo humano corresponde al supramundo; el inframundo como el supramundo tienen tres niveles cada uno. Los hñähñus consideran que hay un séptimo nivel: la superficie de la Tierra, donde habitan personas vivas. La fórmula para definir el espacio es esta: 3+1+3=7. Tres el inframundo, uno la superficie y tres el supramundo. En realidad, el mundo hñähñu no está fragmentado, no es un tres por aquí y un tres por allá. El mundo hñähñu propone una realidad integrada en la que el inframundo, superficie terrestre y supramundo se relacionan diariamente. Comparten un mismo sol que en noches terrestres alumbra las tinieblas del inframundo y en día calienta las regiones inferiores. Las regiones más altas del supramundo son anheladas y veneradas. Supramundo (trece cielos) y el inframundo (nueve regiones) representan el universo vertical, cuyas fuerzas superiores e inferiores convergen desde la Tierra, influenciándolas; diariamente cuerpos celestes descienden al inframundo y ascienden, entrelazados por el universo horizontal. Lo asentado es identidad cultural y las nuevas generaciones las pierden al aceptar tradición extranjera, representado por Halloween, ¿es correcto?

¿Qué significa “inframundo” y “supramundo” en la cosmovisión maya y azteca de nuestros antepasados? Inframundo era el mundo de los muertos, lado oscuro,  dios Murciélago y Micantecutli (dios del Inframundo) con sus representantes. Supramundo, se refería al cielo, deidades como el sol, la luna y estrellas lo representaban.

Para los mayas el Sol es un astro de primera magnitud, no sólo en aspectos espirituales, cosmográfico, astronómico o ideológico; es punto vital en colaboraciones matemáticas y geométricas, resultado de movimientos del Sol, por el giro anual de la Tierra. Equinoccios y solsticios marcan cuatro estaciones, cuatro rincones del mundo o cuatro puntos cardinales que, según David Vela en su trabajo “La plástica maya”, llevó a esta cultura a entender idealmente el universo como un cubo, figura geométrica perfecta. En una perspectiva más amplia significa la vida del universo. Es también punto de unión de todos los contrarios. Se identifica con la ceiba sagrada (Recancoj, 1999). Así es como el libro mito histórico Popol Vuh relata de manera poética como se formó el cielo y la tierra, cómo fue tomado y repartido en cuatro partes, cómo fue señalado y se trajo la cuerda de medir, extendida en el cielo y la tierra, en los cuatro ángulos, cuatro rincones (Recinos, 1991). Aquí tenemos los planos vertical: supramundo e inframundo y en el horizonte cuatro esquinas y el centro.

El libro de los acontecimientos más sobresaliente del pensamiento maya “unidad tiempo y espacio, el cosmos tuvo su origen cuando nació el Sol y comenzó a moverse, en este movimiento creó orden en la sucesión del tiempo y en la configuración del espacio”, (Florescano, 1992). Este tipo de concepción de tiempo y espacio constituye el principio rector de la sociedad maya, principalmente en el periodo clásico (300-900 d.C.). Encontrándose en grandes ciudades convertidas ahora en centros arqueológicos.

Inframundo: El cuerpo de las personas, en dos segmentos, el interior y el superior, corresponde a dos niveles, inferior y superior del mundo: Supramundo e inframundo. Los hñähñus tienen contacto con el inframundo, posee valores positivos y negativos. Inframundo es la región de los metales. En el inframundo viven los santos yacentes, santos subterráneos que esperan la purificación, ahí también viven los demonios. El inframundo es como una imagen en espejo de las propias comunidades: tiene casas, cultivos, caminos, fuentes de agua y permanece obscuro durante el día. En las noches, el Sol no muere, lo que hace es visitar el inframundo, calentándolo e iluminándolo. Cuando amanece, el Sol deja el inframundo y se eleva por el cielo acompañado de un ejército de pájaros que lo ayudan a subir y alcanzar altura. El supramundo: Mitad superior del cuerpo humano corresponde al supramundo; el inframundo como el supramundo tienen tres niveles cada uno. Los hñähñus consideran que hay un séptimo nivel: la superficie de la Tierra, donde habitan personas vivas. La fórmula para definir el espacio es esta: 3+1+3=7. Tres el inframundo, uno la superficie y tres el supramundo. En realidad, el mundo hñähñu no está fragmentado, no es un tres por aquí y un tres por allá. El mundo hñähñu propone una realidad integrada en la que el inframundo, superficie terrestre y supramundo se relacionan diariamente. Comparten un mismo sol que en noches terrestres alumbra las tinieblas del inframundo y en día calienta las regiones inferiores. Las regiones más altas del supramundo son anheladas y veneradas. Supramundo (trece cielos) y el inframundo (nueve regiones) representan el universo vertical, cuyas fuerzas superiores e inferiores convergen desde la Tierra, influenciándolas; diariamente cuerpos celestes descienden al inframundo y ascienden, entrelazados por el universo horizontal. Lo asentado es identidad cultural y las nuevas generaciones las pierden al aceptar tradición extranjera, representado por Halloween, ¿es correcto?