“El mejor remedio contra todos los males es el trabajo”
- Baudelaire -
El argumento de acción del presidente López Obrador es (lo era desde candidato) el combate a la corrupción y desde luego que todos podemos estar de acuerdo con ello, faltaba más; con lo que no podemos ni debemos estar de acuerdo es que bajo este argumento se detengan las actividades necesarias para el desarrollo del pueblo, ya que esta dilación trae como consecuencia (entre otras) una preocupante disminución en las fuentes de empleo, y esto lo menciono ya que el pasado mes de mayo la creación de fuentes de trabajo en nuestro país no llegó a las cuatro mil, es decir, un 10% en comparación con el mismo mes del 2018.
El programa federal llamado Jóvenes Construyendo el Futuro, y cuya supuesta finalidad es que miles de conciudadanos que se encuentran entre los 18 y 29 años de edad y que reciben mensualmente $3,600.00 (por parte de gobierno) se capaciten en el trabajo para desarrollar sus habilidades, se convierte en una efímera atenuante frente a un escenario de ausencia de empleos. ¿No estará saliendo más caro para todo el pueblo el caldo que las albóndigas?, el tiempo lo dirá.
Las causas de la disminución de fuentes laborales obedecen a varios factores, entre ellos la fuerte baja en el gasto público (elemento primordial en cualquier economía), empresarios que siguen cautelosos a las políticas de gobierno y la falta de acción de inversionistas nacionales y extranjeros que tras ver lo acontecido con el aeropuerto de Texcoco, las refinerías y otros proyectos de infraestructura prefieren permanecer al margen como pagando por ver y esto definitivamente frena el avance laboral.
El futuro del país lo construimos todos, gobernantes, empresarios, maestros, estudiantes, ciudadanas y ciudadanos cuya confianza en nuestro querido México sigue prevaleciendo. Así es que para que esta confianza continúe en todo sentido, el gobierno que encabeza AMLO tiene el gran reto de establecer las condiciones que le inyecten dinamismo a la actividad económica del país para acelerar el motor de la creación de empleos, porque el trabajo dignifica al ser humano y ayuda a su felicidad. Seguro que sí.
